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La séptima víctima

Intriga. Thriller. Terror Mary (Kim Hunter), una joven provinciana, decide ir a Nueva York para buscar a su hermana Jacqueline (Jean Brooks), que ha desaparecido. Con la ayuda de su ex marido (Tom Conway) y de un prestigioso psiquiatra, Mary descubre horrorizada que la desaparición de su hermana está relacionada con una secta satánica. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
9 de abril de 2010
38 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta película me di el volteo acostumbrado por otras páginas de la red para contrastar mis opiniones con las de otros espectadores. Concretamente en IMDB me encuentro con 61 comentarios a un film que en esta página tiene solo 2. Evidentemente pongo cara de sorpresa y me cuestiono ¿Qué está pasando? Probablemente la distribución del film en nuestro país no haya sido lo que cabría esperar de un buen film, incluso magnífico por momentos, pero al que la escasez de presupuesto, los conflictos de producción y otras circunstancias han metido tijera hasta el punto de que la coherencia del guión y la estructura del argumento se sostienen materialmente por los pelos.

La RKO no quiso dar financiación A al proyecto de Val Lewton (La mujer pantera) mientras el afamado productor de horror movies insistiese en encargar el trabajo a un novel como Mark Robson. Por tanto, Sancho, habemus serie B. Sin embargo hay series B buenísimas y encima baratas. Y estamos ante una de ellas. Encima breve (2 veces buena). Pero a la versión que circula por estos lares le vendría pero que muy bien un libro de ruta. Sin él, seremos capaces de llegar a buen término pero seguro que nos perdemos por el camino más de lo aconsejable.

Digamos que este es, con claridad, el film que inspiró a Hitchcock la famosísima escena de la ducha de Psicosis. A su vez es el film que recoge el testigo (a distancia) de la película de Tourneur citada anteriormente La mujer pantera, producida como se ha dicho por Lewton. La persecución por Village Street es uno solo de los excelentes momentos de una película que tiene muchos: La habitación con la soga y la silla, la tensión en el Metro, la investigación nocturna en la fábrica de cosméticos, la presión psicológica instigadora del suicidio, la normalidad aparente de unas sectas satánicas integradas por gentes tan respetables como usted o como yo, el final...

Pero a la historia le faltan enganches (Probablemente sean retales cortados por la tijera podadora de gastos excesivos) y le sobran protagonistas. En un principio creemos que la hermana de la desaparecida Jacqueline es el pivote de la película, pero luego se nos cuelan de rondón un marido que no lo reconoce así de primeras, un doctor quizás demasiado amigo y un poeta fracasado. Sus relaciones probablemente inconfesables quedan como el love "in the air", en el mismo air que ciertos atisbos de amistades peligrosas femeninas.

No estoy en contra del cine que exige al espectador usar las neuronas a la par que los ojos, pero, por favor, dejen algunas cuantas piezas para construir un puzzle medio coherente. Aún así la película es sumamente recomendable y debe verse. Ahora, eso sí, procuren hacerse con la versión íntegra o cuando menos con una versión visualmente correcta y bien subtitulada. No fue mi caso. Seguro que de ello se resiente mi valoración.
FATHER CAPRIO
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4 de agosto de 2014
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque, por encima de todo, esta atractiva película de serie B, destinada por la RKO a completar programas dobles (su duración, de 71 minutos, así lo indica), es punto referencial y a la vez suma de referentes. Está todo el cine de sombras de Val Lewton, está "La mujer pantera", está una frase del guión magnífica que sin duda es un pequeño homenaje a "Casablanca" ("Bueno, este es el final de una hermosa relación").... cambien "final" por "principio" y verán que el homenaje a los hermanos Epstein es evidente, está el universo de la psicología que reinaba en la época (véase "Recuerda" de Hitchcock), y está, sobre todo, la economía de medios de la que Lewton y la RKO hacían gala, sin por ello desmerecer la cinta.
Pero la propia película ha sido fuente posterior de referencias. La escena de la ducha -se ha dicho aquí ya- está en la gran "Psicosis". La escena de la secta, reunida en una casa, debatiendo qué hacer y qué no hacer con Jacqueline está en "La semilla del diablo" de Polanski. Y hay más referencias... pero dejemos que las encuentre el espectador.

Aviso importante: la edición en DVD que circula por nuestro país -ya descatalogada-, es la que el sello Manga Films editó hace años. Tiene un importante problema de audio, con un nivel que apenas permite escuchar bien los diálogos, pero al menos con buena imagen. Por tanto, si cuando lean esta crítica ha aparecido otra... aprovechen para ver el film en la nueva edición, porque lo que es la vieja... les permitirá verla pero dificilmente oírla.
Fendetestas
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6 de octubre de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de la primera película de Mark Robson, y constituye un film de culto ampliamente reseñado cuando se trata de hablar de cine de terror o de serie B, auspiciados por el productor Val Lewton.

En mi opinión, el film no es ni mucho menos redondo, resultando un tanto confuso a veces, y con importantes lagunas de guion. Creo que es un film que contiene aspectos interesantes para la época, la historia es potente, la habitación de la persona desaparecida cuyo único mobiliario es una silla y una soga preparadas para cuando sea necesario, resulta impactante, hay una escena en una ducha que no puede dejar de evocar lo que muchos años depués hizo Hitchcock en Psicosis, y alguna buena secuencia cargada de tensión.

Pero el conjunto, a pesar de su corta duración, no resulta ágil, los papeles masculinos que rodean a la protagonista no son créibles, y el tema de la secta es muy superficialmente explicado, con lo cual el resultado es irregular, muy lejos de ser convincente, y provocando algún momento de pesadez e incomprensión.

Interesante por momentos, pero discutible en su conjunto.
zymu
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7 de enero de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duración: 70 minutos.
Género: Cine Negro. Es decir, detectives, gabardinas, femmes fatales, humo, y sobre todo, imágenes estilizadas, donde predomina mucho más el negro que el blanco.

La mayor parte del metraje trata sobre cómo una chica intenta buscar a su hermana desaparecida, que se rumorea que se ha metido en un culto satánico (formado por gente vestida de etiqueta) y que quizá se ha visto obligada a matar a alguien.

Interesante cómo en los últimos 15 minutos, una vez que encuentran a la chica desaparecida, ésta pasa a ser la protagonista de repente. Esta es la parte más interesante por cómo está dirigida, pero el guión cojea por muchísimos lados, y después de todo no se llega a ninguna resolución satisfactoria. El póster tiene spoiler.

También hay una parte que me recordó a la ducha de Psicosis; seguramente Hitchcock vio esta película.

Aunque no me convenció la primera vez que la vi, tengo curiosidad por revisarla. Quizá mi opinión mejore. Me llaman mucho la atención las estructuras dramáticas no convencionales.
FJ García
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27 de septiembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
1943, Estados Unidos está en plena paranoia por la segunda guerra mundial. La RKO tiene un nuevo proyecto en manos de Val Lewton, incombustible productor donde los haya. Decide encargar un filme sobre sectas satánicas a Mark Robson, un hombre que había editado Cat People, pero que aún no había dirigido ninguna película. Este acepta el reto, y el resultado será The Seventh Victim (La séptima víctima, 1943) una obra que a pesar de no ser perfecta llegó a inspirar al mismísimo Hitchock. También es cierto que muchos autores afirman que la mano de Val Lewton se nota detrás de la propia puesta en escena del filme, mucho más que en otras de sus producciones[1].

La película es lo que consideramos como serie B. Mark Robson contó con un presupuesto bastante ajustado que repercute en la película. De hecho lo notamos en el propio montaje, que parece estar recortado por todos los lados. La película dura escasamente unos 70 minutos.

La película nos introduce en el papel que interpreta la actriz Kim Hunter, una chica frágil y bondadosa. La película cumple a la perfección colocándonosla en los primeros minutos en una especie de institución educacional casi sacra. Ahí nuestra protagonista se entera que su hermana lleva desaparecida desde hace tiempo y decide partir en su búsqueda. Antes de marcharse, Mark Robson nos entrega una descripción perfecta del lugar donde ha vivido siempre. La citada institución rezuma paz y parece un oasis espiritual, se oyen los cantos de los niños y nada parece enturbiar el clima de tranquilidad. Para más Inri la protagonista queda encuadrada entre vidrieras que imitan el gótico, como si fuera una santa.

Todo lo contrario sucederá cuando nuestra protagonista viaje a Nueva York para encontrar a su hermana. En realidad, uno de los ejes de la película es destapar el entramado de enfermedad que late debajo de las grandes metrópolis. La segunda guerra mundial nunca aparece mencionada, pero sin duda se respira un clima nauseabundo en muchas de las secuencias del filme, que provienen del hastiado clima bélico. Nadie parece recordarse de su hermana, nadie la ha visto y nadie trata de ayudar a nuestra tranquila protagonista.

El desarrollo de la película tirará entonces por los caminos del cine negro. Nuestra protagonista se pondrá en búsqueda de su hermana con la ayuda de algún que otro personaje masculino (de hecho aparece un investigador privado en la película, personaje ineludible dentro del cine negro, aunque acaba siendo víctima en no mucho tardar) y la Séptima víctima recoge entonces el tono de investigación habitual que existe en el cine negro. Más que cine de terror, lo que la película propone es una serie de situaciones negras que en muchos momentos o mantienen una atmósfera terrorífica o que acaban siendo resueltos por elementos del cine de terror.

Porque por el medio del filme se destapa que nuestra protagonista había ingresado en una extraña secta, llamada de los Paladianos, donde se adora al mismísimo Satán. Pero a diferencia de la explicitud de directores como Jacques Torneur, recordemos Night of The Demon (La noche del demonio, 1957), Mark Robson difumina bastantes la secta de adoradores del diablo. No tienen nombre y apellidos (podrían ser cualquiera de los que deambula por la ciudad), ni tampoco se nos da muchas pistas de sus métodos de acción. Como gran parte del cine producido por Val Lewton, su nombre queda oculto en la sombra.

Aún así, la tijera se nota en exceso en La Séptima víctima. La trama se acaba desarrollando de una manera confusa, y en ocasiones entran y salen protagonistas del hilo principal, sin que se sepa muy bien el porqué. Con media hora más de metraje, seguramente la película habría ganado enteros.

Sin duda alguna, lo mejor de la película son algunas de sus secuencias, que son capaces de atemorizar a cualquier espectador que se atreva con la película. A la ya comentada secuencia inicial se le unen otras de puro terror, como una que acontece en la ducha de nuestra protagonista, en la que vemos como es amenazada por un miembro de la secta (secuencia que antecederá a la de Psicosis, también en la ducha), la escena en la que vemos a la secta de los paladianos tratando de forzar al suicidio a la hermana de la protagonista, o el brutal cierre de la película.

[1] Edmund G. Bansak, Fearing The Dark: The Val Lewton Career, Ed. Macfarland, North Carolina 1995


http://neokunst.wordpress.com/2014/09/27/la-septima-victima-1943/
Kyrios
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