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Un buen día para una ejecución

Western El sheriff de un pueblo tendrá que declarar ante un jurado contra un joven que es el novio de su hija. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fred MacMurray hace de un sheriff de honradez intachable, excelente actor todoterreno. De Margaret Hayes no voy a decir nada porque no tengo ni idea de quién es. Robert Vaughn tuvo su lanzamiento a la fama con el televisivo personaje de Napoleon Solo, El agente de CIPOL, el jefe de Illya Kuryakin. James Drury, destacó exclusivamente como El Virginiano, el jefe de Trampas.

La película es una escenificación de un capítulo del Oeste sin mucha acción. Hay una escena en la que de repente se abre la puerta de un almacén y le da en las narices al sheriff que es más una escena de cine cómico, y no es serio teniendo en cuenta que es en un momento álgido del desenlace de un tiroteo.

La cuestión es que la película no puede llegar a una alta calificación porque la búsqueda en el guión de la emoción, del odio y de la pasión no es muy acertada según mi humilde opinión. Y estos sentimientos son los que marcan al verdadero Western.
floïd blue
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15 de junio de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se tiene que ver, porque su argumento no es lo que puede parecer.
Con un principio demasiado estandar, demasiado en la línea de las películas B del Oeste, hay un momento en que se produce un giro, y eso hace que se recobre el apenas interés que hasta el momento se tenido.
El guión hace que merezca la pena verlo, pero no así sus protagonistas: MacMurray siempre ha sido un secundón sin talento alguno; la Hayes en plan mujer módelica americana, pero sin interés alguno; y el Vaughn en un papel que no se sabe muy bien si se lo llega a creer.
Con otros actores esta película sería mucho más interesante, pero, a pesar de ello, es buena.
JOSE GOMEZ
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20 de marzo de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi opinión: Entretenido western, no muy allá desde el punto de vista técnico, pero competente para lograr entretener sin el menor esfuerzo.
Está bien y tiene una base sólida en las buenas interpretaciones de actores como Fred McMurray, siempre seguro y/o Robert Vaugh y los más o menos veteranos, como el siempre eficaz Denver Pyle.
Bonita fotografía de Henry Freulich y estimables diálogos, merced al esforzado trabajo en el guión de John Reese.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Constancio
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25 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mañana cualquiera de 1878 en la pequeña ciudad de Springdale del estado de Nebraska tiene lugar el asalto al banco que detallamos en la zona spoiler.
Durante toda la primera parte, la cinta transcurre por los trillados terrenos del género para entrar enseguida en lo que podemos llamar el western judicial o, mejor todavía, el western psiquiátrico o psicológico. En el juicio al joven Eddy interviene un experto abogado que con habilidad inclina la opinión pública y la del jurado en favor de su cliente, mientras tanto neutraliza y siembra la duda entre los principales testigos de la fiscalía. Y tiene que ser el testimonio del marshall Ben, presente en el tiroteo que causó la muerte del sheriff, el que resulte decisivo para que finalmente el veredicto sea de culpabilidad y la condena a la horca en breves días.
Pero el ambiente ciudadano ha cambiado rotundamente. Cuando el juez ofrece a Eddie la posibilidad de expresar su opinión, aprovechará la ocasión para pedir entre lágrimas la segunda oportunidad que su temprana orfandad y su triste infancia le han negado. La ciudad es otra ya muy distinta que mira con lástima al joven reo, mientras critica la brutalidad del testimonio de Ben, "Desde cuando una serpiente joven tiene menos veneno que una vieja". Incluso su hija Laurie se aparta de él para dedicar toda su atención a Eddie. Ahora todo es mirar con simpatía al condenado y con dureza al nuevo sheriff.
El cambio es tan espectacular que la misma viuda del sheriff intercede en favor del reo y el fiscal ahoga en whisky el remordimiento por el veredicto, "Tres vasos por hora cuando bebo para emborracharme". Ha causado la muerte de varios vecinos, ha robado sus ahorros, pero la gente está con el reo.
Se trata del conocido Síndrome de Estocolmo, ni más ni menos. Esa reacción psicológica en la que las víctimas desarrollan una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con el agresor. Personas que malinterpretan la ausencia de violencia como un acto humanitario, que muestran sentimientos positivos hacia los culpables y de miedo o ira contra la policía o contra quienes los reducen.
Procede el nombre del asalto que en agosto de 1973 tuvo lugar en el Banco de Crédito de Estocolmo, cuando el ladrón mantuvo como rehenes a cuatro empleados. A pesar de las amenazas contra su vida hasta el extremo de tener colocadas sogas alrededor de su cuello, estos rehenes terminaron protegiendo al captor para evitar que fuera atacado por la policía.
Aunque para muchos psiquiatras, no se trata de un síndrome en sentido estricto sino que es un simple efecto postraumático. Y fue el psiquiatra asesor de la policía sueca el que acuñó el término de Síndrome de Estocolmo, que bien pudo llamarse de Sprigndale por la reacción tan similar que experimentaron los vecinos de este pueblo casi cien años antes.
Independientemente de esta curiosa circunstancia desde el punto de vista médico y sociológico, como vemos la película tiene un planteamiento muy original. Estamos ante un western judicial y en esto los anglosajones son verdaderos maestros. Aunque la acción se concentra en momentos puntuales, la tensión es constante, no baja nunca el ritmo. Hay además personalidades muy bien dibujadas, sobre todo Eddy, bien interpretado por el futuro Napoleón Solo, lo mismo que sucede con la entrañable Molly Cain (Card). Sin embargo no resulta tan convincente MacMurray.
La intriga se mantiene hasta el final con un desenlace que nunca parece del todo claro, donde alternan las sensaciones de inocencia y de culpabilidad, los remordimientos, la amistad más que el amor, la venganza, la responsabilidad y la justicia.
Una buena película muy poco conocida. Una verdadera lástima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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