Dos Fridas

Lo bueno

Yasin es una de las directoras nacionales que mejor maneja el lenguaje visual, con su opera prima El Camino ya lo había demostrado, dando vida a un drama duro, real y directo en la crítica. Con Dos Fridas el cambio de registro es diferente , estamos ante una escuela un poco Buñuelesca, en el manejo de la realidad y el onirismo de lo soñado, de lo que no sana, de lo que no se entiende, del
pasado.

En general las actuaciones están bien manejadas, no hay alguna que sobresalga eso sí.

El aura de respeto hacia una figura emblemática del arte latino como lo es, Frida Kahlo, aunque no se habla de su arte, sí hay un gran respeto a su himanidad, a su dolor, como lo explico su misma directora, el dolor de Frida estaba en el centro de todos los dolores.

Judith es un personaje manejado con algún interés, viéndose en su vejez como una Frida en un dolor final, siendo espejo de lo que no pudo ayudar hasta el final, ese elemento funciona muy bien.

La secuencia final es una de las escenas más bellas de nuestro cine, bravo por las referencias necesarias a Carmen Lira y Yolanda Oreamuno.

Posiblemente sea la película mejor fotografiada y musicalizada de nuestro cine.

Lo no tan bueno

Es un cine muy personal, que muchos no entenderán en su forma narrativa, no lo negaré hay algo de pretensión en la propuesta, bien orientada pero que no deja de pausar narrativamente la propuesta.

No es que Ishtar esté mal como Frida, es que se siente algo impuesta, posiblemente por la veneración de la misma directoria de ser Frida alguna vez en cine, pero el resultado con otra actriz que incluso se pareciera más, tal vez habría conectado más con el personaje.


Opinión Final : Cine de autor en su máxima expresión, bien dirigido e intencionado, la fotografía y banda sonora son exquisita, un cine de exportación que maneja lo onírico y real de manera notable, la secuencia final es una belleza y de mucho riesgo, pero Ishtar en general sale bien librada de la propuesta.

El Festival Ícaro Panamá 2020 inauguró de manera virtual con la transmisión de “Dos Fridas”, película dirigida por la costarricense de origen chilenoiraquí Ishtar Yasin Gutierrez sobre su compatriota Judith Ferreto, enfermera que cuidó a Frida Kahlo en sus últimos años de vida, cuando la amputación de su pierna derecha terminó de hacer mella en su endeble estado de salud y arrolladora personalidad.

Este filme es un biopic no convencional, ya que utiliza una estructura fragmentaria y poética para explorar los vericuetos de la memoria de Ferreto, enajenada por el cortejo de La Muerte, luego de sufrir un accidente de tránsito que le dejó postrada y con las mismas dolencias que tuvo la pintura mexicana en su momento.

Aunque el mayor dolor de Ferreto es de espíritu, al sentirse culpable por abandonar a Frida en el momento en el que más la necesitaba. De ahí que sus recuerdos disgregan entre un pasado luminoso en la intimidad de la Casa Azul y un presente trágico donde su ausencia le resulta insoportable e intenta solapar vistiéndose como la mexicana mientras su sobrina Li Sáenz la cuida.

La película insinúa en varias pasajes, a través del jugo de una fruta que se riega en la boca de ambas o un abrazo que termina con un beso en la mejilla, una relación erótica y sentimental entre ambas. Esto da valor a los chismes de la historia que han susurrado durante mucho tiempo que el muralista Diego Rivera corrió a Judith Ferreto al comprobar la relación que ambas habían establecido.

Pero más allá de explorar la relación entre Frida Kahlo y Judith Ferreto, el filme de Ishtar Yasin señala la muerte de algo más: el ocaso de una época, tal vez. Aquí la clave son las pinturas “El Moíses” y “La mesa herida”, ambas obras de la pintura mexicana.

Puedes leer la reseña completa de "Dos Fridas" en Material Extra, sitio web especializado en el cine panameño y centroamericano: https://bit.ly/36oRS68