Vuelven los cinco halcones

No debieron tener mala acogida "Los cinco halcones", pues a finales del mismo año de su estreno ya estaba en la cartelera su secuela con la vuelta del grupo de halcones "P'a defender a los pobres" y para imponer "Paz, justicia y libertad", como dice la canción del corrido que les dedican.
En este caso el atropello lo sufre la joven propietaria de una mina de oro que quiere explotar para repartir sus beneficios con el pueblo (crear una nueva escuela, etc.) No cuenta con un poderoso enemigo camuflado en su entorno que, egoísta, quiere todo para sí. Menos mal que ahí están los Cinco halcones como cinco Llaneros solitarios.
Trama trillada que se desarrolla con un guion y una realización muy pobre. Todo muy previsible. Peleas y tiroteos bastante penosos. Ni siquiera cuenta con la posibilidad de presentar como personajes a los Cinco halcones, como sucede en la primera entrega, lo que le resta interés.
Menos mal que nos trae una interesante Martita (Romand) que sabe defenderse de los embates de los machotes, "El sitio de una mujer es la cocina. -No para mí".
Personajes muy planos, de escaso relieve, sin apenas matices. Montaje subordinado al lucimiento de los cinco cantantes. Menos mal que la cosa se queda en esta ocasión en "solo" seis coplas, "La vida es como un baile, unos tocan mientras otros bailan".
En alguna ocasión el médico desinfecta con alcohol alguna que otra herida, a la vez que trata en otros la dipsomanía o alcoholismo.
Cinta que no pasa de regular. Para estudiosos del cine mexicano o de la canción popular que allí gustaba en los 60.