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Il viale della speranza

Drama Alegrías y decepciones de tres jóvenes que aspiran a la fama: Luisa tiene talento y triunfa; Franca intenta seducir a un productor, pero carece de dotes artísticas; Giuditta, en cambio, decide regresar a su pueblo y volver con su novio. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
20 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El DVD resucita el primer largo de Dino Risi, el hombre que renovaría la comedia italiana y daría al cine obras maestras como Vida difícil, La escapada o Monstruos de hoy, por poner unos pocos ejemplos. Il viale della speranza se inscribe en esa tendencia neorrealista que nació en la Italia de la postguerra, y narra las peripecias de la gente que coge ese tranvía, ese "Viale" que conduce a Cinecittà con la esperanza de conseguir un papel en el cine, desde las chicas jovencitas armadas tan sólo con su belleza y su esperanza en un futuro mejor, hasta los vencidos, los derrotados, gente ya mayor que busca un papelito de figurante o, a lo sumo, de extra con frase, para seguir sobreviviendo un día más. Risi contempla a sus criaturas con infinita ternura, él mismo un recién llegado a la meca del cine italiano, y sigue con la cámara las peripecias de las cuatro muchachitas protagonistas, actrices prácticamente desconocidas en España, y que no tardarían en ser expulsadas del paraíso. La música de Mario Nascimbene, muy influido por Nino Rota, hasta el punto de que cierras los ojos y crees estar oyendo al autor de La dolce vita, es el contrapunto ideal para relatar tanto su vida en la ajada pensión donde comparten habitación, como su desesperada búsqueda de alguien que se fije en ellas y las conduzca a empeños de mayor enjundia. La mirada de Risi nunca es ácida, eso vendría luego, con la edad y la experiencia, de forma que no existen malvados en la función, tan sólo gente corriente que quiere comer cada día caliente y ver su nombre en letras luminosas. Entre el casi desconocido elenco reconocemos a un jovencísimo Marcello Mastroianni, con el pelo más corto que de costumbre, y a un infantil Mario Girotti, más tarde popular en todo el mundo como Terence Hill. Una oportunidad para conocer los inicios de un gigante de la comedia italiana y, por ende, de la comedia universal.
Eduardo
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