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Tropa de élite

Acción. Drama Brasil, 1997. El capitán Nascimento (Wagner Moura) está al mando de un escuadrón del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), un cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro. Su misión es actuar en las favelas, en las que la policía, por miedo o por corrupción, no interviene. Nascimento quiere dejar su puesto, ya que está a punto de ser padre, pero antes necesita encontrar un sustituto adecuado. Con ese fin comienza a ... [+]
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Críticas 148
Críticas ordenadas por utilidad
25 de junio de 2008
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica comienza con un spoiler, así que va toda en ese rubro
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
qarikani
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12 de febrero de 2012
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estoy de acuerdo con la etiqueta de "políticamente incorrecta", después de ver tal panfleto, que podría ir firmado por el Ministro del Interior de cualquier país, por el maniqueísmo y la sumisión ante el mensaje oficial.
Como peli de acción, está muy bien filmada y esas escenas rebosan talento y pulso para el género.
Pero cuando empieza a verter su propaganda, se pierde por su forma de manipular y tomar partido: los agentes a veces utilizan la violencia, sí, pero lo hacen porque no les queda más remedio, ya que se ven rodeados de bestias inhumanas que no merecen más que ser exterminadas de un tiro en la cabeza (inolvidable el plano de ese asalto donde le vuelan el melón a un "malo"). Las favelas y su mundo no dejan otra opción.
Por si no queda claro, se tira sus buenos minutos y diversas escenas en mostrar, remostrar y demostrar que a los policías que ejecutan a placer en las favelas, les remuerde tanto la conciencia que sus vidas personales resultan irremediablemente deterioradas. Aun asesinando a quien lo merece, son tan buenos y tan puros, que la conciencia les remuerde. Y, si todavía no quedaba claro, la historia de la madre que quiere enterrar a su hijo vuelve a moler el mismo grano por enésima vez, para meterte bien en la cabeza el mensaje sin escatimar veleidades sentimentaloides de culebrón.
El otro bando no existe salvo como entidad impersonal y malvada por naturaleza y sin excepción, y por supuesto nunca llega a sugerirse un desmán semejante a los que la policía brasileña acostumbra a llevar a cabo. Ya digo que la sumisión y parcialidad de esta película es completamente servil y desacomplejada. Hace poco salía el vídeo de un chico de 14 años desarmado y tiroteado a bocajarro por estos "héroes".

Pero esto no es lo más indecente. Cuando percibes con claridad que te están lavando el cerebro, es cuando se propone desprestigiar la crítica a la acción policial: quienes critican a la policía son estúpidos, delincuentes, drogadictos y estudiantes que no tienen opinión propia, sólo un discurso absurdo que responde a tópicos estereotipados de querubines que no viven en la realidad. Son personajes absolutamente planos perfilados a rodillo, en contraposición al detallado retrato de los policías, todos ellos rectos, valientes, pero no carentes de los matices necesarios para que el espectador empatice con ellos en todo momento y hagan lo que hagan.
El retrato de quienes son críticos con la policía, que no oculta el tono paródico con movimientos pro derechos humanos, es falso y partidista hasta la saciedad, con el único afán de calumniar todo su ideario y dejar a la policía a salvo de cualquier argumento contrario.
Esta parte de la película satisfará al ganado más devoto, pudiendo provocar lágrimas de empatía entre quienes llevan años sosteniendo esto sin tener un buen soporte propagandístico en el que ver reflejadas sus enfermas ideas. Pasada en una comisaría, arrancaría una ovación.
NO HAY SPOILER
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Esteban Belén
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3 de junio de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La legalización de las drogas es esencial para que no sucedan historias como la que nos cuentan.

Aunque el poso que puede dejar de mensaje fascista por las acciones de la Bope y por la escena final, o por la presumible parcialidad hacia el protagonista jefe del escuadrón como narrador de la historia, e incluso donde el narco de la favela lleva una camiseta del Che, es lo que puede suceder en la realidad y ante eso no podemos taparnos los ojos; el director lo hace aposta para provocar seguro y de paso para que reflexionemos.

La primera parte consigue marearte, pero cuando empiezan a explicarnos el desenlace de las tramas ya no podrás dejar de mirar con absoluta atención; con algunas situaciones tópicas pero no cargantes presenciarás lo inevitable. Las interpretaciones son correctas y los sonidos que acompañan a las imágenes en ciertas secuencias junto a la música son buenos.

La legalización de las drogas evitaría a los narcos, evitaría la corrupción en las instituciones, evitaría muertes, crearía puestos de trabajo, con la venta en farmacias y/o lugares especializados y con una educación por parte de las escuelas, de los centros de salud, de los padres,... además actualmente conseguir droga no es tan difícil y también evitaríamos a los que captan a chic@s en los institutos ¿entonces por qué no interesa legalizarla? Bingo!!!

Dr. Hackenbush.

Víctor Jara - Ni chicha ni limoná
Amelie76
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31 de julio de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La miseria, la corrupción, la droga, la violencia y la muerte son moneda corriente en los suburbios del tercer mundo (también en los del primero), quizá en las favelas brasileñas de manera más aparatosa. La vida de un ser humano vale menos que las alpargatas que lleva puestas, si ha tenido la suerte de conseguirlas. Es un problema de dificilísima solución ante el cual, como el protagonista y narrador anticipa, sólo quedan tres opciones: o te corrompes y formas parte del sistema, o haces la vista gorda, o le declaras la guerra. Yo creo que hay una cuarta alternativa, que es una mezcla de las tres anteriores, para intentar acabar con el sistema desde dentro, a largo plazo, y teniendo presente un sentido de la justicia medianamente razonable. Me gusta la crítica que se hace de la hipocresía de ciertas ONG y de algunos niños bien, eso que se ha dado en llamar progres, que bajo el paraguas de la solidaridad no esconden más que esnobismo, en el mejor de los casos, y simple negocio en no pocos otros.
Está claro que, cuando la disyuntiva es matar o morir, prefiero ser yo quien apriete antes el gatillo. El problema es que la película, a la que tengo mis dudas de calificar como muy pesimista o directamente fascista, no da demasiadas opciones: matar o matar. Si la solución al problema de la corrupción y la miseria es poner la justicia en manos de una pandilla de pirados cuyas similitudes con la Gestapo o las SS van más allá del color de la indumentaria, apaga y vámonos. No podemos olvidar las relaciones de los criminales nazis con sucesivos gobiernos suramericanos desde la II GM. Si para ser un buen policía tienes que someterte a todo tipo de vejaciones, torturar y matar a mansalva, hacer la vida imposible a tu propia esposa, convertirte en un fanático, pues que se vayan todos a tomar por el culo. No encuentro que la moral de los señores de la droga sea más despreciable que la de estos escuadrones de la muerte. Son la misma mierda, pero con instrucción militar. Aunque quizá sea la obra de Padilha la mejor expresión de un país con un potencial inmenso pero una situación desesperada; un país en ruinas. Una película cuestionable, pero muy bien hecha y que, desde luego, no deja indiferente, a la par que “Ciudad de Dios”.
Shinboneniná
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10 de abril de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
149/07(09/04/09) Fallida cinta que nos presenta el otro lado del espejo de "Ciudad de Dios", la violenta radiografía de un batallón de asalto en Rio de Janeiro, un grupo al que se le encomienda actuar en las favelas poco antes de la llegada del Papa, a partir de esto y con la voz en off del capitán Nascimento, vemos la corrupción de la policía, la violencia de los criminales y sobre todo el salvajismo en el escuadrón de élite, que actúa de forma paramilitar, torturando, matando haciendo todo tipo de tropelías para conseguir su objetivo y realmente no sé si se decanta el film por ensalzar este comportamiento fascista de las fuerzas de la ley o es una crítica, aunque lo que sí sé es que el resultado es una cinta sin alma que lo fía todo a escenas de contenido escabroso y atrocidades miles, la película se queda en un quiero y no puedo, con un arranque ilusionante para ir diluyéndose en un argumento mil veces visto, que avanza por la senda de la simpleza para terminar en lo que se supone que es la evolución del joven policía inocente a la madurez de ser un atroz defensor de la ley. Recomendable a los muy amantes del cine con tintes fachas. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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