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Retrato de una mujer en llamas

Drama. Romance Francia, 1770. Marianne, una pintora, recibe un encargo de una condesa que consiste en realizar el retrato de bodas de su hija Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento y que tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a investigarla a diario. (FILMAFFINITY)
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Críticas 102
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi dos meses después de su estreno en salas en España he podido ver en un cine la última película dirigida por Céline Sciamma. En la Francia del año 1770, Marianne, una pintora, recibe un encargo que consiste en realizar el retrato de boda de Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento y que tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a mirarla de día y a pintar de noche.
Este es un deslumbrante drama romántico francés de época que cuenta una bella historia de amor que pervive en la memoria a pesar de la distancia física en que tiene cabida la memoria, el arte, la obsesión y el el juego de espejos, ya que el personaje de la pintora podría ser el alter ego de la directora, ya que Sciamma es pareja en la vida real de la actriz que interpreta a Helóise. En anteriores trabajos, trató el tema de la identidad femenina, infantil en “Tomboy” y adolescente en “Girlhood”. Esta vez la cineasta ha querido retratar una historia de amor lésbica desde su mirada para que el espectador pueda tener el film como un referente, ya que no hay films anteriores desde esta perspectiva. La directora recurre al mito de Orfeo y Eurídice como referente en la historia sobre los momentos en que una se gira hacia la otra. La película tiene una realización preciosista, de contención emocional (aunque para algunos pueda resultar un poco fría), una puesta en escena sobria y luminosa y una destacada fotogtrafía a cargo de Claire Mathon. Esta es una propuesta de mujeres en que los personajes masculinos apenas aparecen y está muy bien interpretada por Noemi Merlant (“Un seductor a la francesa”) como Marianne, Adele Haenel (“La chica desconocida”) como Heloise, y cuenta con la participación de Valeria Golino (“Figlia mia”).
El film obtuvo el premio a mejor guion para Sciamma en el pasado festival de Cannes (un reconocimiento que podía haber sido mayor), está nominado al premio BIFA a mejor título internacional independiente, ganó el premio a mejor guion en los premios del cine europeo donde fue nominado a mejor dirección y actriz para las dos protagonistas, ha sido seleccionado como uno de los mejores títulos extranjeros por el National Board of Review y es candidata a mejor película europea en los los premios Goya y Gaudí. En definitiva, sin duda, estamos ante uno de los mejores títulos franceses del año y a nivel internacional y una de las mejores aproximaciones al amor entre dos mujeres del cine reciente junto con “La vida de Adèle” y “Carol”.

Valoración: 9

Lo mejor: la cuidada puesta en escena y la labor de las actrices principales.

Lo peor: antes del desenlace el ritmo es un poco lento.

https://josh-cine.blogspot.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joe Diaz
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30 de diciembre de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas que más esperaba ver en todo el año. Ganó el premio a mejor guión en Cannes y es de las favoritas a los premios a mejor película extranjera (representante de Francia). Y para mí, otra gran favorita y competencia que le llega a Parasite y The Lighthouse como las mejores películas del año. La directora francesa Céline Sciamma (Tomboy) dirige y escribe esta pieza de arte de la sensibilidad, de la pasión y del amor, ambientada en el año 1770, cuando una pintora, Marianne, es contratada para hacer el retrato de boda de Héloise, una joven recién salida de un convento y obligada a casarse con un hombre que ni conoce. El cuento es que Héloise se niega a dejarse dibujar, por lo que Marianne llega como dama de compañía sin develar que es artista y la pintará en secreto. Pero de esa relación, ese juego de miradas y ese acercamiento nace una pasión y un amor entre las dos mujeres, que es tan magistralmente narrado, que simplemente te pierden en el detalle en cada gesto, en cada mirada, en cada símbolo, que la directora va dejando en el camino. Me encanta el punto de vista artístico, porque Marianne es una artista que busca la inspiración y la belleza de su arte y del cuerpo. Mientras Héloise tiene aún mucho por vivir, pero tiene una sensibilidad que le permite seguir su intuición y su deseo. Es un juego de deseos retratado con una mirada tan sensible, tan bella, tan estética, que te conmueve, te maravilla y a la vez te duele. También me gusta la referencia al mito de Eurídice y Orfeo, a la literatura y por supuesto (nuevamente) el arte. Son muy importantes en la historia y el desarrollo de la relación de las protagonistas. La fotografía y la música son excelentes, y ni hablar de las dos magistrales actuaciones de Noémie Merlant y Adéle Haenel. Me ha fascinado y me ha mantenido pegado a la pantalla, suspirando en cada escena, porque todas son medidas, delicadas y cuidadas. Otro de los grandes filmes del 2019. ¡Imperdible!
Alejandro
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21 de marzo de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Retrato de una mujer en llamas’ tiene, como bien indica su título, tres elementos clave: arte, mujeres y pasión. Un triángulo, proporción divina. Se trata de una película que nos desnuda el proceso de enamoramiento entre dos mujeres de gran sensibilidad, que se necesitan de pocas palabras para dar forma e imagen al amor y al deseo que sienten la una por la otra.

Por un lado, el escenario es una fortaleza situada encima de un acantilado de algún lugar remoto de la Francia del siglo XVIII. Estos significantes permiten dotar de muchos significados a un ambiente a veces dulce y hermoso; a veces triste, peligroso y desgarrador. Por otro lado, el guion es tan simple que funciona casi como de acompañante: Marianne, pintora, tiene que realizar el retrato de bodas de Héloïse, cuyo futuro matrimonio repudia profundamente. Todos estos elementos y un juego excelente de música, colores y planos, logran conseguir un reparto de dos horas de imágenes muy poderosas, bellísimas y delicadísimas, como pinturas artísticas, que consiguen una sensualidad excepcional. Este film es la viva imagen de la experiencia carnal que pueden ser el arte y el amor, como conjunto y por separado.

Otro componente que es fundamental y muy importante destacar de esta producción es el papel de lo femenino. La historia es protagonizada por mujeres, y todos los personajes principales lo son, con sus distintas historias que son consecuencia y causa al mismo tiempo de su condición de mujer. Los hombres aparecen muy pocos segundos y en forma de tripulación de barcos o mensajería, o como desencadenantes de acciones que afectan de alguna manera la trama, pero sin necesidad alguna de aparecer. La directora solamente les atribuye aquella parte más utilitaria y mecánica del ser humano, y les desposee, a ellos, esta vez, de cualquier humanismo y sensibilidad, relegándoles a alcanzar la cúspide de su protagonismo a través de su propia ausencia.

Como apuntábamos al inicio, ‘Retrato de una mujer en llamas’ es la armonía triangular entre tres piezas: arte, mujer y pasión. Geometría de composición, también, feminista.
Laura Prat
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18 de julio de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se me pone la piel de gallina después de todavía mi segundo visionado al recordar como he cruzado mi mirada con las dos de Noémie Merlant (Marianne) y Adèle Haenel (Héloïse). Es algo que consigue esta película si la miras como un conjunto de cuadros que es lo que consigue si capturas momentos del film.

No logro comprender como Francia ha desprestigiado a esta película, siendo la mejor película europea del año y me atrevería a decir de la década como mínimo, porque tanta belleza, tantas emociones y tanto arte solo consigue dejarnos mudos ante esta joya.

Gracias Céline Sciamma, por este trabajo tan precioso y esta historia de amor que me ha dejado con lágrimas en los ojos y una sonrisa al acabarla en las dos veces, y eso, muy pocas películas son capaces de producirlo a lo largo de la historia. 9,6/10
nicovegadiez
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7 de noviembre de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el Siglo XVIII, una pintora es contratada para pintar un retrato de Heloise, una joven que está a punto de casarse con un hombre de la alta sociedad. Ella no está dispuesta a posar para tales efectos, por lo que Marianne debe hacerlo a escondidas, apreciándola mientras la acompaña durante sus paseos diarios.

Es difícil destacar un solo aspecto en este film. Para empezar, la interpretación de la pareja protagonista es brillante. Prácticamente no necesitan diálogos para que sepas lo que sienten, y sin embargo no exageran una sola expresión. Podés sentir su rabia, su miedo y sobre todo su pasión como si fuera real, pero el registro es totalmente sutil. Cabe destacar que cuentan con una dificultad adicional, ya que al carecer de música extradiegética, la emoción debe ser transmitida solamente a través de su actuación, lo que se logra con creces. En esto es clave la magistral dirección de Celine Sciamma, quién nos lleva en un viaje en el que a través de un mágnifico uso de las subjetivas, vamos descubriendo a Heloise al mismo tiempo que Marianne la va conociendo. Pero no solo a nivel narrativo es excelente. Hay planos que podrían ser pinturas hechas por Marianne (la literal escena de Heloise con el vestido prendido fuego o su opuesto exacto cuando decide bañarse en el helado mar).

Todos estos elementos están al servicio de un guión, firmado también por Sciamma, muy preciso que, a pesar de tocar temas tan sensibles y actuales como el aborto, la sororidad y la homosexualidad (¿Ocurre en el siglo XVIII o en el XXI?), mantiene siempre el foco en relatarnos una historia de amor anacrónica, que avanza a un ritmo pausado pero que logra mantener al espectador pegado a la pantalla, conmoviendo incluso a los corazones más fríos.

Por último, es importante resaltar el feminismo presente a lo largo de toda la película, que desde el viaje de llegada a la isla nos indica que vamos a ver una historia de mujeres fuertes, que no necesitan de los hombres y que pueden encargarse de sus problemas por sus propios medios.

“Retrato de una mujer en llamas” hace total honor a su nombre, representando lo mejor del cine europeo en una obra con una estética pictórica y un comentario social que no opaca lo que realmente se quiere contar, una apasionante historia de amor.
ElPombero
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