Dulces sueños

La trama transcurre en un entorno culto donde un teclista de pop rock, competente pero con poco éxito, convive con su pareja, comisaria de arte, donde el aburrimiento y la rutina del día a día estropea la ilusión y el aliciente de la vida en común. Pero esto no impide soñar en otro futuro alternativo, hasta que la realidad acaba por imponerse y los sueños se quedan en fantasía, que sólo existió en la mente. El planteamiento es interesante y la película sobrepasa la simple comedia para convertirse en algo testimonial donde mucha gente podría sentirse identificada. Penélope Cruz está demoledora en su exótico papel y Gwyneth Paltrow, impecable como mujer normal, con sus insuficiencias, frustraciones y prejuicios, entregada a su trabajo como lo único que le resulta estimulante, en una etapa ya madura, donde los enamoramientos juveniles pasaron a otra época.