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El curioso caso de Benjamin Button

Fantástico. Romance. Drama Un hombre (Brad Pitt) nace con ochenta años y va rejuveneciendo a medida que pasa el tiempo; es decir, en lugar de cumplir años los descumple. Esta es la historia de un hombre extraordinario, de la gente que va conociendo, de sus amores y amistades, pero sobre todo de su relación con Daisy (Cate Blanchett), la mujer de su vida. (FILMAFFINITY)
Críticas 590
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2009
125 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué hace que una película sea buena o mala? Cada espectador puede tener su propia percepción del denominado Séptimo Arte, puede considerarlo una forma de expresión, o simplemente entretenimiento. A su vez, puede disfrutar con cine comercial o decantarse por el de autor, el de los silencios, el de las miradas al infinito. Pero independientemente de cómo afronte cada uno el visionado de una película, hay cosas que son comunes a todo el mundo. Todos coincidiremos en la grandeza de películas como "El Padrino", cine de verdad que sabe reinventarse, que coge algo de nuestra vida cotidiana, lo convierte en ficción dejando un pequeño porcentaje de realidad, de forma que podamos meternos en la historia, seguirla poco a poco, interesarnos por cada personaje. Después de ver infinidad de películas, he de decir que esta "comunión" entre la imagen y el espectador -en este caso, yo- no se ha dado demasiadas veces. De hecho, muy pocas. Que las luces se apaguen, que mis ojos traspasen la pantalla, considerarme uno más dentro de la historia, sentirla, disfrutarla, emocionarme con cada gesto, cada mirada. Sensaciones que he tenido la suerte de experimentar con la nueva obra de David Fincher, "The Curious Case of Benjamin Button", una auténtica Obra Maestra que coloca de nuevo a este director a la altura de los grandes.

¿Cómo se explican los sentimientos o lo que te ha trasmitido una película? David Fincher coge una historia fantástica y la traslada a un marco real, le da vida, apoyado por un reparto entregado a la causa, consiguiendo crear el milagro de que todo funcione como el mecanismo de un reloj, sin momentos torpes, sin escenas que sobren, estando todo calculado al máximo para lograr esa "comunión" que mencionaba más arriba. La brillante dirección de Fincher es sólo una de las muchas cosas que elevan Benjamin Button a la categoría que merece, a las que habría que sumarle el diseño artístico, su impecable banda sonora, momentos de asombrosa imaginería visual y una historia que trasciende de su punto de partida: no es sólo la fábula de un niño que nace viejo, ni un romance, ni un drama. Es una historia sobre la vida, sobre las casualidades, sobre la superación personal, sobre la búsqueda de uno mismo, y en definitiva, sobre cómo afrontar nuestra existencia.

Todo esto se representa de forma directa y pulcra. En la pantalla no vemos actores en la piel de personajes, vemos personas. Y por muy increíble que resulte lo que se nos narra, es todo tan veraz como la vida misma, consiguiendo emocionar o divertir según la situación, algo meritorio considerando que es una historia tristísima. "The Curious Case of Benjamin Button" es el sucesor directo de "Big Fish", una historia envuelta en fábula que transmite algo en cada una de sus secuencias. Es cine con mayúsculas, es uno de esos pequeños milagros que hacen que hablemos de ésto como un arte, como el Séptimo Arte, y no simple entretenimiento banal.

(sigue abajo, sin destripar nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caith_Sith
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7 de febrero de 2009
93 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces que cuando alguien da un discurso en público y expone algo controvertido, la audiencia indecisa espera a que haya un par de valientes que se arranquen a aplaudir para secundar el aplauso, que en ocasiones se convierte en ovación.

En el cine hay veces que pasa lo mismo. Una vez que un puñado de críticos da su opinión sobre una película, el efecto resultante es una especie de contagio que genera una avalancha de opiniones en la misma dirección, bien sea para subirla a los altares o para darle estopa. Y todos conocemos varios casos. Es como si la opinión propia fuese más legítima cuando coincide con la de la gente entendida.

Me pregunto que hubiese pasado si algunas de esas primeras críticas hubiesen comentado algo sobre lo absurdo que puede resultar el plantear como un hecho simplemente “curioso”, un personaje que nace anciano y envejece hacia la juventud, y que es recibido por la sociedad con naturalidad, sin apenas hacerse preguntas sobre la rareza del caso. A muchas películas las han fusilado por menos.

Que hubiese pasado si en vez de destacar tan notoriamente sus virtudes técnicas, que es indudable que las tiene, se hubiesen resaltado algunos de sus defectos como por ejemplo la excesiva duración, producto de un ritmo demasiado lento. Me ha llamado la atención la cantidad de gente que al salir del cine comentaba que se le había hecho demasiado larga, incluso aburrida.

A mí me ha parecido una película técnicamente buena, que cuenta una original historia, en algunos momentos emotiva pero que no llega a cautivar, y cuya historia de amor resulta un pelín fría por la ausencia de química de la pareja protagonista.

No por ello deja de ser recomendable. Quizá está más cerca del notable que del simple aprobado, pero el 8,2 que se le otorga a 08/02/09 me parece excesivo. A otras películas del mismo nivel no se les concede ni un 7 de media.
Txomin
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1 de enero de 2009
91 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que te llegan muy profundo de un modo extraño. Al igual que hay canciones que te abruman, paisajes que te deslumbran o personas que te impactan de lleno...

Esta película no me ha parecido que trate acerca de un caso médico extraordinario, curioso o diferente,... Me ha parecido una de las narraciones sobre la vida más completas, hermosas y bien contadas que he visto, leído, escuchado o imaginado.

Con un cierto aire a realismo mágico, Fincher nos envuelve durante casi tres horas en la piel de Benjamin Button y nos muestra la vida tal y como es. Hace ya horas que la vi y cientos de escenas aun surcan mi mente y mi estómago sigue encogido como ocurre cuando algo inesperado te "embiste" por sorpresa. El paso del tiempo, lo efímero de la felicidad, la dualidad realidad-sueño, la brevedad de la existencia, la eternidad del amor... son algunos de los interrogantes que componen la película y son también interrogantes de la vida, del hombre en general.

La calidad técnica habla por si misma, la caracterización y las actuaciones creo que también. La dirección es impecable y el metraje quizá un poco excesivo aunque supongo necesario para narrar tal cantidad de cosas.

En definitiva, un film que te llega, me atrevería incluso a decir que de esos que te cambia un poquito (aunque solo sea que te haga pensar unos minutos), una obra completa, redonda. La vida en una película
Yoryoryo
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6 de febrero de 2009
121 de 176 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las expectativas eran realmente buenas, y de hecho la primera horita es realmente notable: no vamos a discutirle a Fincher su buen hacer, sus tomas a la altura de la cintura para remarcar espacios, recuerdos y nostalgias que se cuelan vaporosos por los cortinas, algo sin duda muy Fitzgeraldiano, criollo y sureño; la evocación de ese ideal está lograda y enfatizada, de acuerdo. Además está esa historia del relojero tan simbólica que cumple su labor para potenciar el “para todos los públicos”.

Pero la película duró 3 horas. Y ojo, no digo “la película dura 3 horas”, como si mi predisposición ya fuera premeditada desde casa, y que yo supiera que a partir de un punto la película se desinflaría…. porque sí, porque ya poco tienes que contar o si lo cuentas ya poco importa, si cierras arcos argumentales, no emocionas porque ya la gente está tostada, y la emoción contenida se fue, se perdió esa oportunidad…La película se me cayó ella misma.

Lo que queda a partir de esa primera hora, es una mezcla de Forrest Gump y sobre todo “El diario de Noa”; por supuesto, siendo muy superior esta última. Donde la película de Nick Cassavettes, independientemente de que nos guste más o menos su temática, es una historia compacta, robusta y honesta en su planteamiento, ésta Benjamin Button es fofa,atropellada y mentirosa. No me creo absolutamente nada, los personajes no crecen (irónico, sí)o si lo hacen, se muestran demasiado hueros como para ser personajes; la narración, la historia, pasa de largo por ellos, no los moldea (no, no busquen una alegoría de que la experiencia realmente no cambia, o cambias para retornar a tus mismas creencias, no va de eso este film).

Brad Pitt bastante mal, este señor no es actor, o no es galán. Está, se muestra, frunce el ceño mirando el amanecer con un pie apoyado sobre una madera, eso sí; si es tan guapo deberíamos suponer que realmente debe ser él el conquistado, pero es que eso no tiene gracia, o al menos yo no lo veo meritorio en una película de romance. Por supuesto, no llega a la riqueza en matices de Leonardo Dicaprio, que quizás sí sea el mejor actor de similares características. Delirante las apariciones de Pitt en la moto, una madurez de su personalidad muy bien definida en su última etapa mochilera, donde la película de repente recuerda a “diarios de motocicleta”( no, no busquen una alegoría de que el espíritu aventurero se debe más al vigor de la juventud que a la inmadurez adolescente, esto ni se toca ni se profundiza y dudo mucho que Eric Roth siquiera lo sugiera)…..en fin.

No, no busquen nada que no sea un julai que nació viejo y con el tiempo va rejuveneciendo y que se enamora de una tía... Ahí, en 3 horitas, gustándose. El resto, salvo el relojito, serán pajas mentales de su propia cosecha.

Conclusión: Tan floja que confundí a Julia Ormond con Sandra Bullock. Y está la película muy impregnada de su espíritu…el de la Bullock; no del de Scott Fitzgerald, claro.

Nota: 4,6
Travisloock
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6 de febrero de 2009
83 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando la mayoría de las opiniones de una película coinciden en destacar que la película es técnicamente insuperable, es que la historia flojea. O al menos que es superable. Y eso es lo que le ocurre al curioso caso de Benjamin Button, que debería ganar con toda justicia el oscar al maquillaje, a la fotografía y posiblemente a los mejores actores principales. Y también se lo llevaría si hubiera uno al mayor metraje. Pero chunga estaría la cosa si se hace con la estatuilla a la mejor película, aunque con la academia nunca se sabe.

Como todos saben, se trata de un señor que nace viejo, viejísimo, y que cumple los años hacia atrás. O, como alguien me apuntó, de un viejo que se convierte en Brad Pitt. Un punto de partida originalísimo y nunca antes explotado en la historia del cine que hace presagiar una gran película. El film va cumpliendo expectativas durante la primera hora, pero se cae estrepitosamente durante las casi dos horas restantes.

La primera parte de la película es, en efecto, un ejercicio de técnica que además se pone al servicio de una historia. Hay drama, comedia, humor, giros del guión y escenas meritorias en esta primera hora que se convierte además en un alarde del viejo Pitt. El guaperas --hasta de anciano decrépito es guapo el tío-- crece en un asilo, se relaciona de la mejor manera que puede con la gente que le rodea, se enrola en un pesquero y le toca irse a la guerra. Acaba la guerra y parece acabarse también el argumento. La película se centrará a partir de entonces en una tediosa y previsible historia de amor con la que Brad y Cate conseguirán dormirnos durante casi dos horas.

La cinta es una especie de Forrest Gump a la inversa pero falta de frescura, de ingenio, de una Jenny, un Buba y un teniente Damm que salven la situación. Aquí no hay nada de eso. Salvo al principio, no hay humor ni diversión ni nada que se le parezca. Sólo drama y pasteleo gordo. Eso sí, chicas, Brad es más guapo que Tom. Y además cuando está ya de chavalito, es decir, con 60 ó 70 años, tiene un aire a Fernando Torres. Ya véis en lo que se entretiene uno mientras no sólo espera, sino desea con con todas sus fuerzas que el tipo se convierta en un bebé. O sea, que la espiche ya de una vez por todas mientras el espectador no para de mirar el reloj.

Quizás la culpa sea del director, que ya podía haber contado en 100 ó 120 minutos toda la historia y no en 167, que ni la historia era la de Ben-Hur ni hacía falta regodearse tanto en determinados aspectos.
ferperavi
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