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El forastero iba armado

Western Después de haber sido espía durante la Guerra de Secesión (1861-1865), un tipo llamado Travis se dirige a Arizona, donde tiene previsto cometer un robo con la ayuda de un viejo conocido. Sin embargo, ciertas circunstancias inesperadas lo animan a abandonar su proyecto y comenzar una nueva vida. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
23 de octubre de 2014
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las interpretaciones de Randolph "Cara de piedra" Scott no dan para casi ná pero yo sigo concediéndoles oportunidades a sus películas aun a riesgo de mi salud. Sí, mi salud, porque no me digan ustedes que un corazón por sano y robusto que se precie no sufre cada vez que ve en pantalla al inefable Scott vestido de vaquero llevando en la mano una bolsa de deporte. Claro, si a ello le añadimos un embarullado guión más propio para los Hermanos Marx, unos patéticos actores que no saben morir y la desganada y triste interpretación de Claire Trevor, comprenderán mis queridos amigos, lo achacoso que me puedo encontrar tras el visionado de tamaño engendro.
La verdad es que el dislate en cuestión podría esperarlo de Scott. no así del bueno de De Toth que no saca partido ni de los grandes Ernest Borgnine y Lee Marvin. Pero ¡diablos! ¿Quién podría imaginar que el forastero iba armado... ¡con una bolsa de deporte!
el chulucu
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6 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca se han calentado mucho la cabeza los guionistas para titular los westerns. A veces echamos la culpa a las versiones hispanas, que también, pero en general no son un dechado de imaginación. Es cierto que en los años 50 se rodaban a manta y que los temas no variaban demasiado, pero titular "El forastero iba armado" es toda una redundancia en el género.
La acción se sitúa en la parte final de la guerra de Secesión, donde el teniente sureño Jeff Travis (Scott) realiza labores de espionaje en el Estado Libre de Kansas que facilitarán la ignominiosa masacre e incendio de Lawrence ordenado por William Clarke Quantrill el 21 de agosto de 1863.
Avergonzado, Travis deja la acción y a continuación lo encontramos en un barco fluvial donde conoce a Shelby Conroy (Weldon), una bella e intrigante jugadora de cartas, que consigue del teniente que participe en Prescott, que acaba de dejar de ser la capital de Arizona, en una serie de atracos a diligencias presuntamente "para robar el oro yanqui", aunque en realidad se trata de vulgares rapiñas. Y es que "En el juego no hay amigos".
La película parte de un guion demasiado complicado que se sigue con dificultad. Tampoco la dirección es capaz de poner un poco de orden en los personajes, por lo demás presentados de forma bastante rudimentaria sin profundizar nunca en su personalidad. Con la excepción de Shelby, mujer decidida y con criterio propio, "Cuanto más se arriesga uno, mejores cartas hay que tener". Demasiado para la apagada hija del propietario de las diligencias, Josie Sullivan (Trevor), a la que desplaza pronto del triángulo amoroso que se forma con Travis.
Por el oro anda también por allí una banda de mexicanos que manda un ridículo y reidor Degas (Bedoya), que termina de hacer ininteligible la trama. Otra vez México caricaturizado
Una lástima que se desaproveche la presencia de unos jovencísimos bandidos, Dan Kurth (Marvin) y Bull Slager (Borgnine), con interpretaciones a la altura de lo que luego significarán en la industria cinematográfica.
En fin, película pasable pues está bien ambientada (con curiosos cuernos de vaca como quinqués) y los paisajes resultan interesantes. Pero poco más.
Lafuente Estefanía
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21 de mayo de 2023
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Cuando ves aparecer a Randolph Scott en la pantalla haciendo de malo sabes, con total seguridad, que la película trata de su reconversión, de su redención, de los escrúpulos que vuelven después de haber obrado mal.
Efectivamente va de eso la película.
Otra más del Oeste de un gran maestro: André de Toth, otro de los tuertos mágicos del cine, junto con John Ford, Raoul Walsh, Nicholas Ray y Fritz Lang.
La nómina de actores es impresionante: Randolph Scott, Claire Trevor, Joan Weldon, Alfonso Bedoya, Lee Marvin, Ernest Borgnine.
Se tarde en cogerle la gracia. No se sabe qué va a hacer ni como va a reaccionar. Es un poco lenta para ser tan corta, 78 minutos.
En el funcionamiento como empleado en la diligencia no se sabe realmente si está del lado de los asaltantes, o del propietario de la diligencia. En su ambigüedad está la clave del éxito de la película. Al principio dudas, cabe vez que sucede un envío surgen las dudas con respecto, que se van disipando con el paso de la película.
De lo que se trata es de mostrar esa ambigüedad, esa falta de criterio predefinido que tanto gustan de este personaje, de este especialmente, tan proclive a desempeñar papeles sin doblez.
ÁAD
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