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Estado de la unión (Miniserie de TV)

Serie de TV. Comedia 10 episodios. Louise y Tom quedan en un pub, justo antes de su sesión de terapia de pareja. Cada episodio indaga en cómo fue su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
4 de julio de 2019
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre la serie nada malo puedo decir. El guion es inteligente; lleva la comedia de buena manera para que nunca parezcan los chistes cosa artificial; las discusiones previas a las citas de la terapia se revelan como el auténtico tratamiento marital por cómo van tallando certeramente las tensiones que los han llevado a esta situación. La dirección no se acomoda y aun repitiendo cada capítulo su estructura, comparando plano a plano veríamos diez capítulos siempre distintos. Los actores, esencial su buen hacer en una producción de este tipo, están estupendos. La musiquilla de jazz está muy bien, dando empiece y cierre a cada capítulo y homogeneidad a la serie al completa. Mi nota, creo, premia todo esto.

Sin embargo, la razón que me ha llevado a escribir este comentario ha sido una sensación que me ha surgido después de ver la serie. Una sensación de no haber hecho las cosas bien. Que esta serie tenga solo diez capítulos y estos duren escasos diez minutos es una decisión puramente creativa, y seguramente acertada, pero creo que es demasiado tentador para aquellos que, como yo, se decidan a verla de una sentada. Las series necesitan espera, intervalos, si no ¿por qué no convertir esta historia en una película, en una representación teatral? Por eso recapacito en lo personal y aconsejo en lo colectivo ver State of the Union sin celeridad (su emisión original es de dos capítulos por sesión, razonable) y extenderlo al resto de series en este boom que de un tiempo a esta parte experimentan. Nos alejamos de la idea de producciones y nos acercamos al producto, producto de consumo.
Claudio
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28 de febrero de 2020
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Imaginación al poder

Aunque bien es cierto que este recurso de hacer partícipes de la trama y motores dramáticos de situaciones a personajes a los que jamás vemos, pero tan presentes que acaban siendo familiares para los espectadores, no es nuevo; por ejemplo se usó ya magistralmente en la serie «Frasier», el genial spin-off de los 90’ de «Cheers», con el personaje de Lilith, la esposa Niles, el hermano del protagonista (y ambos, casualmente, terapeutas); o en la mucho más reciente «The Big Bang Theory», con el personaje de la madre de Howard Wolowitz, de la que sólo nos llegaba su potente voz. Pero no por ya usado, deja de ser un recurso menos eficaz en la medida que fuerza a los espectadores de State of the Union a hacer uso de la más poderosa de las herramientas creativas: la imaginación.

Así, cuando llega el fundido a negro final de cada episodio y aparecen los títulos de crédito, nos quedamos con las ganas de saber que va a ocurrir ahí dentro, que se va a discutir, que detalles y escollos de la relación se van a ir revelando. Lo máximo que se nos muestra de esos paréntesis invisibles, pero que mueven la narración, son detalles, pinceladas quizás, que los protagonistas van desvelando e insinuando en su siguiente cita semanal pre terapia.

*Un formato mirando hacia las nuevas formas de consumo

El propio formato escogido para la serie, 10 episodios cortos de unos diez minutos, distribuida por Sundance Channel con una clara apuesta por las nuevas formas en que consume audiovisual cada vez más gente (en el transporte público con dispositivos móviles) ya potencia esa sensación de elipsis que incitan a la reconstrucción activa por parte del espectador a través de los diálogos, los gestos, las miradas o los silencios de la pareja protagonista. Contemplar su evolución, semana a semana, es envolverse en la tarea de intentar hacer un puzle a través de las pequeñas piezas que se van desprendiendo de esos encuentros, intentando reconstruir lo que pueda haber pasado entre una semana y otra.

Con esta atrevida estructura de evolución semanal y en su puesta en escena minimalista, casi teatral, sustentada principalmente en un tour de force actoral de primer orden por parte de Rosamund Pike y Chris O’Dowd, así como en unos guiones tan afilados como sutiles, tampoco es difícil remitirse a otra magnífica serie, «En terapia» (2008-2010), creada por Rodrigo García y protagonizada por un inmenso Gabriel Byrne, que potenciaba más el punto de vista del terapeuta respecto a sus sesiones semanales con sus diferentes pacientes.

Las similitudes a la hora de plantear la estructura narrativa y la evolución dramática de sus personajes la convertiría en la tercera pieza complementaria perfecta de visionado junto a la película de Noah Baumbach y State of the Union para establecer un mosaico de las relaciones humanas y de los intrincados caminos que unen y separan a la gente, independientemente del amor que se profesen.

*(Re)cruce de caminos

También sería imperdonable no mencionar la relación existente entre los grandes responsables de esta pequeña joya: Stephen Frears como director y Nick Hornby como guionista. Efectivamente, esta no es la primera vez que los caminos del director y el del escritor, guionista y crítico musical se cruzan en un proyecto, aunque si la primera en que los dos trabajan juntos. ¿Críptico? Un poco, como las relaciones humanas, pero igualmente fascinante: El hecho es que Frears dirigió una genial película, allá por el año 2000, titulada «Alta Fidelidad» que se basaba en una notable novela de un tal Nick Hornby, aunque este no llegó a participar en la adaptación de su libro al cine. Diecinueve años después, los caminos de los dos se reencontraron, esta vez sí, para trabajar conjuntamente, y surgió State of the Union.

Solo cabe decir que ha valido la pena la espera. Si la fiel adaptación que dirigió Frears de la novela de Hornby (básicamente solo cambiaba ciudad y apellido del protagonista) ya nos trajo a la gran pantalla casi dos décadas antes otro agudo e irónico estudio de las relaciones de pareja, vistas a través del tamiz de un estudio paralelo sobre la importancia de la música a la hora de conformarnos como individuos, las perspectivas no podían quedar mejor satisfechas con el nuevo encuentro entre autores.

Las trayectorias de ambos, de hecho, ya hacían presagiar lo bien que podían trabajar juntos: Frears acumula una dilatada carrera como director, y en muchas de sus obras ya realizó un afilado, pero amable y con cierto humor, retrato de las relaciones, y otro tanto puede decirse de la carrera cómo escritor y guionista de Hornby, con sus personajes imperfectos llenos de debilidades y defectos, pero a la vez, o justamente por eso mismo, tan humanos, tiernos y cercanos.

*Esperando futuras rondas

De momento State of the Union cuenta solo con una temporada, que podemos encontrar en HBO y que invita verse en una maratón por la brevedad de su formato, pero un servidor estaría encantado con que, en un futuro no demasiado lejano, se anunciase otra temporada en la que pudiéramos seguir viendo a Louise y Tom tomándose su copa de vino y su pinta semanal en el pub de siempre.

Escrito por Jesús Urgell
Cinemagavia
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1 de julio de 2019
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un matrimonio tiene problemas, y para solucionarlos asiste a terapia, pero en lugar de mostrarnos lo esperado, es decir lo que hablan en cada sesión, esta serie de diez capítulos de diez minutos cada uno nos enseña en tiempo real, las conversaciones previas en un bar antes de entrar al tratamiento. Una premisa original en forma, a la par que amena, ya que en muy poco rato nos tienen que contar muchísimo para ponernos al día de todo lo sucedido durante la semana que transcurre entre cada episodio.

Esta ardua tarea, cien por cien interpretativa, recae en una contrapuesta pareja, tanto fuera como dentro de la pantalla, que ofrece dos visiones de la vida, con cuyas personalidades y situaciones cotidianas es fácil identificarse, y que nos deleitan con diálogos ininterrumpidos, punzantes e inteligentes, en una serie que no marcará época, pero que para la poca inversión de tiempo que requiere merece la pena ver.

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Cine de Patio
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10 de noviembre de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stephen Frears, uno de los grandes y mejores retratistas de la vida diaria del Reino Unido, y cineasta elegante donde los haya, dirige State of the Union, un retrato de un matrimonio que se rompe irremediablemente (¿o no?), pero que aun así logra encontrar un hueco para la comunicación y el respeto mutuo.
Gracias a las excelencias de dos actores como Chris O'Dowd y Rosamund Pike (dos de esos artesanos de la interpretación, de pico y pala, casi siempre alejados de los focos y el relumbrón, que priorizan los buenos títulos antes que el estrellato), Frears logra una ficción agradable, muy realista, de cuidadísimos diálogos y suficiente interés dramático como para ser recomendada. Puede que su ritmo no sea el ideal, o que tanto diálogo pueda marear a más de uno, pero sin duda es ejemplo de la siempre elegantísima ficción que hacen los británicos. Siempre digno de admirar y reconocer, su estilo.
Sibila de Delfos
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21 de julio de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En otra oportunidad comenté que las series diferentes, con “uniqueness” dirían los ingleses, suman extra bonus. Y este podría ser el caso de State of the Union, que si bien no inventó la pólvora, se presenta en un paquete de consumo moderno, para ver en el celular de camino al trabajo, para ver un capítulo en el entretiempo del partido, ya que está armada en 10 episodios de sólo 10 minutos cada uno.

La cosa es así… Louise, interpretada por la británica Rosamund Pike (que recordarán por su papel de villana en James Bond Die Another Day; por el papel de Jane Bennet en Pride and Prejudice y por interpretar a Amy Dunne en Gone Girl) y Tom, encarnado por el comediante Chris O'Dowd (que conocimos como Roy Trenneman en la hilarante serie The IT Crowd) se acaban de separar y decidieron hacer terapia de pareja. La cita obligada es 10 minutos antes de cada sesión, en el bar que está cruzando la calle al consultorio, copa de por medio y listos para intercambiar afilados y mordaces comentarios como adelanto de una terapia que finalmente no veremos.

Si no hablan sobre ellos, lo hacen sobre las caras que portan quienes salen del consultorio en la sesión anterior. De cualquier forma el comentario divierte y es gracias al guion de Nick Hornby (Fever Pitch, High Fidelity, About a Boy) y a la puesta en escena minimalista, casi teatral, de Stephen Frears (High Fidelity, Dangerous Liaisons, The Loudest Voice).

El lanzamiento de State of the Union fue en 2019 y Sundance Channel confirmó una segunda temporada para este año, renovando la pareja protagónica por Patricia Clarkson (Sharp Objects) y Brendan Gleeson (The Comey Rule), que estamos aguardando con ansias. Aprovechen la espera para ponerse al día con esta Buena comedia corta, ideal para una maratón.

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Nagus
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