King of Thieves

Como la puta vida de nuestros congeneres; quizás no de nuestros vecinos...o tal vez si. Que la historia se ubique en Ucrania (ex República soviética que está saboreando las mieles del capitalismo liberador), y en Alemania (país este que nadie discutirá nos lleva unos cuantos años de adelanto en lo que a desarrollo se refiere), la hace más cruda a nuestros adiestrados ojos. Los conflictos nos afectan en función directamente proporcional a la distancia que de los mismos nos aleja.
Salvo alguna licencia de guión la película es bastante redonda, buenos actores (los dos niños enamoran por su candidez y por la desesperación que se lee en sus preciosos ojos), buena dirección y fotografía y duración justa. Lo único que no me gustó es la licencia de guión que por razones obvias no voy a desvelar.
En la selva capitalista salvaje nuestra única esperanza es mantenernos unidos. Una persona en esta selva es únicamente su medio de vida. Sin él no somos nada. Y que nadie nos engañe con el estupido eufemismo de que somos de la clase media; nosotros al igual que Barbu, Mimma o Caruso somos de clase obrera y nuestra calidad de vida depende de nuestra capacidad de estar unidos, organizados y del salario.
Lo único que nos puede diferenciar de las bestias es la dignidad y el orgullo de que todo lo que tenemos lo conseguimos con nuestro esfuerzo y sin explotar a nadie.

Una película extraordinaria. Aunque desde el inicio sea previsible cual será el futuro de los dos protagonistas, su descenso a los infiernos (ese charco de agua negra a la entrada del circo) nos es mostrado de forma magistral.

La inocencia que muestra Barbú en su nueva situación en contraste con la crudeza con la que son tratadas todas las criaturas menores de edad que aparecen en el film, hacen de él un plato para estómagos fuertes.

Lo mejor: La originalidad del argumento. Quizas no se veía en pantalla tal sordidez en un circo desde "Garras humanas" (1927).

Lo peor: Ese final a lo "Taxi driver".