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La conquista del espacio

Ciencia ficción En la estación espacial conocida como la Rueda, un grupo de hombres se prepara para realizar una expedición a la Luna. Pero el ambiente está cargado de tensiones debido a la presión de la misión. Llegan nuevas órdenes de la Tierra, que cambian el objetivo del viaje al planeta Marte. La tripulación de la Rueda aborda una nave y se lanzan a explorar el planeta rojo, pero el general Merritt comienza a tener delirios de corte religioso, ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
11 de noviembre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Junto a otras producciones de la misma época como "Con destino a la Luna" (1950), "Cuando los mundos chocan" (1951), "El enigma de otro mundo" (1951), "Ultimatum a la Tierra" (1951), "La guerra de los mundos" (1953) y, por supuesto, "Planeta prohibido" (1956), "La conquista del espacio" constituye uno de los hitos fundamentales del por entonces balbuceante género de la ciencia-ficción espacial cinematográfica, que vivió en los EE.UU. de los años 50 su primera "Edad de Oro", aunque trufada de películas perfecta y justificadamente olvidables por su escasísima calidad.

"Con destino a la Luna" y "La conquista del espacio" se englobarían en lo que hoy llamamos "ciencia ficción dura" ("Hard science fiction"), un subgénero caracterizado por conceder una especial relevancia a los detalles científicos o técnicos de la historia. En el caso de la producción que nos ocupa, el argumento gira en torno al primer viaje tripulado a Marte. La película se beneficia de unos (para la época) buenos efectos especiales y en el argumento cobra especial peso el efecto que sobre la psique humana podrían tener las largas estancias en el espacio. A destacar también que el diseño de la nave espacial y de la estación orbital fueron basados en trabajos de Wernher von Braun.

Si bien hoy por hoy es una película totalmente desfasada, considero que todo buen aficionado a la ciencia ficción debería verla, para apreciar cuánto han cambiado las cosas y recordando en todo momento que cuando se estrenó faltaban dos años para el lanzamiento del primer Sputnik (1957), seis para que el primer ser humano, Gagarin, fuera puesto en órbita (1961) y nueve para que la sonda Mariner 4 nos mostrase el auténtico aspecto de Marte (1964). De hecho, tanto "La conquista del espacio" como "Con destino a la Luna" tenían un loable perfil pedagógico.

Que yo sepa, esta película no está disponible en formato DVD en español, aunque sí es posible disfrutarla en versión original subtitulada, como ha sido mi caso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Palasaca
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18 de octubre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anodino y soso filme de anticipación científica de los años 50, en el que se relatan las vicisitudes del primer viaje del hombre a Marte. Tiene ese encanto naif de como se pensaban que iba a ser la exploración espacial, a una velocidad que, en los años 70, quedó en el olvido.Si fuese por estos filmes ya estaríamos viviendo hace décadas en Marte, y sin embargo ....

No obstante el film tiene aspectos positivos a tener en cuenta. Uno es la fatiga del astronauta ante viajes largos y la posible tendencia de algunas personas al misticismo y religiosidad ante la visión del vacío infinito, aunque derive en situaciones peligrosas como ocurre en el filme. Este misticismo es recurrente en diversos filmes ambientados en el espacio, y tiene base en el incremento de religiosidad que tuvieron algunos astronautas tras volver del espacio. Por lo demás, los artífices de este filme imaginan la base espacial como una base militar, sin mujeres, civiles ni científicos, más parecida a un submarino o un portaaviones que a un laboratorio científico. Y ese barniz de presunto realismo, en ocasiones aburrido, evita que caiga en una space-opera, siendo las aventuras las propias del ser humano ante lo desconocido y ante un nuevo planeta por descubrir...No busquen espectacularidad, no lo pretende.
Quinto Sertorio
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22 de agosto de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi esta película en Zaragoza en el desaparecido cine Elíseos, supongo que en 1956, yo tenía 17-18 años y me dejó asombrado y han tenido que pasar varias décadas para que aquel recuerdo de la película que nos chocó a todos por los efectos especiales (tener en cuenta que en los años 50 todo el mundo era más inocente que ahora) que se me quedaron grabados en la mente, sobre todo las secuencias espaciales de los astronautas entre la nave y la estación espacial, antes del comunicado del cambio de misión con destino a Marte.

Han tenido que pasar varias décadas para que la pudiera volver a ver en el original con subtítulos, pues la versión en el cine de esos años estaba doblada, ya que aún no se estilaba poner en cines versiones originales subtituladas. Vista hoy en día, y después de las películas de ciencia ficción que la tecnología cinematográfica ha ido permitiendo, lógicamente sale perdiendo, pero es que resulta injusto comparar las películas de los años 50 con las actuales a nivel de efectos especiales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mariano Bayona Estradera
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16 de febrero de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
44/13(14/02/24) Prometedor film de ciencia ficción, termina no cumpliendo expectativas, sobre todo al perderse en su tramo importante en una sub trama religiosa pastosa e inverosímil por la forma torpe de exponerla. Estamos en la década de la eclosión del género, se hacían muchas producciones serie b enmarcadas en el mismo. Dirige Byron Haskin, venía de hacer un exitoso film del género como “La Guerra de los Mundos” (1953), y produce George Pal, la entendió como una secuela de su “Destino Luna” (1950). Basado en el libro homónimo del escritor de divulgación científica Willy Ley, ilustrado por Chesley Bonestell, Pal había contratado a Bonestall como asesor técnico en “Destination Moon”, fue gran éxito y Pal usó a Bonestall nuevamente en “When Worlds Collide” (1951). Aquí el guion es de Barré Lyndon (“La casa de la calle 92”), autor de la adaptación de la mencionada “La guerra de los mundos” (1953) de HG Wells. Paramount obligó a Pal a incluir una trama angustiosa sobre una disputa entre padre e hijo. Esta tensión alimentada por cuestiones religiosas, en aquel tiempo eran numerosas voces afirmaban el hombre no tenía que ir al espacio, el dominio reservado a Dios. La trama trata del primer vuelo interplanetario al planeta Marte, con una tripulación de cinco personas, y lanzado desde la órbita terrestre cerca de "La Rueda", la primera estación espacial de la humanidad. En su largo viaje al Planeta Rojo, se encuentran con varios peligros, tanto internos como externos, que casi destruyen la misión.

La humanidad ha alcanzado la capacidad de vuelos espaciales y construyó la estación espacial "La Rueda" en órbita a 1.730 kilómetros (1.075 millas) sobre la Tierra. Está al mando de su diseñador, el coronel Samuel T. Merritt (Walter Brooke). Su hijo, el capitán Barney Merritt (Eric Fleming), que lleva un año a bordo, quiere regresar a la Tierra. Se ha construido una nave espacial gigante en una órbita cercana y un inspector de la Tierra llega a la estación con nuevas órdenes: Merritt Sr. está siendo ascendido a general y comandará la nueva nave espacial, que ahora será enviada a Marte en lugar de a la Luna. Mientras el general Merritt considera a su tripulación de tres soldados y un oficial, su amigo cercano, el sargento Mahoney (Mickey Shaughnessy). Reseñar la pasión desmedida que el sargento procesa al Col. Merritt, rallando en el homoerotismo.

Es una cinta que pretende aportar realismo en su recreación del supuesto futuro cercano (aquí no hay marcianos, ni platillos volantes) y como serian estos viajes espaciales (que los astronautas en la estación espacial fumen como carreteros no ayuda), el gurú alemán que fue el gran ingeniero de la NASA responsable de la llegada del hombre a la Luna, Wernher von Braun, es el asesor técnico en el set y su libro “Mars Project” sirvió de base para muchos puntos concretos, incluida la forma de la estación orbital.

Destacando para ello unos efectos visuales espectaculares para su tiempo, con imágenes interespaciales impresionantes con la estación espacial, el vuelo del cohete, los paseos de por el espacio de los astronautas, todo un hito debió ser para su tiempo. Así como vigorosa es la recreación de los interiores de las naves, las comunicaciones de videoconferencias con familiares, llamativa es la secuencia de las pruebas físicas en que vemos los rostros desencajados de los astronautas. Aunque no se puede decir lo mismo de los trajes espaciales, donde brillan por su ridiculez unos guantes de quita y pon en el Planeta Rojo. Tampoco es de recibo que tengamos que tragar que los astronautas en pleno despegue del cohete, en medio de quedar mareados deban manejar los mandos, esto solo puede ser automáticamente y no dejarlo al albor de alguien que está casi vahído.

La película se beneficia de unos (para la época) buenos efectos especiales y en el argumento cobra especial peso el efecto que sobre la psique humana podrían tener las largas estancias en el espacio. Los brillantes efectos visuales especiales son obra del experto en la materia John P. Fulton, que incluso nos ‘regala’ un martimoto, además de la enorme y elegante nave espacial que se muestra en esta película, fue responsable de dividir el Mar Rojo en la versión de 1956 de “Los Diez Mandamientos”, destacando el uso del mate azul para los fondos, en miscelánea con la meritoria cinematografía de Lionel Lindon (“La vuelta al mundo en 80 días”). El diseño de la nave espacial y de la estación orbital fueron basados en trabajos de Wernher von Braun. La historia entremezcla algunos elementos de acción como un asteroide chocando contra la estación espacial, con elementos psicológicos de cómo pueden afectar estas aventuras interestelares a la mente humana, esto arraigado en las profundas creencias religiosas que otorgan el dominio de los Cielos a Dios. Este elemento beato seguramente es aportado por el guionista Philip Yordan (fue una ‘tapadera’ en tiempos de Caza de Brujas de McCarthy del ‘Black List’ Ben Maddow), experto en estas tareas de betas religiosas.

Es una peli en realidad bastante plana, sin mucha chicha, con actuaciones y personajes acartonadas, sin alma, no creas empatías con ellos. Meten el colapso mental de uno de los aspirantes a cosmonautas y luego esto lo abandonan. Tenemos un sonrojante elemento de querer que no creamos que en una misión a Marte se puede colar un polizón, de idiotesco que es resulta divertido.

Para aportar algo más están las escenas de acción como la espectacular del meteorito contra la estación espacial, bien llevado, y el asteroide gigantesco del que intenta huir el cohete, pero acaban pillando chispas del mismo. Acabando todo en un funeral espacial hermoso, primero con unas bellas y trémulas palabras religiosas del Coronel, y luego el féretro es lanzado al espacio flotando hacia la colosal puesta de sol, la mejor escena del film. Pero que deriva en que el líder de la misión se lo tome como una señal divina de que están jugando a trasgredir la Ley de Dios.
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TOM REGAN
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30 de agosto de 2011
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que los FX hayan quedado desfasados o que la trama peque de ingenua. No. Es que los personaje son clichés de los cincuenta, la estética casi duele, el guión peca de teatralmente verboso y el aburrimiento peca bastante a sus anchas, debido a una trama sin interés que al parecer ya fue muy criticada hasta en su época. Comprensiblemente.

Suspenso.
metabaron
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