Amor en polvo

El que nos ocupa es la ópera prima dirigida por Suso Imbernón y Juanjo Moscardón Rius (cortometraje “Chocapaquete”) que también coescribió y que he tenido la oportunidad de ver como uno de los cuatro largometrajes (y quizás el que mejor pinta tiene) del festival de cine de comedia de Tarazona y el Moncayo. Pablo y Blanca forman una pareja que ha decidido hacer un intercambio de parejas para avivar sus relaciones sexuales, desobedeciendo la primera norma fundamental: no hacerlo si estás en crisis. Para ello, llaman a dos de sus amigos solteros, Mia, una mujer directa y moderna y Antonio, (aunque quien acude es Lucas) desobedeciendo también la segunda norma: hacerlo siempre con otra pareja.
Esta es una atrevida comedia ligera de enredos, equívocos y confesiones que se sustenta en los diálogos lenguaraces y sus cuatro personajes principales. Habla de la generación que comprende de los treinta a los cuarenta años y de su situación laboral. Tiene lugar sobre todo en escenarios interiores que se van alternando: el piso sótano de Pablo y Blanca y un bar donde se conocen Mia y Lucas, aunque también hay alguna escena en exteriores, rodada en Valencia. Por consiguiente, la estructura es sencilla pero el guion logra ser entretenido con varios giros. Quizás esta no es una película notable y es mejor “Kiki, el amor se hace” en cuanto al aspecto de variantes sexuales, y tiene el mensaje a favor de mantener relaciones íntimas fuera de la pareja pero todos en común. Personalmente, prefiero esta propuesta de comedia a las típicas de Atresmedia cortadas por el mismo patrón. La película está bien interpretada por Enrique Arce (miniserie “Inés del alma mía”) como Pablo, la más desconocida para el gran público de los cuatro y que resulta creíble Lorena López (corto “Victoria”) como Blanca, Macarena Gómez como Mia y Luis Miguel Seguí como Lucas (ambos actores en la popular serie “La que se avecina”). Así pues, esta es una opción aceptable para pasar un rato ameno.

Valoración: 6.5
Lo mejor: la interacción de las dos parejas de intérpretes y un guion que no decae.
Lo peor: la puesta en escena es más bien convencional.

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Una propuesta muy bien intencionada llena de lugares comunes. Es fanfarrona pero tiene mucha ilusión por ser algo más. Película pequeña con un reparto juguetón donde los personajes van subiendo la temperatura con un lenguaje libre y sarcástico. Una obra teatral que se deja llevar por el ingenio de las actuaciones pero sobre todo por Macarena Gómez, se apropia de la función con una sensual interpretación repleta de giros. Una ostia a la vida en pareja que luce con vida propia.

La película nace con un alma atrevida y canalla que la convierte en atractiva con solo leer la sinopsis. Intentando por todos los medios llevar la trama por ese camino, introduce al espectador en un constante ida y vuelta que no se aclara, probablemente porque, en el fondo, es mucho más convencional de lo que parece.

Y no es mala idea envolver su propuesta en un juego de espejos en el que cada pareja intenta resolver sus dudas por separado. La historia se bifurca para que avance por su lado, aunque en un momento determinado la trama pide algo más de acción y decide cruzar a los personajes en lo que estábamos esperando desde el principio.

“Amor en polvo”, que para ese momento ha desarrollado correctamente a los personajes, crea una atmósfera muy cómoda para el espectador gracias a una sólida dirección; unos diálogos concisos e interesantes; y un reparto más que convincente que transmite sinceridad, naturalidad y picardía. El guion diseña una hoja de ruta que trata temas complejos como la confianza, el desgaste de las relaciones de pareja o la amistad a través de una idea atrevida que apenas pone en marcha y que sirve como elemento detonante. Se echa de menos mayor profundidad en algunos aspectos.

Una comedia desvergonzada, con unos cuantos momentos hilarantes, que aprovecha su corta duración con la precisión de un experto, no está nada mal para el estreno de ambos directores en el largometraje.

Yo no sé qué obsesión tienen en el cine subvencionado de la Comunidad Valenciana por los intercambios de parejas y el sexo en grupo, pero es ya la tercera película que veo de esta catadura. Ustedes me reprocharán que si las veo es porque me gustan, pues podría ser que sí, que me lamo de gusto viendo las peripecias sexuales de estos seres mediocres y obsesionados con la sexualidad. Sí, las veo para sentir excitación y luego expresar aquí mi crítica. Pero lo que afirmo categóricamente es que son películas malas de solemnidad, y eso que esta tiene aún un punto de gracia y se deja llevar un rato; así que voy a ser condescendiente y le voy a poner un dos.
Tampoco quiero ser un ogro y dejar que el público deje de gozar con cuerpos semidesnudos entrelazados y situaciones excitantes que conducen al clímax. La pueden ver y disfrutar en una tarde aburrida. No es lio peor que circula por estos lares.

El amor en polvo, es una comedia ligera, no pretenciosa, y justamente eso es un valor. Los debutantes han intentando exprimir situaciones incómodas a la hora del intercambio de parejas. Es una película para la generación entre los 30-40 años, divertida y muy bien realizada e interpretada. Los directores Suso Imbernón y Juanjo Mosacrdó Rius sin duda, se han arriesgado con , tal vez, el género más difícil de realizar , que es la comedia y ese coraje debutante augura un futuro prometedor para ambos. Sin coraje no hay buen cine en España.