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Romance en Tokio

Romance. Drama. Comedia Amelie es una joven belga soñadora de 20 años que vuelve a Japón, donde nació y pasó parte de su infancia. Allí da clases privadas de francés para ganarse la vida, y es así como conocerá a Rinri, su primer y único estudiante, un joven japonés con el que entablará un romance. Entre sorpresas, momentos felices y escollos en mitad de un choque cultural, Amelie descubrirá un lado de Japón que nunca antes había conocido. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
31 de marzo de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La peli nos cuenta la historia de una chica belga que nace en Tokio, dónde vive algunos años de su niñez allí, pero que se va a Bélgica muy pequeña a vivir con su familia.
Vuelve con 20 años a su querido Tokio, con la ilusión de vivir todo lo que había soñado todos esos años y poder disfrutar su vida como una verdadera japonesa.
Aquí comienza a transcurrir la historia de esta peculiar chica belga-japonesa, donde el querer mostrar el gran choque cultural entre oriente y occidente y el esfuerzo tan tenaz de ella por aprender sus costumbres, hace que la cinta en vez de entretener, se convierta en tediosa, aburrida y muchas veces con escenas absurdas.
En la trama también aparece la cuota de romanticismo, al agregar una historia de amor que resulta muy sosa, en parte por la poca gracia del joven actor japonés y también por lo insulso de la historia en sí.
La película se sostiene sólo por la frescura, simpatía y buena actuación de Pauline Etienne que realmente hace flotar un guión muy flojo que invita más a dormir que a quedarse despierta.
Solo para ver en un momento de gran aburrimiento, que si te pilla con pocas ganas, lo puede agravar también.
Carolina
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28 de abril de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Él me ve como Francia, yo como Japón”

¡Con lo bien que había empezado!, con todo su colorido y encanto, optimismo y frescura..., y es justamente todo ello lo que acaba ¡por atragantar tu entusiasmo!
Y eso que cuenta con la exquisitez de Pauline Etienne, quien realiza una labor magnífica para mantener el interés, hechizo y atracción por la película pero cero, carencia total; el agotamiento e ignorancia, desidia y un alicaído consumo se apoderan de un espíritu que no entiende como tanta simpatía, éxtasis y pasión acaban por aburrir a esa mirada de seducción y buenos ojos que no siente aprecio por nada de lo ingerido.
Y ya no es simplemente la ficticia pose de rodaje y contenido, la ausencia de credibilidad y cariño por la narrado, la pesadez de su transitado contenido, la nube anodina que se apodera de ti sin remedio, la desgana de su continuación implacable..., es que ¡en ningún momento se hace contigo!
Desconozco la obra en que se basa dicho relato pero, la intuición me susurra que debe ser mucho más placentera su lectura que esta muestra de Stefan Liberski, quien parece querer darle toda la importancia a la estética y su performance, olvidando y relegando el vigor y sustancia de lo relatado a segundo plano.
Un halagüeño cuento incapaz de involucrar a la audiencia, inútil en su tarea de recrear una ensoñación rica y entretenida de la que sea irresistible no participar; se cierra la ilusión y se abre la melancolía por una cinta que debería haber sido gustosa y querida, animada y distraída, que respiraba lozanía dicharachera, de vocablos sabrosos, por sus múltiples poros pero, únicamente logra presentar ese divertido choque cultural como algo cansino, que lentamente va mermando tu deseo por ella.
“El humor, última barrera para el entendimiento universal” y puede que por ello se produzca tan indeseable distancia entre emisor y receptor pues, esa gracia y aguda ironía, don sencillo de pasos alegres y cordiales que insistentemente muestra, una y otra y otra vez más, se rompe en mil pedazos al no hallar conexión para la reciprocidad mutua pues, el espectador queda varado intransigente, sin pena ni gloria y al margen de esa ruta turística de afianzamiento de idiomas, que fustiga la esperanza exitosa de su fogoso inicio.
“Tuve una historia de amor absurda”, pero no lo arregla la escenografía impartida pues no hay más que soltura visual, salero labial y chispa de andanza dejando hueco y vacío el interior de ese Japón francés, recorrido por una curiosa belga.
Todo con exceso pasa la barrera de lo grato y digerible, para mermar y asfixiar lo recibido; tan bonita que aburre, tan cómica que apaga, tan cliché que no abre lindeza ni embrujo por ella.
Romance en Tokio, donde por lo menos ves hermosas vistas de la misma pues, el resto es una bella postal, de estereotipo amable y simpático, que descontenta y produce rechazo por tan escaso espejismo fantástico para convertir, las palabras de la escritora Amélie Nothomb, en deliciosas imágenes de gran corazón y entendimiento.

Lo mejor, el arte y esfuerzo de Pauline Etienne.
Lo peor; el fracaso de tanta vitalidad y donaire.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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6 de junio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dícese de la expresión coloquial japonesa utilizada a la hora de descolgar el teléfono y decirle 'hola' al interlocutor, que, aquí, sirve para poner el punto inicial al idílico romance que viven los dos protagonistas de esta escueta producción belga. El hilo conductor lo lleva ella (Amelie), chica entusiasta donde las haya. Su idealización del país del sol naciente es bienintencionada y transmite su ilusión y optimismo por contagiarse de su cultura, formar parte de ella. Por desgracia, esa pasión no prevalece ni contagia nada cuando llega la hora de la verdad. No basta dulcificar el propósito y cargarlo de buenas pretensiones, si tienes dos personajes anodinos cuya relación y romance nos pasan completamente desapercibidos. La ennoblece su falta de estereotipos y hay alguna escena rodada con el ligero encanto y comicidad que se produce fruto de la diversidad de culturas, pero termina echándose de menos algo de la magia romanticona más característica del cine occidental, que le de más sal y pimienta a la relación; algo por lo que recordarla.

Sin pena ni gloria. Sosa.
John Dunbar
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18 de octubre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cultura y sociedad japonesa, vuelve a ser nuevamente diseccionada desde el punto de vista occidental, una mirada honesta e irónica, pero quizá demasiado idealizada a través de los ojos de Amelie, una chica que vive su particular cuento de hadas japonés, fascinada por un país que la vio nacer, pero que a vista de la sociedad nipona, siempre será vista como una "gaijin".

Como ya hemos visto en numerosas películas como: Lost in translation, Cerezos en flor o Hiroshima mon amour, por poner unos ejemplos, esta película nos muestra esa fascinación que sentimos en occidente por el país del sol naciente, ese choque cultural que vive sobretodo el europeo.

Romance en Tokio, más allá de su algo impostada manera de narrar la historia, de su mirada antropológica de una sociedad tan distinta a la nuestra, de sus planos que buscan el lirismo, de su ritmo contemplativo y casi indolente, muestra posos de buen cine en su metraje. Nos ofrece una bonita historia de amor que a ratos nos empalaga para luego dejarnos un regusto amargo lleno de melancolía.

www.lamiradadifusa.com
Zé Pequeño
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18 de enero de 2022
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Tokyo como una postal (así es en la realidad). Una relación de pareja que no es obvia, un guión muy bien adaptado de la obra de Amélie Nothomb y una delicia de fotografía y escenas. Para disfrutar y degustar.
ALICEA
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