La fortuna del Capitán Blood

"Fortunes Of Captain Blood" es un modesto film de piratas, rodado con pocos medios y con escasas escenas de acción. Demasiadas escenas de interiores, bastante diálogo y escasez de luchas a espada y en alta mar. Pese a todos estos defectos, entretiene, sobre todo en su parte final en la que parece que coge el rumbo.

El actor Louis Hayward tiene la poco envidiable tarea de hacerse cargo de un papel que Errol Flynn hizo famoso en el clásico de 1935, "Capitán Blood", y el resultado comparativo no puede ser más decepcionante. Hayward hace lo que puede por dar alma a este famoso pirata pero carece del porte y el carisma del que hacía gala un maravilloso Errol Flynn. Su réplica femenina, Patricia Medina, tampoco le va a la zaga y es imposible compararla con la extraordinaria Olivia de Havilland, si bien es cierto que su personaje tiene poco papel y la historia de amor apenas está esbozada. George Macready, en el papel de malo, es lo mejor del reparto pero tampoco hace olvidar al gran Basil Rathbone y su memorable duelo a espada con Errol Flynn.

En resumen, "Fortunes Of Captain Blood" es un film de piratas entretenido para una tarde de domingo pero que no aporta nada al género, es fácilmente olvidable y que debe verse sin compararlo con los grandes clásicos que ha dado este género y que han perdurado en la historia del cine.

Entretenida aventura de piratas con regusto de semblanza épica y con ribetes de peripecia cruel que se ajusta a la línea expositiva del relato de R. Sabatini.
G. Douglas dirige la película con tono sobrio y con sencillez cinematográfica que destaca por su capacidad de fabulación y por su notable habilidad para crear ambientes con escasez de recursos.
La película es dinámica, resulta muy amena y los lances de la acción se suceden con naturalidad, de forma emocionante y sin perder en ningún momento el vigor narrativo.