Duelo en la jungla

Dana Andrews tiene el carisma suficiente para este Duelo en la jungla y se integra en el clima de la jungla sin más problemas. La película es una de esas "poco sustanciosas" producciones que es difícil juzgar con estricto criterio. Intercala imágenes -más bien pobres- de animales salvajes en acción, que con los nativos y los poblados y siendo conscientes de la evidente propuesta, podemos encontrar -con algo de generosidad- el equilibrio suficiente para la intriga, el romance y la aventura.

El argumento tiene su función aunque no se puede evitar cierto acomodo, pero como no es cuestión de ponerse a disertar sobre las cláusulas de un seguro de vida no queda otra que pasar de discutir y pensar que un inspector de seguros está justamente para eso, para esclarecer el contrato. Otra cosa es que además se enamore de la novia del asegurado, y éste es el tema, porque para eso hay historia que contar.

La mujer camina por la selva con su fiel nativo y sus porteadores. El fiel nativo canta por la noche durante un fuego de campamento de una forma inexplicable en un miembro de una tribu africana. Parece sacado de un musical de Bob Hope y Dorothy Lamour, pero vamos, que queda bien. Es lo que más me ha llamado la atención.

Duelo en la jungla se ve con ligereza, sin sobresaltos, sin pasión y sin duelo. Y sale airosa dignamente.

A grandes rasgos la sinopsis de la película es la siguiente. Un investigador de seguros estadounidense (Dana Andrews) es enviado a Rhodesia para averiguar las causas de la misteriosa muerte de un comerciante de diamantes que se ahogó mientras buceaba cerca de la costa.

El film sigue con muy buen criterio, las directrices, modelos y cánones de las películas de aventuras mas o menos exoticas. Es un revoltijo de aventuras, algunas bastante descabelladas, tiene un ritmo pausado con buenas secuencias de acción y con buenos escenarios naturales. El guión es bastante rebuscado, pero merece nuestro perdón.
Resumiendo: Recomendable para mas de 100 minutos de evasión, le doy un 6 justo.

Porque duele el desembolso de dos millones de dólares por una póliza de vida que suscribe un buscador de diamantes en Rhodesia, Perry Henderson (Farrar).
Y duele mucho más teniendo en cuenta que no aparece el cadáver del finado sospechosamente desaparecido en el océano, "Mala suerte perder a un pasajero cuando es el dueño del barco".
Pero duele menos si la novia del asegurado es la bella Marian Taylor (Crain), con la que trata de ligar un esforzado inspector de seguros como Scott Walters (Andrews). Estupenda la escena de la supersticiosa docena de ostras.
Seguramente es lo mejor de la cinta. Esa primera parte de pesquisas y de ligera intriga en Londres, a bordo del "Nigerian" o en ese puerto del África oriental. Las aventuras que siguen luego en la jungla resultan ya mucho menos convincentes con sus inevitables documentales faunísticos y etnológicos.
El guion es bastante pobretón, la historia daba para bastante más. Tampoco la realización se esmera mucho. Este tipo de directores trabajaban a destajo y en un mismo año podía estrenar dos y tres películas.
Muy desangelada la caracterización de los personajes, lo mismo que la ridícula pelea final grabada a una velocidad que parece una vieja película de cine mudo.
Interesante la reflexión que hace a la ligera una dama en el salón del "Nigerian", "El clima del mundo ha cambiado desde la bomba atómica". Toma ya, para que luego digan que el cambio climático es cosa de ahora.
Cinta pasable que reúne aventuras y cierta intriga. Para aficionados al cine de safaris y poco más

Sencilla, directa, interesante, ingeniosa, pasajera, previsible, irregular y aparatosa producción de suspense y aventuras de serie B, que no llega a funcionar por completo.

Propuesta atractiva e interesante, que promete suspense y aventuras, a partir de una premisa sencilla, en la que un investigador de seguros estadounidense es enviado a Rhodesia, para averiguar las causas de la misteriosa muerte de un comerciante de diamantes que se ahogó.

Los responsables de la película ofrecen un tratamiento claro de los acontecimientos, haciendo que la historia quede dividida en dos partes bien diferenciadas: la de la investigación y la de la aventura.

A medida que los misterios se van resolviendo, el interés va decayendo progresivamente, haciendo que el entretenimiento. corra a cargo de diversas persecuciones de lo más salvajes y aparatosas.

Duelo en la jungla, queda como un relato de suspense y aventuras, decepcionante.