Francotirador (Tower Block)

Los ingleses han encontrado todo un filón en los grandes edificios de los barrios bajos. Si el año pasado nos llegaba esa maravilla titulada Attack the Block, este año los alienígenas han sido sustituidos por un francotirador que está decidido a acabar con las reuniones de vecinos. La peli se toma su tiempo en presentarnos a la comunidad pero, una vez lo ha hecho, la cinta se dispara, literalmente, en una escena sensacional. A partir de ahí se inicia una cuenta atrás (tramposilla) para salir con vida del edificio.
Todos los actores cumplen de maravilla, pero es de justicia destacar a Jack O’Connell. La mitad del mérito para él y la otra mitad para su personaje, un capullo al que le darías una paliza y al que acabas agradeciendo haber pagado la entrada.

Lo mejor: sus chispazos de humor en medio de la tragedia.
Lo peor: la amenaza que nos plantean es un poco tramposa.

Tower Block es una de esas películas rentables de nacimiento. Poco reparto y un escenario, minimizando el gasto todo lo posible. Sin embargo, hay algo que nos atrae de todo esto, películas con personajes carismáticos y totalmente diferentes entre sí que comparten una desgracia (por llamarlo de alguna manera). La supervivencia como principal misión y la cámara como si fuera un personaje más que nos hace partícipes de la situación. Nunn y Thompson nos proponen más un juego que una película. Nos plasma el escenario y la situación, y el tiempo que dura la película nos invita a pensar cómo saldríamos de una situación semejante. Te va sometiendo a pruebas y puedes comprobar como morirías son dudarlo en algun momento de la película.

Sheridan Smith te sacará de la película unas cuantas veces. Su actuación está a un nivel demasiado bajo como para que cualquiera que haya visto unas cuantas películas se de cuenta de que falla por muchos sitios. Por fortuna, no es una película que se apoye en sus actores y sí en su idea, una buena idea que seguro se le había ocurrido a alguien antes.

Una película rápida, que ni siquiera es incómoda de ver, ni claustrofóbica ni nada por el estilo. No podemos decir, aunque nos sintamos partícipes, que suframos demasiado por los personajes que allí quedan encerrados. Da la sensación de que si hubieran muchas más de este tipo de cine quedaría en un plano más secundario, pero mientras tanto es un entretenimiento bastante coherente.

Francotirador (Tower Block), realizada en el 2012, parece una de aquellas películas que contando con un bajo presupuesto pero con una buena idea y una buena resolución, consiguen realizar una obra más que consistente. Además venía alabada en Sitges, al ganar la sección Panorama (sección para películas de un presupuesto menor). Pero nada más lejos de la realidad, Francotirador es una película absurda de pies a cabeza. Un auténtico esperpento en que en ningún momento de la película los actos que se producen resultan verosímiles. ¿El argumento? Absurdo y simple: Un francotirador empezará a cargarse gente en un bloque abandonado sin que nadie pueda salir ni hacer nada para evitarlo.

La excusa del porqué se cometen los actos y de quien lo hace es una mera anécdota para que los directores de la película (dirigen en pareja, y los culpables en cuestión son James Nunn y Ronnie Thompson) nos puedan mostrar una serie de trampas y secuencias de acción (muy en la línea de Saw y este tipo de películas estilo survival, en que los protagonistas van siendo eliminados uno a uno de manera irremediable, y que ya se ve venir que van a cazar al enemigo cuando ya sólo quede un par de ellos). Y es que el guión es seguramente lo más delirante que se haya hecho en mucho tiempo, ahí van unos cuantos ejemplos:

-Es cierto que se dan tres meses, pero hay trampas puestas que por la intrínseca de ellas, como la de las escopetas, tendrían que haberse realizado durante por lo menos una noche (porque por el día se supone que los personajes utilizarían el ascensor o se moverían por el bloque) por tanto resultan físicamente imposible. Además no las podría haber hecho un hombre sólo en la vida.

-El francotirador tiene la precisión de una máquina de guerra. No es que mate en poco tiempo, es que mata al instante, al microsegundo de abrir una ventana y en todos los momentos de la película sucede de esta manera. Esto es literalmente imposible porque se supone que está vigilando un bloque entero de pisos y nadie tendría la capacidad de realizar los disparos con la precisión que lo hace el de la película.

-Los personajes demuestran comportamientos totalmente absurdos. Si empiezan a disparar por las ventanas lo que nos haces es ponerte a hacer cosas absurdas como tratar de abrir una puerta y salir tú sólo al exterior porque te crees que ya está todo solucionando, exponiendo además a tu hijo. Tampoco se entiende como dejan a un matón de tres al cuarto asesinar impunemente exponiendo a dos vecinos al exterior y dejándole que prosiga tan pancho después de esto.

-La crítica social que realiza la película queda tirada totalmente por los suelos ante semejante panorama. Supuestamente los personajes han de pagar por no ayudar a un personaje que aparece apalizado en el prólogo, pero si nos tomamos en serio el discurso que podríamos sacar de la película estaríamos ante un mensaje tan reaccionario como rancio. Que sea un loco sanguinario el que mate aleatoriamente (como a dos inocentes que vienen posteriormente al edificio) no ayuda tampoco.

-Personajes arquetípicos. Rubia heroína, matón de barrio que deberá socializarse para sobrevivir, personaje antisocial que es bonachón, y sobre todo carnaza para el francotirador.

A esto se le suma unas interpretaciones deleznables en todos y cada uno de los participantes, así como una factura pobre y desorganizada (no hay ninguna muerte que pueda llegar a sorprender o que tenga una realización interesante detrás) y nos encontraremos ante una película deleznable que ni siquiera es capaz de aportar una buena dosis de entretenimiento.

http://neokunst.wordpress.com/2013/12/12/francotirador-tower-block/

Es una lástima que una trama tan original y que prometa tanto, se quede en una película de calidad de tele film barato.

No sé si a causa del pésimo doblaje (ésta la vi en español), de algunos momentos especialmente débiles, de que los personajes y las circunstancias no han sido bien definidas, o de las interpretaciones regularcillas (o todo junto)... el caso es que no se acerca ni a convencer.

79/20(25/04/13) Ameno y tramposo y desaprovechado thriller británico de acción y con sugerentes dosis de terror. En una torre de pisos londinense de la periferia solo queda habitada la última planta, allí viven unas cuantas personas resistiéndose a marcharse, un día un joven es apaleado en el pasillo por dos rufianes hasta matarlo, solo una muchacha, Becky (inane Sheridan Smith) intenta socorrerlo, el resto de los habitantes observan la escena por la mirilla, a la policía todos atestiguan haber visto nada. Un año más tarde, una mañana un francotirador comienza a disparar y a los residentes desde un bloque de enfrente, las ventanas son una trampa mortal, mueren varios, el resto sale despavoridos y asustados al pasillo, los móviles no funcionan, no hay luz, ni teléfono, el ascensor está bloqueado, las escaleras también, y a cada movimiento que intentan para salir de la trampa mortal se encuentran una sorpresa fatídica. El año pasado nos llegó ‘Attack The Block’ desde U.K., ahora nos llega ‘Tower Block’, una idea similar, en esta los aliens son sustituidos por un despiadado psicópata. La historia no es muy original, recuerda a muchas otras La cinta gracias a su recortado metraje posee un buen ritmo, nos presenta rápido a los personajes, con unos trazos gruesos sin profundizar, son estereotipos, y cuando arranca la acción lo hace de un modo que nos deja petrificados, es de una sequedad explosiva, en medio de ordinarios desayunos la a sangre lo salpica todo, esto nos involucra en un trepidante desarrollo con bastantes giros sorpresa donde el instinto de supervivencia primará. Los dos realizadores James Nunn y Ronnie Thompson debutan en un largometraje y exponen unas cuantas buenas escenas de tensión, ello en un increscendo dramático inteligente, para desembocar en un clímax final asfixiante pero previsible. Su moralina sobre como la sociedad ¡s e desentiende de los problemas de los demás y esto puede traernos graves consecuencias es bastante liviana. La puesta en escena es de enorme sobriedad, pocos escenarios fotografiados en espléndida semioscuridad por Ben Moulden. Los actores cumplen sin más, no sientes empatía por alguno, el único que le pone algo es el macarrilla interpretado por Jack O’Connell, que si llegas a creerte que es así de malote, lo malo es que no te involucras con personaje alguno, es todo impersonal, no tienes conexión emocional lo cual resta capacidad de sensaciones, no te cala su angustia. Es una obra sin más pretensión que pases un rato distraído y esto al menos lo consigue, te pone en la tesitura de que harías tu en esta situación, esto siempre predispone al espectador a un juego que hace te acerques al relato, aunque no de modo apasionado. Recuerda en muchos aspectos y salvando las distancias a ‘Cube’, verdadera matriz de muchos de estos argumentos. En conjunto es una cinta que veras, te entretendrá y olvidaras con la misma rapidez, pero que no te dejará un mal sabor de boca. Fuerza y honor!!!