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Escuadrón suicida

Bélico Historia de un médico del ejército estadounidense que investiga los mareos y desvanecimientos que sufren los pilotos cuando vuelan a gran altura. Basada en hechos reales, fue estrenada meses antes del ataque japonés contra Pearl Harbor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2006
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "Dive Bomber" nos encontramos con la última película que rodaron juntos Errol Flynn y el director de orígen húngaro Michael Curtiz. Fue una de tantas películas bélicas que se hiceron sobre los años 40 para ensalzar el patriotismo de los ciudadadado de los Estados Unidos y fue rodada antes del bombardeo de Pearl Harbor. No se puede considerar "Dive Bomber" una película plenamente bélica, es más bien un drama que se desarrolla en el ejército donde un médicio encarnado por Errol Flynn investiga e intenta a averiguar que les podroce mareos y desmayos a los pilotos en pleno vuelo, en especial cuando vuelan a grandes altura y vuelan en picado. Puede que este sea uno de los papeles más atípicos en la carrera de Flynn, acostumbrados como estamos la mayoría de verlo en film más épicos, pero como ya demostraría posteriormente en "Objetivo Birmania", Flynn da el tipo perfecto como militar y además se le ve cómodo en ese papel, se le denota interés en su personaje y lo que intenta hacer. Además podemos verle lucir una variedad de trajes inmensa y en todos ellos luce espectacularmente, como con esa bata de médico, eso trajes de etiqueta, los variados uniformes militares e icnluso finalmente en ese traje presurizado. A su la do, un pedazo de actor como Fred McMurray, que años más tarde realizó su obra más conocida en la excelente "Perdición" de Billy Wilder. En "Dive Bomber" da vida a un teniente que en un principio no comparte las ideas de Flynn de mejorar las condiciones de los pilotos, pero que finalmente se convierte en conejillo de imdias en todos los experimentos, siendo de gran ayuda.

A todo esto hay que añadir unas magníficas tomas aéreas, de cazas y bombarderos, filmadas con maestría por Curtiz, que vuelve a demostrar de nuevo su versatilidad, ayudado además por una luminosa y colorista fotografía y negativo en Technicolor, que da más vida a lo que vemos. No podemos olvidar esa banda sonora de uno de los más grandes compositores de la historia, Max Steiner, que compone una banda sonora de sonoridad patriótica y militar, adecuada a lo que es el film. En definitiva, "Dive Bomber" nos narra una interesante historia, la de unos hombres que intentaron y lograron que la vida de los pilotos de aviación militar fuera más segura
Javi
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8 de noviembre de 2005
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película en la que Curtiz dirigió a Flynn. Rodada en 1940, se dispuso de 3 días para la filmación de escenas en el portaviones Enterprise. Fue nominada a la mejor fotografía en color.

La acción tiene lugar en 1941 en la flota del Pacífico y en la base naval de San Diego (California). Narra la historia de un médico, Douglas Lee (Errol Flynn), que se alista en la marina como investigador médico del proyecto de desarrollo de los "Dive Bombers", aviones que desde gran altura se lanzaban en vertical sobre los objetivos a bombardear, especialmente embarcaciones. En el desarrollo de su cometido, Doug Lee entabla amistad con el teniente coronel Joe Blake (Fred McMurray), pese a las diferencias que mantienen, y con el también teniente coronel Lance Rogers (Ralph Bellamy). La obra elogia el compañerismo, la amistad, el trabajo en equipo, la disciplina, el esfuerzo personal, el sacrificio y el heroismo. Se estrenó a principios de 1941, antes del ataque japonés a Pearl Habour, cuando en el país se vivía la convicción de la inminencia de la entrada en guera. No es una película bélica: es una película sobre la Marina, que ofrece una narración, entretenida y espectacular, sobre el desarrollo de un proyecto de investigación militar de gran trascendencia en aquel momento, que se explica acertadamente en términos de aventura. Contiene referencias patrióticas, destinadas a trasmitir confianza a la población, prepararla para afrontar la implicación inminente en el conflicto y demostrarle la capacidad de defensa del país.

La música se basa en una partitura brillante, que ocupa una posición protagonista. La solemnidad y grandiosidad de los temas principales, se acompaña de otros de carácter lúdico, festivo, fúnebre, etc. La fotografía ofrece imágenes inusuales, de gran belleza, sobre el despliegue en el aire de escuadrones en formaciones diversas, sobre el despegue y aterrizaje (en tierra y mar), sobre acrobacias, giros y maniobras diversas, de gran interés. Se ven varios tipos de aviones ligeros de la época, sobre todo los "Douglas dive bomber". El color, con predominio de los celestes y blancos, es excelente. El guión concreta unos diálogos breves, rápidos, ocurrentes e irónicos, que contrastan con las escenas largas de maniobras aéreas y navales. Se basa en una historia escrita por un veterano de la aviación naval norteamericana, el teniente coronel Frank Wilber Wead, cuya vida se llevó al cine ("Escrito bajo el sol"). La interpretación de Flynn, McMurray y Bellamy, es correcta y convincente. La dirección, en manos de un veterano curtido y hábil, construye una obra dramática con interesantes referencias documentales.

Una obra singular, de gran interés documental, que aporta una historia basada en la realidad y que la explica con corrección, belleza visual y una excelente banda musical.
Miquel
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6 de abril de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ninguna de las dos cosas, pero tiene algo de ambas. Como película es entretenida e ingenua, como documental podemos disfrutar de unas imágenes de aviación únicas justo antes de dar comienzo la IIª GM. El ejército del aire americano accedió a ser filmado (y así de paso hacer algo de campaña con una de las estrellas principales del cine de la época, Errol Flynn). También el argumento es muy interesante aunque creo que maquillado con bastante ficción. Se trata de la historia de un ingeniero-médico militar de aviación que se dedica a investigar y desarrollar mejoras en la seguridad de los aviones de combate (concretamente aumento de la resistencia de los pilotos a mayor altitud). Como antagonista nos encontramos a un rudo y veterano piloto que culpa a Errol Flynn de la jubilación anticipada de su mejor amigo en el aire. ("spoiler").

En el apartado "anécdótico" esta fue la última película de Errol Flynn junto a Michael Curtiz; ya se llevaban mal desde hacía tiempo pero los choques durante el rodaje de esta película fueron definitivos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The Big Dipper
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5 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claramente podemos decir que, <<BOMBARDEROS EN PICADO>>, fue la primera película de carácter militar y con ánimos de propaganda que se le asignó a, Michael Curtiz, luego de que comenzara la II Guerra Mundial...y sería la última que el director húngaro realizaría con, Errol Flynn, pues, cuando juntos empezaban a rodar, “They Died with their Boots on”, una golpiza en el set con el actor, llevó a la renuncia del director... y, Raoul Walsh, se encargó de su rodaje.

Curtiz, nos ofrece aquí una aventura en la que abundan espectaculares tomas aéreas; donde relucen los vuelos sincronizados y los malabares de expertos pilotos de la RAF; al tiempo que nos habla del compromiso que tienen los hombres con la experiencia para poder ejercer con eficacia cualquier cargo. Los protagonistas, son médicos de aviación quienes se ven enfrentados a situaciones desconocidas y, de pronto comprenden que tienen que vérselas con sentir en carne propia lo que sucede, para poder resolver los males respiratorios que aquejan a los pilotos.

Por fortuna, en la armada se tiene a hombres como, Lance Rogers (Ralph Bellamy), quien arruinó su potencial físico sirviendo como conejillo de indias en vuelos de gran altura, y ahora ejerce como jefe del cuerpo médico. Será él quien inspire al también médico, Douglas S. Lee (Errol Flynn), y juntos emprenderán una labor científica y renovadora que salvará muchas vidas durante la guerra.

No sé si estuvo en la intención de los guionistas (Frank Wead y Robert Buckner), pero, amén de la exaltación –acuñada desde los créditos- de los médicos pioneros que resolvieron graves problemas en la medicina de aviación, el mayor mérito que veo en esta edificante y entretenida película, lo encuentro en que se ocupa todo el tiempo del encomiable propósito de salvar vidas –verdadero heroísmo- y no en las técnicas para destruirlas.

No obstante que estamos en 1941, con la guerra casi en las narices, y con Estados Unidos forzado (tras el ataque de los japoneses a Pearl Harbor) a sumarse al esfuerzo que propende por la aniquilación de la tiranía nazi, la película de Curtiz sólo se ocupa de cómo proteger a los pilotos y de cómo aunar esfuerzos para realizar una tarea mancomunada. Hay lugar para el espíritu de sacrificio y para la renuncia a las aventuras amorosas, privilegiando, así, el compromiso con la ciencia. Brilla la amistad que supera las mayores diferencias… e incluso, se filtran con buen aire, ocasionales toques de comedia, propiciados por “Lucky” James (Allen Jenkins) y su singular esposa (la siempre eficaz, Dennie Moore).

Con esta interesante historia, se olvida el aburrimiento que suelen producirnos los filmes de propaganda y, Michael Curtiz, deja en claro que, con una buena dosis de talento; un decidido compromiso con la vida y con el arte; y un calificado equipo de técnicos y actores, cualquier empresa cinematográfica logra salir avante.

Título para Latinoamérica: ESCUADRÓN SUICIDA
Luis Guillermo Cardona
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23 de junio de 2022
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Historia de un médico del ejército americano que investiga los mareos y desvanecimientos que sufren los pilotos cuando vuelan a gran altura. Basada en hechos reales, fue estrenada meses antes del ataque japonés contra Pearl Harbor. Film inédito en España.

El entrenamiento y la entrada en acción de varios cadetes y pilotos durante la Segunda Guerra Mundial constituyen la trama de un film bélico planteado según los arquetipos patrióticos y propagandísticos del momento. La convención preside el desarrollo de la acción, servida con funcional eficacia.

Encabezada por el actor Errol Flynn, la trama se muestra muy interesante para el espectador siguiendo con mucho interés los diferentes pasos seguidos, las diferentes pruebas, todas ellas con el máximo riesgo de perder la vida para quien se ofrecía a llevarla a cabo.

Es una de las pocas películas, que yo haya visto, en l que el amor no tiene ningún espacio destinado. Es r aro, pero no se echa de menos. Dura más de dos horas, pero se pasan volando… y nunca mejor dicho. Un 7.
Mag61
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