Amor (invitados especiales: matrimonio y divorcio) (Serie de TV)

«Amor, invitados especiales: matrimonio y divorcio» es un serial sobre la complejidad de la vida en pareja, su desgaste continúo y los desencadenantes para su disolución. Además de lo extraordinario de los cambios que conllevan el salir del área de confort como ese arriesgado pasó que puede traer implícito el fracaso.

Escrita y estructurada de una manera grácil, este título tiene como preámbulo la perfección de la familia de dos mujeres y el comienzo de una tercera como recién casada. Sin embargo el quebrantamiento de la perfección se pauta por la incompatibilidad de caracteres o bien por las circunstancias que involucran a otras en la escena y que vendrán a minar la estabilidad de las esposas sin más remedio.

La maestría de estos directores radica en el montaje del proyecto, la discresionalidad en su primera temporada y de darle distintos tonos al drama que viven personajes planteados. Con la premisa de un programa radiofónico sobre vivencias de mujeres, hecho por mujeres, nos adentran en la vida de sus realizadoras —la conductora, la guionista y su productora—, quienes ciertamente ven desde una perspectiva ajena los temas aquí tratados y sin imaginar o aceptar que serán o son parte activa de lo expuesto en la emisión. Asimismo, la contraparte masculina también se verá sujeta a la tentaciones avivadas por la rutina y la monotonía, por lo que la maraña de situaciones da fortaleza a una obra con suficiente trama fundamentada y sin gratuidades.

Con alrededor de 17 personajes y 48 episodios distribuidos en tres temporadas, la surcoreana rompe con los estereotipos de la amante calculadora y frívola, así como de la esposa dócil y comprensiva por un perfil controlador y ególatra e incapacitado en reconocer los errores. Además liga cuestiones como el transcurso del tiempo y su resignada aceptación o el extremo contrario, su negación dadas por un contexto insatisfecho. Tampoco se olvidan las cuestiones del orgullo de macho lastimado y los recursos para retener o querer volver a un pasado y querer colocar las relaciones en un estado poco fructífero y estabilizado a través de la monotonía e incluso con el pleito de por medio.

La serie también está dotada con un realismo mágico, que da esa continuación a ciertos personajes en un estado ciertamente superior y de posteridad que lo enriquecen a lo largo de las tres primeras temporadas con intriga, algo de concilio, pero que dejan en claro su continuación.

Episodios de larga duración, algunos fuera del esquema tradicional —sobre todo en su segunda temporada—, que adentran al televidente en un cotidiano de ruptura romantizada.

Excelente en su estructura narrativa, estética visual e interpretativa.