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Señal de parada

Cine negro Una bella mujer se debate entre el amor de dos hombres: uno, sin blanca, y el otro, el corrupto dueño de un night club. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
12 de marzo de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay registros en actores y actrices que son el sello de una carrera. En el caso de George Raft es imposible concebirlo diferente al gánster de los años treinta y principios de los cuarenta, en un cúmulo de cintas que lo hicieron famoso, personajes ligados siempre al lado oscuro de lo moral y ético, y de los cuales, el gran actor nunca logró desligarse. Además, de que era un maestro en su interpretación. Acá, da vida a la de un hombre en síntesis perdedor, jugador y hasta mujeriego, donde dos de las bellezas del cartel, caen literalmente rendidas a sus pies, sin importar que prácticamente, no manifiesto en el guión de la película, se notaba que podría ser perfectamente su padre. Por eso, cuando aparece la figura portentosa y magnética de una preciosa Ava Gardner, ligada en una historia romántica con el protagonista en mención, simplemente no es creíble. No por culpa de Raft, que hace su mejor esfuerzo para no desentonar ante la diosa. Es porque tener que mostrar el lado de macho alfa junto a Gardner, se tenía que poseer ciertas características que sólo pocos disponían para no aparecer opacados por ella, como Gable, Peck, Mitchum, por nombrar unos pocos. Moguy, como director de orquesta y Raft, no lo logran, y su historia de amor queda desafortunadamente relegada ante la diferencia de clase con la joven Ava. Entonces, salta, como parámetro principal, su rivalidad con el tercero en discordia, Tom Conway, de pasajes irregulares y no muy bien definidos, y la amistad, ésta si más laborada y concreta, con un magnífico Victor McLaglen, quien, se roba el show en grandes pasajes del film. Hay momentos memorables, eso sí, donde la tensión dramática es loable y nos catapulta a rememorar el mejor cine negro. Hay otros, que pasan por forzados o poco naturales, por así decirlo, como aquellos donde se trata de hallar química en una pareja que no la tiene. Ava, está magnífica, deslumbra por su belleza y es creíble como mujer que vuelve a su sitio de origen para encontrar de nuevo al dueño de su corazón, Raft, en los momentos en que no aparece junto a ella, luce con su mirada famosa y característica, sobrelleva un rol que da ciertos vaivenes emocionales por cuenta de su situación misma de desesperanza. Pero con Ava, no hay remedio. Ella es el centro de admiración, y por ella la película no queda en el olvido.
cineclasico73
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25 de marzo de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido drama con buenas dosis de intriga, que resulta amena e interesa a partir de que el amigo del protagonista, muy bien interpretado por el siempre excelente Victor McLaglen, se convierte en casi casi el principal personaje. Por lo menos es el que tiene más chispa y con mayor bagaje dramático. Compone un personaje inrtrigante, lo que acerca al filme, hasta entonces un más bien vulgar drama de amores y desamores, al cine del más puro género negro.
Por lo demás, la dirección de Moguy es convencional y no sabe, me temo, extraer con acierto los mimbres de los que dispone, que no son pocos. Sin embargo, le falta constancia y mesura para que la cinta tenga la profundidad necesaria para convertirla en imperecedera o, al menos, en recordable a través de los años.
Lo mejor, junto al personaje compuesto por McLaglen es la belleza de Ava Gardner, en el mejor momento físico de su carrera, que está bellísima en todo momento, aunque lleva más de la cuenta un mismo vestido. Y digo más de la cuenta, porque lo lleva en la calle, vale, pero también dentro de su casa. Eso no es creíble.
Gardner está bien en todo momento, aunque destaca sobremanera en la escena en la que le echa la bronca, llamándole cobarde, a McLaglen, cuando este, al menos en apareciencia, le abandona al protagonista cuando más lo necesita.
También es muy buena la escena, por su hondo dramatismo, llena de rabia y amor al mismo tiempo, en la que la actual novia del protagonista, postrada en la cama de un hospital a causa de un absurdo accidente (no muy creíble, todo sea dicho), le espeta lo que de verdad piensa de él. Le dice las verdades del barquero, algo que le hará, de una santa vez, reflexionar acerca de lo que su vida ha sido hasta entonces.
En resumen, agradable film, que podía haber llegado más lejos, pero que gusta y deja un más que aceptable sabor de boca.
Ignacio Larrea
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1 de febrero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El animal más bello del mundo se baja de mejores maneras del tren que John Wayne en El hombre tranquilo y eso lo verán todos. Luego está Victor McLaglen que tiene la misma cara que en El hombre tranquilo. También está Tom Conway que muchos de ustedes sabrán que casi siempre hacía de bueno en los films, he dicho casi siempre. Y para el final dejaremos al tío que pudo vivir a cuerpo de rey en el cine si hubiera realizado El último refugio y se quedó en pelis de serie B. Algunas B de George son mejor que las A de otros y Señal de parada es una de ellas.
El rey del NOIR y voy sobrado
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19 de febrero de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film un tanto decepcionante, teniendo en cuenta que George Raft, acababa de brillar en la fascinante "Nocturne", demostrando que su paso de la serie A a la serie B, no había repercutido en la calidad artistica de la filmografia del actor. El atractivo del film reside en su estrella noir y en el descubrimiento a escala importante de Ava Gardner, que encandilo al público masculino por sus besos atrevidos con lengua. Para los cinefilos, resulta destacable ver a Tom Conway en un papel algo más largo que de costumbre
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
guino
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19 de marzo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Señal de parada "(Whistel Stop en el original) es una película de 1946 y se nota mucho que desde que Ava hiciera "La casa encantada" en 1942, hay 10 películas de por medio, seis sin acreditar, pero la diferencia de interpretación, es abismal. Ava Gardner ha adquirido muchísima más experiencia y se puede decir que en este film sí tiene un rol totalmente protagonista y el número de sus apariciones en escena es mucho mayor que en las anteriores e incluo que en algunas de las siguientes. Se trata de un drama muy entretenido, casi perteneciente al género de cine negro, con una música de fondo deliciosa salida del maestro Dimitri Tiomkin, en la que todos los personajes importantes tienen una gran fuerza, empezando por Victor McLaglen que está genial, seguido del carismático Tom Conway siempre con su cara de cínico, George Raft lo hace muy bien pero resalta porque tiene una edad algo superior de lo que hubiera sido necesario para encajar mejor con Ava Gardner que era mucho más joven y hay que mencionar a Jorja Curtright que hace un papel dramático muy bueno. Después de Victor McLaglen, para mi gusto, la mejor interpretación y quien realmente cada vez que aparece en pantalla eclipsa a todos los demás, es Ava Gardner que aunque aún sentía su típica inseguridad interior a la hora de interpetar las escenas, aquí demuestra plenamente cómo va a ser de ahora en adelante. Su manera de moverse, de andar, los juegos de miradas, los movimientos de sus cejas, de su labios, que seguiremos viendo en películas posteriores, incluso en su etapa de madurez, ya aparecen aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mariano Bayona Estradera
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