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El capitán Kidd

Aventuras En 1699, el capitán Kidd, un rudo pirata, consigue engañar al rey para que le proporcione una escolta para un barco lleno de tesoros que ha zarpado de la India. La tripulación está formada por expresidiarios, entre los cuales se encuentra Orange Povey, a quien Kidd había abandonado tiempo atrás en un arrecife y al que esperaba no volver a ver. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
19 de septiembre de 2007
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de piratas como Dios (o el diablo) manda: un tesoro enterrado, abordajes, duelos, traiciones, cañonazos, atildados marinos de la Armada de Guillermo III, con sus pelucones, reverencias y caballerosidad. La amenidad del relato, la belleza visual y la expresividad de los actores son sus principales bazas (está de más subrayar que Charles Laughton es un portento, pero los demás no desentonan). Defectos de la película: además del (disculpable) candor de los efectos especiales propios del cine de la época y de cierta torpeza al resolver las escenas de lucha (que son las justas, por fortuna no tiene nada que ver con lo que se ve en el cine actual, tan inflado y carbonatado por el lado de los saltos y los bofetones), "Capitán Kidd" adolece de un guión desigual (siempre eficaz, a veces brillante, pero muy mal resuelto: según se acerca al final se va precipitando por la pendiente de los tópicos).

En resumen: cine de entretenimiento, de cuando esta expresión no era sinónimo de "bazofia".
Macarrones
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21 de agosto de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Les gustan las de piratas? Seguro que pasan un rato entretenido. ¿Son seguidores de ese excepcional actor (para mí probablemente el mejor) que se llamó Charles Laughton? Seguro que disfrutan con su actuación. Lo mismo les digo a los fans de Randolph Scott y John Carradine. Dos alicientes más para ver esta película a los que hay que sumar una banda sonora de Werner Janssen, nominación al Oscar incluida.

La película se basa en el personaje real del capitán Kidd a quien la historia considera uno de los piratas más sanguinarios de todos los tiempos. Aunque también se asegura que gozaba de patente de corso. Ya saben, el permiso real a cambio de favorcitos a la corona. Y Rowland V. Lee, director poco conocido pero con algunos éxitos en el género aventurero serie B le saca cierto partido a la historia. Pero, les diré algo, los méritos del film se los lleva, como casi siempre, Laughton. Tres cuartas partes de la nota son suyas. El resto a repartir: Un buen mordisco para Carradine, otro para la música...

¿Las migajas? Algunas perlas del guión:

"No hay nadie tan leal como aquellos cuyas vidas están sentenciadas a muerte y que saben que al final del viaje pueden tener el perdón real en sus bolsillos"

(El capitán Kidd dirigiéndose al rey y en referencia a la tripulación que pretende incorporar para sus fechorías)

El rey: "Os hago responsable de su buena conducta"

Kidd: Entre su conducta y la mía, no notareis la diferencia.

Y todo ello al más puro estilo Laughton. ¿Manierismo? Digamos, recreación de personajes desde todos los ángulos posibles para su gran versatilidad como actor.

Mencionable también la figura de un "valet" enseñando buenos modales y reglas para no sorber la sopa (Reginald Owen). Ciertamente no muy típico en las películas de bucaneros. Pero estamos ante un film un tanto atípico que tiene de todo, cofres del muerto, botellas de ron, cenas de "educados" oficiales, batallas navales, duelos a espada. No recuerdo al loro. Pero que, aún teniendo de todo, queda un tanto retirado de los grandes films del género. Eso sí, Laughton, con la colaboración de Carradine, salvan las distancias.
FATHER CAPRIO
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6 de octubre de 2006
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película de piratas en la que el malo maloso capitan Kidd llega a caernos simpático por la socarronería que le da al personaje el magnífico Laughton. Hasta los mas horrendos crímenes nos llegan a parecer travesuras por las caras que pone tras haberlos cometido.
No falta ningún elemento del cine de piratas: Islas lejanas, duelos a muerte, tesoros escondidos, amor, odio, traición, venganza y mentiras. Sobre todo muchas mentiras, todos tratan de engañarse mutuamente, aunque todos creen conocer las intenciones de los demás.
Disfrútela en versión original. A la versión doblada le han amputado gran parte de la magnífica banda sonora de Werner Janssen.
Sabatacha
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24 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver "El capitán Kidd" es imprescindible para cualquier espectador destacar y elogiar la interpretación del gigante Charles Laughton, y no porque las pocas opiniones que hay de esta película de piratas ya lo hayan subrayado iba a darlo por hecho yo. Tanto si se llega aquí por casualidad (como es mi caso) o por afinidad al género, o por las razones que sean, es imperativo escribir puntualizando que la película no sería la misma sin Laughton.

El que haya visto más películas de este tipo podrá hablar con mayor rigor que yo, que no hago otra cosa que señalar lo evidente: tiene la enorme virtud de entretener gracias a los acertados palos del un guión que se presta a jugar con una gran cantidad de hechos, desde duelos a espada a combates en alta mar pasando por la corte de su majestad. Hay elementos que destilan cierta nostalgia, porque todos hemos sido niños y en algún momento u otro nos hemos disfrazado de pirata o hemos jugado a esconder tesoros, hemos disparado un cañón, hemos juzgado a los malos, nos hemos puesto del lado de los buenos y sobre todo, siempre en un barco, de isla en isla, con las imponentes velas buscando el viento en lo alto. "El capitan Kidd" tiene todo esto para entretener, tiene los mares de Madagascar, tiene al efectivo y cuadriculado Randolph Scott, hay intrigas, pelucones de la corte inglesa y muchísimo ritmo.

Y como lo de Laughton no sé como decirlo mejor, lo repetiré igual: su presencia es determinante para que la película funcione porque sin él esto no sería lo mismo. Tanto por su derroche de irónicas sentencias, por su humor, por ese enorme aprendizaje de buenas formas, porque es un pirata rudo sin escrúpulos con sed de riquezas.... El mejor malo que me podría echar a la cara.
Luisito
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10 de abril de 2006
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de piratas, ha sido y será siempre unos de los pilares clave del cine de aventuras. Más que el intento de un retrato histórico fiel, esta clase de películas han buscado ser un entretenimiento abierto al gran público en general. Para ello, no han dudado en combinar los más variados géneros; desde la comedia hasta el drama, pasando por el romanticismo y el thriller. Por tanto, como es de suponer, una sabia combinación de estos elementos, dará como resultado una gran película. En esta ocasión, en concreto, nos encontramos ante una excelente obra de aventuras marítimas, cuyo principal acierto reside en la sublime mezcla de todos los tópicos que caracterizan al cine de piratas. Realizada en 1945, El capitán Kidd ya estaba precedida por otras grandes producciones rodadas en años anteriores, caso de Los piratas de Malasia, El capitán Blood…, aunque esto hecho no le impidió situarse como uno de los mejores títulos del cine de piratas.

El capitán Kidd es un rudo pirata que, en el año 1699, engaña al rey William ||| para que le haga de escolta de un barco lleno de tesoros. Consigue reunir una tripulación a base de ex convictos, entre los cuales se encuentra Orange Povey, a quién el capitán Kidd abandonó tiempo atrás en un arrecife y al que esperaba no volver a ver nunca más. Las intenciones del curtido capitán son pues, oscuras, pero aparte de eso el cañero Adam Mercy esconde más de lo que se ve a simple vista. Esta historia, cuenta, como se puede observar, con un esplendido guión, no verazmente ajustado a la realidad histórica del verdadero Capitán Kidd, pero si inspirado en las actividades de piratería llevadas a cabo en aguas del Madagascar del SXV|. Los diálogos comportan un aspecto a tener en cuenta dentro de la estupenda trama del film.

Rodada en blanco y negro, la película, ofrece un buen apartado visual. Ciertas secuencias sorprenden por su originalidad, un ejemplo claro puede ser la escena de la recogida de firmas a los reclusos, con una más que sorprendente estampa de un Londres nevado. Cobran especial atención por su frescura, los ingeniosos finales de los duelos a espada. En resumen nada que objetar a Rowland V. Lee. Los personajes junto con sus intérpretes, son el punto de interés principal de todo el film. El protagonista Charles Laughton, realiza un muy buen papel, como un capitán sin escrúpulos, pero que a través de su humor negro logra conquistar la simpatía del espectador. Especial consideración, al personaje que ayuda al rudo capitán a refinar sus modales, ya que de la química entre ambos actores surgirán los momentos más divertidos de la toda la historia. La música de Werner Jassen, esta plagada de partituras clásicas, que combinan a la perfección con las bravas aguas de los mares atlánticos.

El Capitán Kidd puede ser tomada como una de las obras cumbres del género de piratas. Indispensable si te gustan las aventuras de los años 30 y 40.
Demetrio Rudin
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