El guardián del hermano

Una coproducción turco-rumana que consiguió el Fipresci en el Festival de Berlín y el de mejor película en el pasado Cinemajove de Valencia. Con mucho realismo el director Ferit Karahan nos acerca a un internado para kurdos en Turquía, recordando un poco sus vivencias al haber estado él en uno de ellos.

Yusuf y Memo son compañeros en un internado al este de Anatolia. El personal turco tiene la tarea de educar a los estudiantes kurdos que han sido considerados los mejores. Las reglas son muy severas y se les trata con mano dura, algo que recuerda más a un centro de detención. El "reformatorio" es un completo desastre la calefacción no funciona y está nevando copiosamente. Después de ser castigados tres chavales a ducharse con agua fría, a la mañana siguiente uno de ellos no despierta. Memo no responde, parece estar gravemente enfermo, es cuando comienza un gran periplo para salvarle la vida y saber la verdad de lo ocurrido.

La apatía y la incompetencia de los adultos a cargo de solucionar el problema se hace evidente. En la enfermería solo hay un armario vacío con un paquete de aspirinas y una cama junto a la ventana. Las carreteras estan colapsadas por la nevada, no hay cobertura de móvil etc…

La acción transcurre durante solo un día y los profesores no hacen más que intentar cubrirse las espaldas cuando la cosa se va poniendo fea. Los niños ofrecen unas interpretaciones buenas, sus miradas lánguidas lo dicen todo. 

Una interesante película turca rodada con mucha sencillez, pero que consigue tenerte bastante clavado hasta el final.
Destino Arrakis.com

Los niños ofrecen unas interpretaciones muy buenas con miradas de conmiseración.
Solamente dura 85 minutos y te engancha la película. Noto que me falta contexto para poder entender el trasfondo de lo que se narra, pienso si el internado será un centro de lavado de mente para que olviden sus raíces kurdas.
El director nos muestra de manera sutil el ambiente de corrupción y de incompetencia que domina el internado. Gran parte está rodado con cámara al hombro y ciertos encuadres me recuerdan mucho la película húngara El hijo de Saúl.
El protagonista observa siempre desde el interior de ventanas con rejas. La película es a la vez trágica y costumbrista.

Casualmente he visto esta película después de la clásica "¿Dónde está la casa de mi amigo?" de Kiarostami. Más allá del amistoso título (que el original de esta sería en realidad "Corte de pelo escolar", mucho mejor que "Mi mejor amigo", qué manía de cambiar títulos), en ambas el protagonista es un niño que intenta ayudar a un amigo suyo de la escuela, sin disfrutar de mucha ayuda de los adultos que tiene alrededor. En este caso toda la acción transcurre dentro de la escuela, lo cual remite a otra peli de Kiarostami, "Párvulos" (o "Los alumnos del ciclo preparatorio")", especialmente una escena con todos formando en el patio recibiendo los sermones del director.

Pero en fin, meto mucho comparación con Kiarostami porque estoy inmerso hasta las cejas en un ciclo que está haciendo la Filmoteca estos días. Seguro que no es la única obra con la que relacionar esta peli y los paralelismos tienen un límite. Esta es mucho más directa y autocontenida que el cine de Kiarostami, y por ello probablemente pueda ser más del agrado del público en general.

Combina una investigación no muy distinta a lo policíaco con varias denuncias, entre ellas: la falta de responsabilidad, las condiciones escolares y la negación de la identidad kurda en Turquía. La primera sería la más universal aunque la expresión "cabeza de turco" resulta irónicamente conveniente en este caso.

Gustará a: Porfiry Ivanov, patinadores, Kiarostami
No gustará a: kurdos, internados, peluqueros

Todos tuvimos travesuras de chicos, todos nos mandamos alguna y eso muchas veces conlleva al castigo de nuestros padres que muchas veces era severo. Esto era a su vez replicado en la escuela, muchas veces nos veíamos severamente castigados por profesores, directores o preceptores debido a travesuras que allí hacíamos, y este film retrata algo de eso.

Una historia que nos demuestra que el colegio puede ser un sitio lleno de personas corruptibles, gente como cualquier otra que no sabe muy bien qué hacer y qué también no tiene mucho de docencia ni trato por los niños.

Es un film que roza de cerca lo verídico y que me sorprendió al venir de un país como Turquía (más que nada porque no consumí nunca su cine, sino sus novelas).

Me saco el sombrero ante esta historia que recomiendo para quienes forman parte de la educación y además administran cargos importantes dentro de la misma.

*Un día cualquiera

La trama de Mi mejor amigo plantea un día normal en la vida de estos jóvenes y demuestra, que al igual que en la vida real, un simple problema, puede cambiarlo todo. Mehmet, el amigo de nuestro protagonista, sufre una extraña afección por la que permanece inconsciente y sin que anide del centro sepa nada, o eso nos hacen creer.

El joven, cargado de buenas intenciones, van recorriendo un escenario donde todos parecen hacer lo que pueden. Desafortunadamente, la inacción y respuesta tardía de los adultos responsables provoca que la situación acabe agravándose, mostrándose como todos han tenido en su mano la posibilidad de ayudar al chico, pero acaban buscar a un culpable antes que cargar con su propia responsabilidad.

Estas leves pero constantes desatenciones (y el hecho de pasar la pelota en el tejado de los demás) provocan un efecto de bola de nieve que pone en jaque a la burocracia del lugar. Se demuestra que realmente el valor de la labor que ejercen dentro de un sitio como ese, donde están formando los niños que en un mañana harán funcionar el país.

*Su doloroso trasfondo

La problemática que presenta Turquía con el pueblo kurdo queda reflejado con maestría en Mi mejor amigo por medio de los ojos de los niños. En el propio internado se niegan sus raíces y nuestro propio protagonista sabe el peso que conlleva pertenecer a dicha etnia. Esconderse para sobrevivir parece ser el mantra que acompaña a este pueblo en los últimos años.

Es de admirar la valentía presentada por el director al tratar este tema con tanta sutileza y tacto, en un país conocido por su férrea censura como es Turquía. Gracias a la proyección internacional de Mi mejor amigo, cada vez más personas conocerán la cara oculta de Turquía. Allí, personajes como Erdogan promueven con firmeza una limpieza étnica en contra de sus propios ciudadanos.

De manera completamente clara y quizás de manera no tan polémica, se critica las instituciones como los internados. Con gran conocimiento de causa de la situación vivida en estos centro, Mi mejor amigo nos hace reflexionar sobre lo desfasado que es encerrar a menores en pseudo cárceles, para convertirse en "hombres de provecho".

Todo esto se hace privando a los jóvenes del amor familiar para sustituirlo por la disciplina militar propia de siglos pasados. En ella se denota el absurdo nacionalismo y obediencia a las autoridades frente a las injusticias que quedará grabados en la mente de estos niños. Para estos personajes anclados en el pasado, perpetuar el status quo, parece ser lo fundamental, frente a ideas como el respeto o el debate sano.

*Espíritu naif

Siguiendo la estela del ya citado Kiarostami, y una cámara subjetiva que recuerda a El Hijo de Saúl, Mi mejor amigo se define por su espontaneidad. Es una película muy bonita de ver y con ingenuidad sensacional. También demuestra que una película en apariencia simple puede ser muy profunda en su sub texto.

El recorrido a través de la mirada de Yusuf iluminarán nuestro camino hacia una verdad inesperada aunque completamente plausible. La genialidad de la película reside en ello. Sabe que quiere transmitir, y consigue en mayor mediada hacerlo de la manera más sencilla posible.

*Conclusión

A pesar de esto, Mi mejor amigo es una película con un ritmo muy marcado, y que sumado a su corta duración, no aburrirá a nadie. Quizás la apuesta por la sencillez puede ser su mayor pecado, ya que al acabar de verla nos surge la pregunta: ¿Eso es todo?

No es una película para todo el mundo, pero se agradecen apuestas tan arriesgadas nacidas desde la pasión por un cine intimista, en lugar de buscar únicamente la provocación como sinónimo de apuesta novedosa. Ojalá el mundo se llene de historias tan humanas, también bien dirigidas hacia nuestros corazones.

Escrito por Max Reyes Hutinel