El brindis

LE DISCOURS o EL BRINDIS es una comedia que bien podría denominarse “de autor” dado que está basada en el libro de Fabrian Caro, conocido dibujante de cómics francés, de difícil estructura novelística como para llevar al cine, pero con un gran resultado.

Con una puesta en escena teatral, con un escenario principal es una cena con sus padres, su hermana y su futuro cuñado, en el que se van introduciendo, como paréntesis, ensoñaciones o recuerdos, el resto de situaciones y personajes conforme van surgiendo en la cabeza del protagonista, un hipocondríaco depresivo con humor cítrico, que está destrozado porque le ha dejado su novia y muy preocupado porque su cuñado le ha pedido que haga el discurso de boda.

Se van sucediendo situaciones en las que, a pesar de ser algunas de ellas exageradas o histriónicas para marcar el estilo de comedia, seguramente en alguna de ellas nos veremos reflejados, y en eso consiste lo notable de esta película: que las situaciones habituales a las que todos, alguna vez, nos hemos enfrentado, con nuestro dolor, miedo, reparo, valentía, con éxito o con fracaso, con pinceladas de nuestro propio carácter, que tanto puede ser mezquino u honesto, descarado o humilde, en función de cómo se encuentre ante las situaciones, al igual que hacemos todos y, en este caso, la película las plantea con una nota de humor resaltable e inteligente que hace divertido reconocerse.

Es en esta conexión con las situaciones personales y reacciones, exageradas, que se produce al verla donde reside el potencial de esta película y la comicidad que provoca en nosotros, habiendo frases lapidarias que cobran sentido en nuestra vida en función de nuestras experiencias.

El brindis es la adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por el dibujante Fabcaro. Sigue los pasos de Adrien en el transcurso de una cena familiar mientras espera la respuesta a un mensaje que ha mandado a su novia, con la que se ha dado un tiempo. A través del uso de flashbacks y flashforwards, junto con un diálogo irónico e ingenioso, se construye un relato, en su mayoría, ocurrente y dinámico.

La película rompe la cuarta pared en todo momento, puesto que el protagonista se dirige a la audiencia emulando el estilo de comedias televisivas como la reciente Fleabag, aunque con menos eficacia.Y es que, a medida que avanza la trama, este recurso se torna algo repetitivo, sin llegar a hacerse excesivamente pesado, en parte, gracias a un metraje idóneamente escueto.

A la vez, todo su peso recae en Benjamin Lavernhe que encarna, de manera aguda y vigorosa, un rol, a menudo, exasperante. Adrien es un personaje egocéntrico con el que cuesta empatizar, pero al que se le agradece su honestidad. Mediante largos monólogos plantea las dudas, miedos e inseguridades que siente acerca de la vida en pareja, la adultez o, incluso, la sensación de estar perdido. No esconde sus defectos ni intenciones y, de tal forma, es más fácil para el espectador encontrar un punto de relación con él.

Lo que más destaca de la cinta es la puesta en escena, similar a las obras teatrales. Laurent Tirard hace una apuesta osada al utilizar unos espacios concretos e intercalarlos con imágenes del pasado y futuros hipotéticos. Con la ayuda de unas transiciones premeditadas y originales, consigue aportar frescura al film. Asimismo, incorpora aspectos surrealistas, que contribuyen a la parte cómica; si bien, hacen inevitable rememorar y equiparla con la sobresaliente Amélie.

En definitiva, El brindis es una comedia para personas que sienten que no encajan. Es una apuesta audaz, convincente y lo suficientemente interesante, pero que no siempre funciona. No será recordada como la gran comedia del año. No obstante, se disfruta y es capaz de dejarnos con un buen sabor de boca.

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Aunque en algún momento me ha hecho gracia, Le discours no deja de ser un monólogo adornado.

Nos vemos muy identificados con el cuñado sabelotodo.

Juega muy bien con la idea de la delgada línea que separa lo gracioso con lo ridículo.

Pero estar oyendo de manera continua, reincidiendo en las mismas ideas, a Benjamin Lavernhe resulta ser insoportable. Me ha terminando cayendo muy gordo.

Alguien con mucha paciencia lo podría soportar.

Es muy probable que visto en tres días, durante 30 minutos por sesión, pudiera ser aceptable.

¿Cuántas veces más me defraudará el cine francés?


Mi puntuación: 4,03/10.

Chistes y críticas en holasoyramon.com

Definitivamente, las comedias francesas no acaban de funcionar.

El personaje protagonista es un Woody Allen a la francesa. Un hombrecillo torpe, cuarentón, neurótico... Benjamin Lavernhe, eficaz actor protagonista, no abandona la pantalla ni para ir al baño. Su omnipresencia verborreica llega a ser fatigosa por momentos.

A pesar de todo "El Brindis" no está mal, discurre a buen ritmo, y contiene 3 ó 4 escenas muy graciosas. El resto se ve con una sonrisa.

Película androcéntrica. La novia del protagonista es un personaje insípido, desdibujado. Solo cuenta él.

Durante toda la película no paro de preguntarme: ¿A qué se dedica Adrián, el protagonista? ¿Cuál es su oficio? ¿Vive del aire?

Comedia fresca, inteligente, sensible, irónica, y al mismo tiempo reivindicativa. Sí, reivindicativa porque reivindica el poder de la palabra, de la comunicación, de la torpeza, de la humanidad, de la imaginación…y del amor.

Y a parte, me recuerda a películas que disfruté hace muchos años cómo “La tentación vive arriba”, sobre todo por la capacidad imaginativa y de construir realidades paralelas que sólo existen en su mundo por parte del protagonista. También me recuerda a “Sueños de un seductor” y al Woody Allen neurótico que todos llevamos dentro. Y a “pobres diablos” como Jack Lemmon en sus películas junto a Walter Matthau (perdiendo a sus parejas y siempre mendigando amor).

¿Será mucho decir?, posiblemente si, pero desde luego tiene ese aroma, y a mí, personalmente me encanta.

Espero que la puedan disfrutar tanto como la he disfrutado yo, y desde luego, ¡brindo por esta película, brindo por la inteligencia, por la palabra, también por la torpeza, pero sobre todo, por el amor!.