La bestia humana

No, si yo lo entiendo.
Es la fábrica de sueños.
Frente a tí, Glenn Ford, frunciendo el ceño, bien plantado.
O el rostro de Gloria Grahame, con los iris tililantes, con un gesto de inocencia pura.
Te rindes ante esos rostros icónicos del cine, podrían ser posters eternos en tu habitación.
Pero el cine es también otras cosas, debemos saber valorarlo.
Quedarnos con los iconos es quedarnos con la idolatría vacua; con el formol cerebral.
Lang ha usado una grapadora para editar el cuaderno.
La historia no entra suave, te chocan inconsistencias, se han mojado en agua muchas palabras del libreto.
A Lang le entusiasmaba filmar los trenes, eso se ve ya en el minuto 1.
Metáforas ferroviarias surcando los railes.
El túnel, el silbato, los bujes, la máquina de cabeza, la red de vías... para que tú mismo les des el significado que quieras.
Hay a quienes (hombres y mujeres) les molesta esta película porque sienten que se denigra a la mujer, por lo que representa la protagonista.
Y seguramente llevan razón. Pero seguramente no les moleste que se denigre al hombre en el cine del siglo XXI.
No entienden que el problema es la denigración. Y el conductismo escondido.
No entro a fondo en el tema de género porque, a mi entender, Lang yerra en varios aspectos argumentales, eso es lo más importante de entender.
No encaja bien el puzle.
Se hace trampa con los personajes.
El guion, como comido por polillas. Supongo que el original de Zola será más consistente.
El tren entra en el túnel, como el humano en la oscuridad, bien.
Hay una red de vías, como una red de caminos, los caminos del humano son escrutables, bien.
Los que manejan las agujas, de ellos depende todo... bien.
Ya ves, puedes poner los bienes que quieras.

No tiene poso como para alcanzar el 7,7. La factura fotográfica es magnífica, mas lo que se narra en pantalla no hace honor. No podrás llenar las alforjas con el tema "deseos humanos". No sé muy bien qué es lo que Lang nos ha querido contar, aparte lo evidente. El papel de Gloria Grahame está hecho a la medida de Hollywood, para crear deseo y para demonizar a un tipo de mujer. El papel de Glenn Ford está hecho a la medida de Hollywood, cartón piedra, tabaco y buen estilo. Ambos son producto de su tiempo. Hoy los productos son otros, dígase Leonardo di Caprio, Angelina Jolie o quien se precie.
Le clavo el 5,1 pues no me llegué a dormir, sino le resto algunas décimas más.

Según vengo viendo las películas de F. Lang, he llegado a la conclusión de que el tal director sólo sabía dirigir la cámara. Los actores para él no eran otra cosa que instrumentos de la fotografía: los ordenaba como si fueran muñecos, saltándose --si lo había-- el guión; sólo le interesaba el fotograma, ya que, según todos los detalles que he ido observando, su verdadero oficio era el de fotógrafo; pero como director de rodajes, en el que las personas son tratadas como artífices del espíritu del guión y de su argumento, demostró muy poca valía. Cualquiera de sus películas adolece de falta de coherencia entre el guión y el fotograma. Consideraba más importante el trabajo de la cámara, con la cual parece que buscaba --y dominaba con profesionalidad y sapiencia-- ángulos, luces, sombras, perspectivas..., dando a sus planos extraordinarias secuencias, pero carentes de lógica, de sentido, de congruencia, las historias que nos quiso contar.
Observador111