El río de la ira

Superando "el mono"

LE CUESTA ARRANCAR Y SE QUEDA FLOJITA PARA EL REPARTO QUE TIENE

El río de la ira es una película a la que le cuesta arrancar y en el que el resultado es flojo para el reparto que tiene.

Le cuesta arrancar porque más de la primera media hora es la relación que tiene una pareja enganchada a la heroína y que juntos toman la decisión de salir de ella, sin más ayuda que ellos mismos. Este punto de partida, interesante, se vuelve un poco en su contra al repetir escenas de lo que están sufriendo. Quizás algo excesivo las tomas del síndrome de abstinencia y lo mucho que se quieren uno a otro, para ayudarse a dejarlo.
Una vez que salen de la droga, a partir de ahí la historia va tomando velocidad con los acontecimientos, el retomar la relación familiar, el rechazo a tener contacto con su camello, la ilusión en su nueva vida y proyecto de casarse… hasta que ocurre algo y, claro, gracias al poso que han dejado las repeticiones de lo mucho que les costó salir de su dependencia, de la abstinencia, se entiende que uno de ellos quiera hacer pagar la situación que otros han provocado.
No obstante la película queda floja. Tener a Robert de Niro y a John Malkovich sería uno de sus fuertes si no fuera también porque es una de las debilidades de la película: de Niro en el papel de policía rastreador, paternalista y tranquilo, tiene pocos minutos y se echa de menos que nos ofrezca algo más; y Malkovich tiene un papel casi de figurante, a buen entendedor cinéfilo, ya te hace sospechar que, si no es un cameo, no puede estar tan infrautilizado en esta película, por lo que a la mitad de la misma ya tienes orientación muy clara de cómo va a acabar.
Temas como el amor, la perseverancia en dirigir tu vida, la dependencia del dinero, del poder, de las drogas, el paternalismo bien entendido en las fuerzas del orden de un pueblo, la venganza…. Interesantes temáticas, con un muy buen cartel como De Niro y Malkovich, pero se quedan flojas y cortas en el resultado final.

Más allá de una pretendida sensibilidad en la relación de la pareja, no aporta nada nuevo a una película de acción medio tranquila de toda la vida. Si no tuviera el reparto que tiene, parecería una película de sábado por la tarde en televisión.

Más bien mediocre thriller policíaco que, no obstante, no carece del todo de interés.
Y es que es muy irregular y no está bien realizada pero también es cierto que tiene una pulsión dramática conseguida.
Desigual en su interés en realidad no cuenta nada nuevo, pero tiene intensidad e interesa lo suficiente como para no aburrir.
De todas formas debería haber estado mejor y al espectador creo que al final de su visión le queda una sensación de oportunidad perdida, sobre todo por su más bien errónea narración.

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El río de la ira se trata de una película dirigida por Randall Emmet, que tiene previsto su estreno en España el 13 de enero de 2023. La cinta, que aparentemente cuenta con un plantel de actores a tener en cuenta: Robert deNiro y John Malkovich entre otros, es en realidad una obra de serie Z en la que es imposible sacar algo positivo en términos artísticos. Una película que solo puede funcionar como una comedia involuntaria en la que nos encontramos además con interpretaciones indecentes.

El Cementerio de elefantes
De toda la vida en Hollywood los grandes actores han llevado mal su decadencia. Son muchos los casos de estrellas que no han sabido digerir el paso del tiempo así como el ocaso de la fama y para muestra tenemos una de las mejores películas de la historia del cine que retrata ese mismo concepto como es Sunset Boulevard del gran Billy Wilder. Bien, ver El río de la ira es entender el particular Sunset Boulevard de Robert de Niro y John Malkovich. Dos actores geniales a los que uno no entiende qué hacen en esta película, si no es por un buen talón de dinero (y la verdad, tampoco parece el caso).

Y no solo es que El río de la ira sea mala de solemnidad, sino que los personajes que interpretan están mal diseñados con tal de que puedan aparecer los actores o darles más relevancia de lo que en un primer momento debían tener en la versión original del guion. Así, nos encontramos con una película Frankestein en la que se destacan los dos mencionados actores aunque en realidad quien deba llevar el peso de la película es el personaje que interpreta Jack Huston (aunque su interpretación es tan ridícula que sin exagerar podemos llegar a decir que esta película puede ser su entierro particular).

Y pasando de esta primera mitad en la que vemos este proceso de desintoxicación absurdo, El río de la ira abraza la verdadera alma de película de explotación de acción, en la que Jack Huston encarna un vengador que da rienda suelta a la violencia más primaria. Nada que no hayamos visto antes en una cinta mala de Steven Seagal. Incluyendo además, el mismo mensaje reaccionario de estas películas de justiciero personal.

Conclusión de 'El río de la ira'
El Poster de El río de la ira no engaña a nadie. Robert deNiro y John Malkovich están para el cheque y poco más se puede decir de una película que es involuntariamente cómica. Un cementerio de elefantes donde han ido a morir (profesionalmente hablando), unos grandes actores.

Cinemagavia.es

La premisa de El río de la ira es algo que puede echar para atrás de primeras. Y con razón, pues es muy amplia la oferta de largometrajes de venganzas pasionales. Aun así, puede que seduzca al espectador por su elenco: Robert De Niro y John Malkovich. Aunque tampoco habría que hacerse ilusiones, pues ambos tienen un rol bastante secundario y la cinta en sí es un road trip de Jack Huston, cuya actuación como Shelby John es bastante creíble, dejando títere sin cabeza allá por donde pasa.

Los primeros quince minutos del film sirven única y exclusivamente para justificar la violencia desenfrenada (y explícita) del personaje principal. Se rellenan con diálogos vacíos que no van mucho más lejos de “¿quién te contrató?” o cosas por el estilo, pero que permiten a Shelby avanzar. A pesar de ser bastante plana, la propuesta establece una radiografía del poder de la droga en la sociedad, concretamente en aquellos pueblos más periféricos o con pocos recursos de Estados Unidos.

La trama en sí se siente bastante apresurada y puede parecer un simple trámite para que el protagonista se encuentre con el antagonista e intenten hacer un speech profundo para conocer los motivos de este último.

Aun con todo, El río de la ira puede llegar a ser entretenida. Tiene los componentes necesarios para que, dentro de algunos años, la veamos como película de sobremesa de domingos, aunque sea demasiado violenta para disfrutar en familia.

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A cada cuál lo suyo. La de Randall Emmett -una por la que asomaba también Megan Fox- no fue de las peores últimas cintas en las que Bruce Willis intercambia unas frases y se pira. Y aunque precisamente ni Robert De Niro, ni John Malkovich están viviendo su etapa dorada, sí puede extraérsele a Jack Huston -nieto de John, sobrino de Anjelica y Danny- el suficiente rendimiento desde el punto de vista puramente físico, e interpretativamente no tan especialmente desganado como cabría esperar, para encasquetarle un arma y que no desencante a los admiradores de un funcional pasatiempo de venganzas rural. Eso sí, antes de que eso ocurra le toca pasar por un prescindible y plano dramita sobre rednecks heroinómanos, narcos y desencuentros familiares.
Con una premisa clásica -y conservadora hasta la médula- como pocas veces sigue viéndose en el actioner contemporáneo pero no exenta de extravagancia siempre presagiable en la intencionalidad de estos relatos: un poli que lucha contra el tráfico de drogás, que se llama Church (¡¡!!), y el propio Huston tras rehabilitarse (de la drojjja se sale) toman las armas contra los asesinos de su chica (Willa Fitzgerald, la poli de 'Reacher' a la que confundo con Zoey Deutch) precisamente cuando estaba a punto de bautizarse, casarse y redimirse de un pasado turbulento de adicciones.
Como es de suponer, si pasas por alto los apuntes moralistas (e involuntariamente descacharrantes) te lo pasarás en grande en cuanto comienza el catecismo que nos importa de verdad:
El del ojo por ojo y las explosiones. Como siempre digo, de vez en cuando es divertido tragarme estos productos en la sala de cine y no en PrimeVideo o Rakuten.
Un Huston con la camiseta manchada de sangre y dos jubiletas -con la escolta vocal de sus leales Pep Anton Muñoz y Ricardo Solans- con Malkovich guardando su mejor versión para el último momento y De Niro poniendo cara de abotargamiento crónico.
Qué hermosos los paisajes naturales y bosques de la América profunda... la América profunda de Puerto Rico, dicho sea de paso.
Mis bendisioneh!!