El exterminador

El Exterminador es otra película de venganzas pero decantándose en gran medida por la acción como no podía ser de otra manera al estar dirigida por el gran James Glickenhaus, director machacado injustamente por la crítica por hacer un cine violento, directo y entretenido. No es que sea un gran contador de historias, de hecho la mayoría de sus películas carecen de argumento y la que lo tiene que es Timemaster no tiene mucho sentido. Pero a la hora de filmar las escenas de acción era sangriento y visceral como Peckinpah, otra cosa es la fotografía que sobretodo en este el Exterminador es un poco floja, no así por ejemplo en Blue Jean Cop o Timemaster.
El punto fuerte de El Exterminador es sus salvajes escenas de violencia. Hasta ese día escenas nunca vistas, el film es de 1980. El comienzo en Vietnam es brutal. Y una vez Robert Ginty pasa a la acción todo es un festival de como cargarse delincuentes, violadores y traficantes. No es que fuera un gran actor este Robert Ginty pero le añadía su sorna a este personaje y dentro del salvajismo que utilizaba para cepillarse criminales hasta caía simpático.
La historia es deudora de El Expreso de Corea, militar que viene de la guerra con sus traumas. Matan a su amigo de color y a partir de ahí quiere sangre y venganza. La diferencia será que no solo se conformará con liquidar a los culpables del crimen sino que continuará posteriormente con las labores higiénicas de la ciudad masacrando a todos los delincuentes que se le pongan por delante.
Film dirigido a los fans de Charles Bronson y las películas de justicieros y venganza.

Lo mejor: Es muy entretenida y su violencia que en ocasiones roza por no decir que llega al gore.

Lo peor: La escena de la trituradora ya me parece excesiva.

El dialogo:- Mierda, ese tipo no era mas que un negro.- Uno de los asesinos.
- Ese negro era mi mejor amigo.- John Eastland, el exterminador.

Película sencilla y directa con multitud de cosas en contra para ser valorada positivamente, pero que contra todo pronostico consigue funcionar a la perfección al presentar la clásica y básica historia de un castigador que hace por repartir justicia en unas calles plagadas de delincuentes y matones.
Es ese tipo de productos de venganzas y justicias personales que funciona y se deja ver con facilidad. A veces con poco, se puede conseguir mucho y este es uno de esos casos peculiares.
Me ha tenido entretenido y he disfrutado. Merece un visionado y la recomiendo para esa gente que no quiera complicarse mucho la vida con el argumento.

Para entender esta película, hay que haber vivido en los 80. Yo recuerdo que de vez en cuando a algún excombatiente de la guerra de Vietnam se le iba la olla y causaba una pequeña masacre en EEUU. "Stress postraumático", lo llamaban.
También recuerdo que cada plaza o parque tenía a su grupito particular de yonkis, que en sus ratos libres (que era todo el día) se dedicaban a robar radiocassettes de los coches y a asaltar viviendas, y con sus navajas de mariposa en los bolsillos.

Eran tiempos donde los delicuentes que asustaban eran los que campaban a sus anchas por las calles, generalmente pertenecientes a grupos marginales o llevados por los vicios. Luego llegó la globalización, y aparecieron los peores delincuentes, los de corbata de seda y traje de Armani. Los que provocan más daño y tienen la ley de su parte, porque se la hacen a medida, como el traje.

En esta película tenemos a un vengador, un tipo que se toma la justicia por su mano, un cowboy solitario que quiere limpiar su ciudad de podredumbre. La verdad es que tal y como lo plantearon, yo lo veo más como una serie que como peli. Aquí el protagonista extermina sin orden ni concierto, con unos casos demasiado forzados, demasiado preparados, y así no mola. O bueno, mola a medias, porque la sordidez de los casos y del modus operandi del exterminador son suficientemente brutales como para que la peli tenga su público.

Es una de esas películas que se alquilaban en VHS y flipabas en colores, porque nunca habías visto nada igual en TVE (que sólo emitía clásicos de Hollywood). Hoy en día el público es más exigente y los estudios no apuestan por nada que se salga de su policorrectismo y esquemas manidos y funcionales. No es de extrañar que películas así se hayan convertido en pelis de culto.

A la hora de valorar una película, para mí la lógica de la historia, el buen desarrollo causal del guión, va en paralelo con los sentimientos que genera la obra en sí, a veces un escalón por debajo y otras uno por encima en función del género o del tipo de historia o de la forma de enforcarla.
Pero en este caso renuncio completamente a sacar fallos de guión para rendirme ante las emociones que el film crea. Además en este caso creo firmemente que no se puede hablar de fallos en sí, sino de una declaración de intenciones: "no quiero desarrollar dramáticamente esta historia, solo quiero ir al núcleo del asunto y centrarme en lo puramente esencial".
Situaciones sobrevenidas a bocajarro, elipsis narrativas enormes... todo da igual porque siento a los personajes y el entorno que el film retrata. No puedo encontrar una alabanza mayor para decir.

Me río pensando en que esta película es una serie B... El cine de Hollywood desde el 2010 aproximadamente hasta fecha de hoy no podría más que avergonzarse ante los recursos limitados pero efectivos y de apariencia real que esta película despliega. No recuerdo cuánto tiempo hacía que no veía tomas aéreas amplias y reales de una gran ciudad, por no hablar de explosiones y fuego real... qué gusto no tener que ver la basura artificial generada por ordenador.

Y sí, el guión en su desarrollo adolece de lo ya comentado, pero la historia sobre la que se desarrolla el argumento es puramente real: el Nueva York de los años 70 y de los 80 era un estercolero de delincuencia, degeneración criminal y campo de batalla de destructivas maniobras políticas y especulaciones financieras de proporciones gigantescas. Viendo esta película vives el escenario y el ambiente a la perfección.
Y además de ese realismo estético y de fondo, el film también arroja un realismo de situación. Quizá un episodio de la historia, que comento sin hacer spoilers, pueda parecer una escena incluida a posta para generar morbo pero exagerada o incluso inventada: el asunto del prostíbulo de chicos menores ("chapería" lo llaman en la propia película). Tengo que decir que es algo real que ocurría en el Nueva York si no del año 1980 en el que se sitúa la película, sí al menos en el de principios de los años 70. En la 'Gran Manzana', en pleno Manhattan además, uno se podía encontrar pisos donde los criminales tenían secuestrados (por la fuerza, o a base de drogas, o a base de la pura destrucción mental) a jóvenes, adolescentes, niños, que prostituían hasta... no sé hasta donde porque el relato donde me enteré de estas prácticas no contó la historia hasta el final, pero uno puede deducir qué hacían los criminales cuando el ser humano al que habían arrancado de la vida llegaba finalmente al colapso.

No quiero separarme del matiz dramático que sin duda posee el film, pero para destacar aún más su mérito, en el aspecto de actuación en este caso, tengo que hacer un comentario del protagonista: cuando le vi la primera vez, se me vino a la cabeza un parecido cómico con una especie de mezcla entre el cantante Camilo Sesto y el Beatle Paul McCartney. Pues aún así, incluso con ese lastre, me olvidé de ello y me identifiqué plenamente con ese justiciero que se dedica a limpiar de criminales la ciudad. El resto de actores no desmerecen nada al protagonista; los macarras y la gentuza realmente parece que pertenecen a las cloacas, te crees a los policías y a las prostitutas, te generan repulsa los políticos... No se puede pedir más a una ficción.

Recomiendo totalmente esta película al más amplio grupo de espectadores. No solo hay acción, drama y una historia de venganza, por si fuera poco, sino que hay realidad; ese escenario y esos sucesos se dieron realmente no hace tanto tiempo en el centro de una de las urbes más famosas en el planeta.
Y con lo difícil que es mostrar la realidad en cualquier circunstancia, medio y época, yo agradezco profundamente que alguien en su día pusiera dinero y otros pusieran talento y ganas para sacar adelante una obra que ataca al Sistema sin paliativos. Totalmente recomendable.

Fijaos que lo que más me ha impresionado de esta película con tanta acción, y a veces hasta muy macabra, es que en un par de escenas salen dos personajes vestidos a lo 'Torrente', y yo me pregunto "¿No habrá sacado de ahí la idea Santiago Segura para su insigne personaje?".
Ahí lo dejo. Vedla porque es entretenida, sin más que destacar. Hay que verla con los ojos de la época, sin más.