Camino hacia el éxito

Cuando las experiencias oníricas, vuestras fotografías y las interpretaciones kafkianas se aparten quizás un poco de vuestro camino, es cuando empezareis a ver las películas de verdad. De momento solo podéis verlas mirando la carátula, si aparece Stallone ya no vale, ya es ridícula, pésima, de risa o de pena, según se mire, según se mire por vosotros, los frustrados, los desgraciados, los depresivos, los que estáis convencidos de que el cine es una cortina de humo para tapar vuestras vidas llenas de amargura.
Pero, recordad una cosa, el tiempo siempre pone las cosas en su sitio y, si Stallone ha llegado hasta aquí cuando otros muchos "mejores" actores han desaparecido ya hace mucho, será por algo...Y sí, yo os ofrezco una excusa que os gustará: seguramente porque cada vez somos menos los que entendemos de cine y vosotros más ¿o al revés?
Para los demás, Reach Me puede incluso gustarte, tanto, que quizás te sorprendas de lo mucho que te ha gustado. Y sale Stallone, pero poco...

Mala, mala, mala. Un ridículo absoluto desde que comienza hasta que acaba. Demasiado patética hasta para perder un segundo de tu tiempo hablando de ella.

Es cierto que se nota que es una película realizada por cuatro amiguetes. Se dice también que Sylvester Stallone aparece en este patético film porque conoce a su director John Herzfeld (creador de la entretenida 15 minutos) y quería echarle una mano apareciendo en ella. Pero de nada le sirvió, ya que es más aburrida que una carta de Jorge Valdano a los Reyes Magos y sus diálogos tan vacíos e insulsos que parecen escritos por el correcaminos.
Lo único destacable: Las dos primeras apariciones de Stallone. Parece que es el único que tiene algo de sangre a la hora de soltar sus diálogos.

No la recomiendo a nadie. Salvo a los que padecen de insomnio o los que tienen amnesia y puedan olvidarla pronto.

'Reach Me' es un film flojo, no hay duda, también es malo, aburrido y poco interesante, la historia no engancha en ningún momento y abarca a un montón de personajes sin carisma y nada definidos (entre ellos, un Stallone disfrazado de Buenafuente que solo sale en tres ocasiones contadas) y hablando de Sly, se nota que ha metido mucha mano (contactos, amigos, y familia) en la cinta, al igual que el propio director y guionista John Herzfeld, que cuenta con su mujer Rebekah Chaney como productora y actriz en la cinta, y su hermano Holland. El film tiene un gran reparto de actores y caras conocidas, Stallone, Kyra Sedgwick, Thomas Jane (El Castigador), Lauren Cohan (Maggie en The Walking Dead), Tom Berenger, Tom Sizemore (Dallas en Encerrado), Cary Elwes (Dr. Gordon en Saw) etc ... la mayoría cumplen, aunque ni ellos mismos saben que hacen metidos en semejante producto. 'Reach Me' es una película de vidas cruzadas, pero cruzadas malamente, sin ganas, como antojo de un guión pobre que no conoce su propósito.

Película de historias cruzadas que tienen como nexo común un misterioso libro de autoayuda escrito por un misterioso autor. Como en toda película episódica, hay historias mas potentes que otras aunque el resultado aquí es bastante coherente, porque todo es igual de mediocre, vamos. La película avanza a trompicones desvelando pequeñas tramas, ayudada por excelentes y desaprovechados actores (algunos de los cuales apenas aparecen unos minutos) y empujada por un guión penoso, ligero y suave que ni molesta ni emociona. Quizás ese sea su mayor defecto, que "Camino hacia el éxito" es como el libro de autoayuda del que habla, una película buenrollera con canciones insufriblemente bonitas. Algo así como un libro de segunda mando de "cree en ti mismo" comprado en una gasolinera y que intenta sorprender al espectador con un delirante guión donde todo es inconexo, todo es mas falso que un guión de 250 euros. Y a pesar de eso, estoy convencido que a algunos os gustará. Hay publico para todo ¿no?

¡Alcánzame!, pero si vas tan lento y ofreces tan poca distracción que ¡te he adelantado y llevo rato esperando tu llegada!
En navidad y épocas concretas es muy normal la aparición de relatos sencillos y modestos formados por pequeñas y ligeras historias de varios personajes que van a confluir en el mismo sitio y lugar, dia d-hora h, y bajo la misma temática para articular un tapiz simpático, ameno, jovial y llevadero de carga leve, típico de nochevieja/Times Square/el amor/deseos de futuro etc..., en esta ocasión se trata de una reunión improvisada de extraños, unidos por la misma esperanza e ilusión, donde hará su aparición el autor anónimo del libro de autoayuda que ha cambiado la vida de los presentes, individuos varios con situaciones extremas cuyos caminos van a cruzarse por accidente azaroso del destino para ese gran momento de explosión y fuegos de artificio donde el tablero se dispone, las fichas tropiezan, todo se precipita y se produce el esperado desenlace, de normal dulce, armonioso y querido donde triunfa el bien, el malo es castigado, el chico consigue a su chica y la felicidad florece cual hermosa rosa que abre sus pétalos en primavera pero, para esta oportunidad, aunque se cumple a rajatabla lo escrito, el final es tan dulzón, meloso y acaramelado que embafa y casi estropea su visión previa, la cual tampoco luce en demasía pues es el previsto y caótico portal de Belén cuyas piezas e ingredientes revueltos alcanzan la paz y concordia para confeccionar ese cuadro hermoso de bella postal de fotografía buscado y deseado que incluye, una ex-presidaria con revelación incluida, una mancillada sobrina aspirante a actriz, un policía con remordimientos por hacer su trabajo, un sacerdote asfixiado por las confesiones de su oveja descarriada, unos matones que desiertan de pegar puños por el sueño de preparar y servir comidas en su propio restuarante, un estafador con perro salchicha y novia demasiado joven, un jefe mafioso que debe bajar de las alturas y volver a ensuciarse las manos y, todo concertado y movido por un joven periodista, aspirante a escritor de novelas de éxito, orquestado y presionado por un Rocky intelectual, de verborrea filosófica sobre como prosperar y ser feliz en la vida obsesionado en encontrar y sacar a la luz a este visionario que no busca fama ni a quien importa el dinero.
El desmadre es previsto, los pasos figurantes nada gloriosos ni espectaculares, por tanto, nos quedamos con el atractivo de las breves historias, centro clave de un entusiasmo y cordialidad en su consumo o sosez y desgana que roza el aburrimiento y, la verdad, ni tanto ni tan poco, se busca la comodidad remilgada, la nimiedad sin apuros, aspereza sin gran esfuerzo, lucimiento con desidia, poca motivación ni gran complicación para despejar esa densa neblina que nunca aparece pues, se busca el soleado despertar de un amanecer claro y suave donde anticipar con facilidad su confortable discurrir.
La calefacción es moderada, insuficiente para caldear el ambiente y, en general, este gurú inspirador portavoz de magistral sabiduría para ayudar a los demás siendo él quien más necesita esa mano tendida que le levante del suelo no alcanza una cuota estimable de respeto y afecto por su trabajo y andar, es más bien escaso, pobre y leve en su ensoñación reflejada.
Ejemplos varios de este tipo de formato los hay donde elegir, con más arte y maestría no será difícil de descubrir, en estilo dramático profundo de gran impacto emocional y recepción herida mucha más sabroso y grato ya lo plasmó Aaron Eckhart en "Love happens" con talento, sentimiento y más bravura, entre muchos otros, pues este eslogan de apertura confesa sobre el enigma de la existencia, con su clarividencia confusa "...,no hay parada, ¿quién se detiene?, detenerse, alguien que se va a detener..." que suena a bocazas presumido que habla mucho y no dice nada, más su lema de frenesí estrambótico "...,no hay quien detenga a alguien que no se detiene con nada" y su televisivo titular de estrellato mediático "reach me" tiene mucha palabrería que roza los altares de la buena fe y agraciada prosperidad pero, poca chica, consistencia ni rigor más allá de la simple banalidad y obvia superficialidad con la que se mueve, alimenta y lo vive todo.
Caras conocidas para una debilidad bobalicona que fluye cual espíritu benigno y descafeinado que no vibra, fuerza, tiembla ni posee un gran coraje, su superfluo carisma no activa el corazón ni consuela a un alma hambrienta deseosa de más.

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