La usurpadora (Serie de TV)

Aunque no se aleja de los tópicos de todas las telenovelas, bien es cierto que consigue entretener bastante y no aburre casi nunca. Además cuenta con la presencia de buenos actores como Fernando Colunga, Gabriela Spanic o Mario Cimarro, aunque éste último en un papel demasiado pequeño.
La recomiedno a los amantes del género, está bastante bien.

Mi nota: 7

Sinceramente esta novela es una belleza en muchos de los sentidos, desde la historia hasta la propia bso que le da su propio nombre y al que no le gusta la novela, o no le gusta el género telenovela o carece de sentimientos, porque te atrapa desde el segundo capítulo. El primer capítulo se hace un tanto tedioso pero a partir del segundo quieres ver como se desencadena toda la trama. Sencillamente me parece atrapante él como dos personas tan parecidas sean tan distintas.El personaje de Paulina ,por ejemplo te muestra hasta donde puede llegar a hacer una persona bondadosa,cosa que es de admirar y la exuberancia de Paola es sin lugar a dudas un clásico que ha salido hasta en memes. Todos los actores son muy buenos con una trayectoria a sus espaldas pero le doy un 8 porque el final se hace muy previsible no siendo muy apoteósico.

En 1998, esta novela estuvo bastante curtida teniendo a la protagonista Gabriela Spanic que encarnaba a Paola Bracho y Paulina Ramírez, bonitas con físico similar pero con atributos opuestos: la inocente, y la atrevida. Sin embargo, Paola busca un nuevo porvenir pero conociendo a un millonario que le promete cielo y tierra, y le obliga a Paulina a suplantarla, sin saber las consecuencias que éstas generan.
Para la familia Bracho sentirá bastante confusión sobretodo para Carlos Fernando que trata buscar a Paola pero ya como Paulina por lo que ya todos los miembros de dicha familia la miran y la matonean con desconfianza y antipatía. Para echarle más picante a la historia, Gema una prima lejana de Carlos Daniel intenta insinuársele, pero él la rechaza.
Eso sin contar que Paola tuvo que vivir un averno en una prisión y luego al hospital después de tener una confidente llamada Elvira para tenderle un puente a los Bracho para perdonarle el cruel error que había cometido y sacrificó su vida por Paulina para quedarse con Carlos Daniel.
Notable papel de Spanic, pero Colunga sigue siendo Colunga: plano, inestable e insípido. El único colombiano que participó en la novela Juan Pablo Gamboa estuvo más o menos bien haciendo el papel del vividor Willy Montero. Y para la argentina Libertad Lamarque (1906-2000) fue un puente para Paulina/Paola y sus descendientes Bracho. Y el resto del elenco made in Televisa, los mismos con las mismas.
La usurpadora, una novela interesante en el cual el amor no pueden estar los tres, sino dos; que pese a la bendita inocencia de Paulina o Paola Bracho hace cometer errores todo por salir de confort y aventurarse entre lo más prohibido. Lástima que Televisa como casi todas sus historias que prefiere darle más cuerdas para enredarlas y que termine a la maldita sea. Bueno con la Usurpadora se dejó ver y fue sorprendente hasta donde pudo.

Ya no me acordaba de esta telenovela que tuve ocasión de ver allá por el año 1998 (anda que no ha llovido ni ná), pero ahora me dispongo a criticarla sin piedad.
La Usurpadora es... a ver... es mala de cojones. Pero mala, mala, mala. ¿Por qué creéis que le he puesto ese título a mi crítica? Porque te hace sentir como un yonki televisivo: sabes que es una mierda pero sigues queriendo ver el capítulo siguiente para saber qué coño le va a pasar a la dichosa Paulina, a su Carlos Daniel o a cualquiera de los otros personajes. Al menos, eso es lo que me pasó a mí. Llegué al extremo de volver corriendo a casa sólo para ver empezar el capítulo del día, a tanto llegaba mi locura.
El argumento es tan previsible que ya sabes que va a acabar bien. No faltan los típicos tópicos de las telenovelas: el hijo perdido, la zorrona súpermaquillada, los niños idiotas, la escena de la cárcel, la escena del hospital, el cura, el médico, el licenciado, la abuela que le reza a la Virgen de Guadalupe... En fin, que no es más que otra de tantas. Aunque a veces te ríes un rato, eso sí.
Si le pongo un 2 es porque, a pesar de todo lo mala que ha sido, la culpa ha sido mía por verla. Además, me reí un montón con muchas escenas de amor y de tensión, así que creo que eso bien vale dos estrellitas.