Alicia a través del espejo

Haber en la primera de Alicia se notaba y mucho que Tim Burton y Disney no se llevaron muy de acuerdo. Entonces Tim Burton dijo sabes me quedo como productor y Disney dijo ok traigan a un director cualquiera.

Así nació la secuela... mitad Alicia... mitad Avengers... mitad Piratas del Caribe.

Alicia regresa al país de las maravillas... volando en el cielo? que haora es más colorido que antes y tiene que encontrar una esfera mágica para volver en el tiempo y salvar a la familia del sombrerero.

Usted se cree esto? Lewis Carroll lloraria porque es claro que la magia de leer un cuento de Alicia ya no está.

Entonces... era claro que iba a fracasar porque quién sabe... en la tercera Alicia iba a pelear con tiburones volando.

Además no es solo la trama... ñi los personajes ya no son creíbles.

El Sombrerero es un depresivo.
Alicia la pirata del principio.
Los demás personajes son de piedra.

En fin cuesta creer que esto lleve por título Alicia.

Pero no todo es malo. Por lo menos muestran un poco más del sombrerero y su familia. Los efectos visuales están buenos y ok entretiene.

Lo peor. La trama que no tiene nada que ver ñi con la novela ñi con el dibujo porque ese ñi tiene secuela.

Lo mejor. Los efectos visuales y el echo de que no aburre.

"Alicia a través del Espejo" (2016) nos lleva nuevamente al enigmático mundo de Lewis Carroll con un giro fresco y, a la vez, fiel a la esencia de las novelas originales. Aunque esta secuela tiene la difícil tarea de igualar o superar el nivel de encanto y maravilla de su predecesora, lo hace con gracia y estilo.

La película retoma la historia de Alicia (interpretada nuevamente por Mia Wasikowska) mientras se aventura en una nueva odisea a través del espejo. Este viaje nos lleva a un mundo aún más fantástico y extraño, donde el tiempo se convierte en una figura esencial. La narrativa se construye de manera no lineal y desafiante, lo que podría resultar confuso para algunos espectadores, pero al final se revela como una metáfora ingeniosa sobre la madurez y el paso del tiempo.

El elenco es, una vez más, un punto destacado. Johnny Depp y Helena Bonham Carter regresan en sus icónicos papeles como el Sombrerero Loco y la Reina Roja, respectivamente, y ofrecen actuaciones llenas de energía y extravagancia. Sin embargo, es Sacha Baron Cohen como el Tiempo quien roba el espectáculo con su actuación cómica y a la vez conmovedora.

Visualmente, la película es un festín para los ojos. Los efectos visuales son impresionantes, con el mundo a través del espejo lleno de detalles deslumbrantes y creatividad desbordante. Los trajes y el diseño de escenografía son extravagantes y coloridos, en sintonía con el estilo distintivo de Tim Burton, quien nuevamente se desempeña como productor.

"Alicia a través del Espejo" no carece de críticas. Algunos podrían argumentar que la película carece del mismo nivel de encanto y cohesión que su predecesora, y que su mensaje sobre el tiempo y la madurez no es tan impactante como podría haber sido.

En última instancia, "Alicia a través del Espejo" es una secuela digna que ofrece una experiencia visualmente impresionante y un regreso al mundo mágico y desconcertante de Lewis Carroll. Aunque podría no alcanzar las mismas alturas que la primera película, sigue siendo un viaje intrigante para aquellos que aman la imaginación y la extravagancia en el cine.

Nota: 7/10

Sin ser ningún experto en el tema, simplemente un espectador del montón que no se ha leído el libro y sólo ha visto fragmentos aquí y allá de la peli de Disney y de otras series (entre unas y otras me he hecho una aproximación de la historia ‘oficial’), llegué a la conclusión de que “Alicia en el país de las maravillas” no sólo era entretenida y resultaba interesante a la vista, sino que Burton ponía su indiscutible talento al servicio de la obra universal de Lewis Carroll logrando un producto respetuoso con el libreto y, a la vez, impregnado hasta el tuétano de su personalidad. La desbordante imaginación colorista de la cinta y su fantasía rayante con el delirio, estaban en consonancia con lo que se esperaría de la adaptación de una obra tan compleja y sus conceptos artísticos a la hora de presentar al Sombrerero Loco, a los gemelos o a la Reina de Corazones eran perfectamente coherentes con su trayectoria y las expectativas.

“Alicia a través del espejo” me deja un poco más frío. Por más vueltas que le doy buscando palabras, la palabra a la que termino llegando siempre es «continuista» pero sin tener claro si es en el sentido positivo o negativo. Quizá el problema está en que, si bien todos tenemos en mente la historia de lo que sería el primer libro de Alicia, su continuación no ha gozado de demasiada notoriedad audiovisual, de modo que no está tan claro en esta secuela qué es adaptación, qué es licencia y qué es, directamente, invención. En la primera entrega los dos primeros conceptos estaban tan integrados que disimulaban y hacían aceptable al tercero. En esta continuación no apostaría absolutamente nada: puede ser una transcripción libro-pantalla perfecta como puede ser un absoluto «quítate tú, Carroll, para ponerme yo» , como puede venir lastrada por la idea de hacer una película de Burton sin Burton. “Alicia a través del espejo” es clara hija de “Alicia en el país de las maravillas”... pero con las ideas menos claras o con menos ideas.

Lo que es la película en sí adolece de un ritmo un tanto irregular. El paso de un hito al siguiente, de una escena a la siguiente, o la presentación de personajes no es tan fluida como en su predecesora y, por momentos, no es ni siquiera fluida. ¿Culpa de una obsesión mal entendida por imitar a Burton? ¿De Carroll? ¿De los dos? A cambio, los efectos digitales siguen siendo potentes y el arte conceptual mantiene la línea, por lo que logra una sensación de cohesión con su predecesora de la que se beneficia la producción. Además, cuando coge velocidad de crucero también logra momentos trepidantes y Johnny Depp está fantástico (como cada vez que le meten tres kilos de maquillaje y veinte filtros en la cara) así que la película se deja ver sin problemas. Pero sí, por algún motivo, el conjunto tiene un cierto aire de tristeza, de cimientos poco sólidos sobre los que el resto de elementos tienen que hacer equilibrios para sacar adelante sus papeles y sus historias. Quizá el libreto no era tan potente o sólo Burton hubiese podido hacerlo funcionar. Una vez que se ha visto la primera entrega no hay motivo para no ver esta segunda parte y quedar satisfecho, pero no deja las mismas sensaciones.

No tiene atmosfera de Tim Burton, es por eso que es mejor que la lúgubre primera parte! se entiende que el país de las maravillas tuviera poco de maravillas en la primera, ya que reinaba la reina roja y aquí la reina blanca, pero podría haberse hecho de manera diferente., aquí James Bobin ha hecho un excelente trabajo, ha desaparecido la violencia (decapitación del dragón por ejemplo) y la maldad de la primera parte, ha sabido darle acción y un ritmo frenético sin necesidad de batallas, ni brutalidad., aportando momentos graciosos y emotivos., Todo el reparto está genial,(incluyendo a Richard Armitage como Rey) destacando a una estupenda Mia Wasikowska, la cual interpreta su papel, mucho mejor que en la primera Parte., los efectos digitales son extraordinarios. totalmente recomendable para toda la familia!

“Absolem ¿eres tú?”..., y empieza la magia.

Imagen o palabra ¿acaso hay debate sobre quién gana? Ambas magníficas/ambas suculentas, despliegan todo su torrencial poder con esa habilidad de embaucar y enfrascar a la audiencia, hacerla soñar, elevar su ilusión a lo más alto, a esa fantasía hecha realidad en la gran pantalla que se funde en una a través de la ingenuidad y terquedad de su protagonista y eterno optimismo de sus fieles amigos.
Porque hay que creer en lo imposible pues sólo así puede hacerse posible, porque el tiempo no es un ladrón ni un villano, sino joya querida de preciosas horas, minutos y segundos que hay que valorar en su presente pues, no puede cambiarse el pasado, pero obligada lección es aprender sabiamente de su paso por él para desprenderse, cuando sea tiempo, de lo que más se quiere, sabiendo que se les ha querido lo máximo en cada momento.
La familia, creencia y amor como base de este atravesar espejos de una Alicia ya crecida que sigue encantando a la audiencia; mayores y pequeños, conocedores de la obra e incrédulos ignorantes, no importa cómo te acerques a ella o cuál sea su opinión preconcebida, te barrerá de un plumazo con su vital imaginación, de exquisito colorido y movimientos presurosos, que atropellan la pantalla con su velocidad insensata y su corazón benévolo lleno de emoción y honestidad, por aquellos a los que más se estima y echa de menos.
Secuela que cuenta con la maravilla visual y técnica de su antecesora; se le achaca falta de solidez y talento narrativo pero, lo cierto es que sales encantada con su figuración expresiva y contenta de su nobleza locuaz, para ofrecer la puntilla que decore tan impactante representación, con ese leve toque de humor discreto y bonachón.
Sin duda se echa en falta a Tim Burton, ¡cómo no hacerlo!, pero tampoco veo merecido el varapalo hacia James Bobin, pues su descripción afable va acorde a lo que se espera de una heroica epopeya inventada.
Nos situamos tres años después de la original, con Alicia como capitana del navío de su padre; ésta es requerida por sus añorados amigos -están todos, están geniales- para viajar en el tiempo -nuevo y adorable personaje que da mucho juego- y ayudar al sombrerero; la amistad y su valor sobre el deslumbrante tapete de Wonderland, riqueza escénica que nadie podrá dejar de apreciar, más ese añadido escrito que, sin duda, se toma licencias temporales difíciles de encajar y saltos poco creíbles al vacío pero ¡qué más da!, puedes pasarlo por alto ya que ¡como una niña estás disfrutando!
No arriesga en sus personajes, recurre a la añoranza situacional donde cada cual sigue en las suyas y no osa evolucionar; lo admito, el guión no es profundo, incisivo ni una gloria inesperada que alumbra al pensamiento pero, Cenicienta siempre será rescatada de su malvada madrastra por el príncipe y, la Bella Durmiente siempre se despertará con ese querido y dulce beso; no avanza ni progresa hacia algo original y sorprendente pero, tampoco se necesita para entonar el corazón y que los ojos eclipsen a una razón que cede ante el deleite que éstos están consumiendo y, aunque su relato sea un clásico sin peligro, los vocablos de su aventurada trastada son lo suficiente aleccionadores y firmes para dejar esa corriente aprendiz, que siempre reflejan las historias de Disney.
No hay cambios, y justo por ello es gratificante y un goce para el alma; Alicia vuelve a su país de las maravillas para devolver el amor y la familia a sus habitantes; queremos la amargura de la roja princesa, cada vez más cabezona, la beatitud de su hermana blanca, los torpes gemelos, al gato, al conejo blanco y todo lo sabido, en su inocente y cándido lugar, para que continúe su efecto refrescante, alegre y jovial, y así olvidar la cognitiva reflexión sobre ella y..., ¡a divertirse!, que para eso existe la fantasía de los cuentos.

Lo mejor; la técnica visual y ese alguien que es tiempo.
Lo peor; ciertas conexiones explicativas.

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