Mis adorables vecinos (Serie de TV)

Una familia de clase media, tiene un golpe de suerte y se convierten en nuevos ricos, viviendo en una gran casa de una urbanización de lujo, yendo a colegios pijos e incluso contratando a una persona interna para que haga las tareas domésticas.

El dinero no da la felicidad y tampoco la clase, de modo que la gracia de la serie está en ver cómo esa familia de payasos se desenvuelve en un nivel que no es el suyo, quedando siempre a la altura del betún.

Yo no le veo la gracia, de verdad que no, me parece insultante y patético. Los actores son de lo peor;el papél de Juanjo Cucalón (el marido de Paz Padilla en la serie) lo tendría que revisar cualquier psicólogo de renombre porque tendrían mucho que decir de los guionistas y sus problemas mentales.

Además esta serie adolece de lo que en mil millones de ocasiones hemos hablado mi marido y yo y es el tema del acento en España ¿porqué nadie tiene acento en las películas y series Españolas, y cuando lo tienen siempre es para los mismos papeles? Ejemplos: La Juani (la única con acento en "Médico de Familia" en el papel de pizpireta y cómica asistenta andaluza; Paz Padilla en ésta serie, acento andaluz, ama de casa con poca cultura, graciosa, pero bastante paleta y torpe; la Macu en "Aida", andaluza recién llegada del pueblo, más borrica que un bocta de chapas y muy ignorante...

No entiendo porqué los papeles con acento siempre son para dar comicidad y un tufillo cutre al papel; no entiendo por qué si Paz Vega tiene acento, le obligan a esconderlo en cada película. No entiendo si en España hay gallegos, andaluces, catalanes, extremeños con acentos propios, no tienen cabida en nuestras series y películas, excepto cuando el personaje ha de ser graciosillo, o tonto, o cutre, o macarra.

Creo que es una discriminación absoluta y parece que nadie se da cuenta.

Otro engendro de Gangrena 3. Al igual que Shelby con Yo soy bea, llevaba algún tiempecillo mosqueado con filmaffinity a ver si ponían este bodrio para poder rajar a gusto.
La serie esta comienza con el cuarenta mil veces manido argumento de choque entre familias, una de pijos adinerados, y otra de horteras y analfabetos. Y a partir de ahí, los “guionistas” van perpetrando los capítulos con archirepetidos equívocos argumentales que no tienen ni puta gracia y parecen ideados por niños de 5 años. Los actores, horribles. Paz Padilla con su acento exagerado asqueroso, que me cae como una patada al estómago. Juanjo Cucalón como marido de esta es el único de la serie al que no rociaría con ácido sulfúrico. Por parte de los pijos, Francis Lorenzo, que solo sabe poner cara de gilipollas y quejarse de sus vecinos, y Miriam Aroca con un tonillo de voz y una parsimonia que es para cortarse las venas. La Sheila que para haber ganado un concurso, canta de pena, (luego intentó vender discos y la cordura reinó entre el público), la otra cría, la envidiosa tocapelotas, el crío de los pijos, un flipado al que partiría la cara, y el enano de los horteras, un niño con parálisis facial que no pinta nada. Pero lo peor son los adolescentes. El Rafa, que ejj que no te enterajj chaval, que no jjabe pronunciar la ejje (vomitivo), y la otra, la niñita de los pijos, la mongola caprichosa que solo sabe quejarse y que hace lo que le sale de los ovarios. Dan ganas de que vuelva Franco para que la tonta esta se queje por motivos razonables. Y para finalizar, una limpiadora muy mística que cuando pronuncias su nombre, estalla una tormenta. Un recurso cojonudo.
Una serie que debería de estar penada. Tan solo recomendable para masoquistas, gente con parálisis cerebral o alguien que quiera comprobar hasta que limites puede llegar la estupidez humana.

Da miedo la originalidad de las cadenas y productoras de televisión españolas. Da miedo cómo piensan (si es que lo hacen). Si en América nos están deleitando con una edad de oro de las series de televisión (con ejemplos como "Perdidos", "Dexter", "House", "24", "Roma" y un largo etcétera), España continúa (salvo contadas excepciones) con lo que parece ser la marca de la casa: productos chabacanos, auténticos desfiles de modelo para lucir palmito, unido a una comedia rancia y estereotipada.

Volviendo al tema de la originalidad, y en un nivel en que triunfan "Aquí no hay quien viva" y "Los Serrano", ¿qué hacemos? Pues juntamos las dos: una serie en que tengamos vecinos y familias. Si las dos anteriores son la caña por separado, juntarlas debería resultar en la serie definitiva. Eso es lo que debieron haber pensado.

Si además contratas a Francis Lorenzo, que el papel de profesor colega no lo hacía mal, pero que gracia no tiene ninguna, a una Paz Padilla siempre con los mismos chistes, y a una niña que encima pone su voz a la canción de cabecera, lo que te sale es una horterada imposible de aguantar. Por destacar algo positivo, introdujo a Alberto Amarilla y Nuria Gago, dos actores de la nueva generación que no lo están haciendo nada mal en sus respectivos saltos al cine.

¿Y esta moda reciente de continuar las series aún sin los protagonistas? Pasó con "Los Serrano" cuando se fueron Fran Perea y Verónica Sánchez, y aquí cuando Amarilla y Gago decidieron emprender proyectos más interesantes la serie continuó sus andanzas con varias esculturas (porque no pueden llamarse actores a gente que está ahí por su físico, y que no tienen ni idea de interpretar) que fueron aún más (si cabe) en detrimento de la serie.

En definitiva, una muestra más de la creatividad que se tiene en España: una serie que merece un rápido olvido, un alejamiento de todo cuanto la rodee, sin echar la vista atrás.

El primer capítulo que vi de esto pensé que era un chiste y me lo tragué entero, desde principio a fin, cuando acabó pensé: ¿Y la gracia?. Pero decidí ver el segundo capítulo en el que seguro que avisarían al espectador de queel primer capítulo era una broma (pesada por cierto) y que ahora empezaba la serie de verdad, la que tiene calidad vamos. Y me encuentro a la Paz Padilla bendeciendo la mesa de la siguiente manera.
- Unos quieren y no pueden, otros pueden y no quieren. Nosotros que podemos y queremos, demos gracias a Dios.
Y me reí, lo reconozco. Y entonces salta la niñata esa enana.
- Que Dios bendiga lo que va a ir a la barriga.
(Agente 47, tengo un trabajito para usted, las armas están donde acordamos).
Y la caga, así que decido hacer zapping, oh, increíble, una peli buena, la veo. Pero como toda peli buena justo en el mejor momento. Así que en mi zapping encuentro otra vez esta serie. Chiste malo.
Que alguien compre un pañal para aguantar semejante mierda. En estos casos aplico la frase de el chinito de Brise Un Toque que dice: Ups, como huele. Supongo que cagaría esta serie y nos la envió para castigarnos por no comprar su producto.
En fin, que cuando uno acaba de ver esto le dice a la parienta: Dame una tónica cariño, tengo mal cuerpo. Y ella respondera: No me extraña, no puedo alcanzarte la tónica, me van a reventar los intestinos.
Y entonces os abrazais y te mueres pensas: Me cago en Antena 3.
Consejo: Si estas pensando comprar la serie en DVD, reprime tus impulsos y no lo compres, comprate un Jess-Extender y alargate la...vida. Pero no lo gastes en esto, comprate algo del Teletienda, una cama de esas que hacen de todo, pero esto no.

La primera temporada de la serie lo cierto es que me gustó, supongo que no hacían nada más por televisión, era más joven, y Núria Gago es muy mona. En fin, no era una buena serie pero se dejaba ver, el típico producto español que capta audiencia. Pero aun así, se dejaba ver bien.

Si valorara la primera temporada le daría más nota, pero es que perdió tanto a medida que avanzó que la tuve que dejar de ver porque me aburría muchísimo.

La gota que colmó el vaso fue cuando Alberto Amarilla se fue de la serie, en ese momento se hundió por completo.

Así que le doy un tres por buenos momentos que me hizo pasar, aunque en global no creo que se lo merezca.