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Críticas de Demetrio Rudin
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Críticas 100
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
25 de julio de 2006
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver conoce a Irena en el zoo; de inmediato se siente prendado por ella. Al poco tiempo se casan, pero ella no se le entrega: cuenta la leyenda que, cuando una mujer de su pueblo siente la pulsión del amor, se convierte en una mujer gato que destrozará al amante.

La mujer pantera rodada en 1943, supone la primera gran obra de Jacques Tourneur abordando el género bizarro. El relato adaptado a partir de la novela “los ojos de la pantera”, narra el romance vivido entre Irena, una misteriosa joven de origen servio afincada en Nueva York desde hace unos meses, y Oliver, un joven trabajador que nunca ha sufrido ningún percance reseñable a lo largo de su vida. A primera vista la historia puede resultar bastante sencilla, incluso algo trivial, con un esbozo de los personajes demasiado ambiguo (apenas se nos dan datos del pasado de ambos protagonistas) y un ritmo cándido a favor en todo momento del suspense que rodea a la trama en general. Esta falta de información, unida a una atmósfera agobiante, hace de la mujer pantera, una película turbia, una obra capaz de sumergir al espectador dentro de una intriga poco clara con alguna que otra influencia negra. La mezcla surgida entre las antiguas leyendas escandinavas y el ambiente cosmopolita y moderno de la gran urbe norteamericana, también es un factor a tener en cuenta, ya que favorece al sórdido ambiente, creado gracias a la escenificación de interiores nocturnos llenos de sombras y contraluces.

La dirección llevada a cabo por Jacques Tourneur se muestra impecable; los movimientos de cámara favorecen un tipo de narración clásica, que junto con una magistral fotografía de Nicholas Musuraca consigue crear la ya referida atmósfera de inquietud e inseguridad. Así se nos brindan secuencias de gran calidad, como por ejemplo la persecución de Irena por las calles semidesiertas de una Nueva York inquietante o el ataque a oscuras de la pantera en la piscina. El reparto cuaja un magnífico trabajo, en especial la actriz francesa Simone Simon, participe en otros films de la talla de “la bestia humana” o “mademoiselle Fifi”. La banda sonora combina partituras de viento metal para acrecentar el suspense de las escenas clave de la cinta.

En resumen este título se define como un relato clásico de terror, con un guión sobrio una puesta en escena notable y unos actores que dan la talla. Sin duda resulta una acertada elección para pasar una buena tarde de cine.
Demetrio Rudin
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8
25 de junio de 2006
48 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nave espacial aterriza en Washington DC y de ella sale un extraterrestre flanqueado por un amenazador robot con una capacidad destructora increíble. Tras ver rechazados sus esfuerzos por reunirse con los líderes mundiales para prevenirles del fin inminente de la Tierra, el extraterrestre Klaatu se lanza a la calle.

Ultimátum a la tierra es una de las primeras películas de ciencia-ficción de todos los tiempos. Rodada a comienzos de los años cincuenta por Robert Wise, un inexperto dentro del género, la obra se presenta como un férreo alegato antimilitarista acorde con las tensiones internacionales vividas tras la segunda guerra mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde el primer momento, el film adquiere un tono semidocumental; los primeros veinte minutos de la cinta así lo ratifican, limitándose a narrar la acción fríamente, sin introducir a ningún personaje todavía. En este aspecto, la historia no nos deja un protagonista claro, quizás el emisario intergaláctico Klaatu se erija como el personaje principal de la trama; una trama naturalista, desarrollada en exteriores principalmente y con una gran fuerza dramática a la hora de relatar los conflictos internos de los personajes. Destacan sobre todo los minutos finales, muy bien ajustados al estilo de la obra en general; dejando esa pizca de esperanza para un futuro mejor.

Técnicamente, Wise aprovecha algunos materiales de archivo, como las grabaciones iniciales de la capital norteamericana, junto con un estupendo juego de luces y sombras para crear una atmósfera de realismo, clave a la hora de afrontar el planteamiento de la cinta. El reparto se muestra acertado, sobre todo Michael Rennie, que lleva a cabo una magistral interpretación en el papel de visitante extraterrestre. La banda sonora combina algunas partituras realmente fantásticas de Bernard Herrmann, que emplea el theremin, instrumento poco conocido, como un elemento tonal para lograr una mezcla de estilos, referente de la película.

En conclusión, este título representa una de las primeras incursiones de un gran estudio en el género de la ciencia-ficción; apartándose además de otras muchas producciones, al esbozar a nuestros vecinos galácticos de una forma sociable y natural.
Demetrio Rudin
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9
12 de junio de 2006
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tony Camonte es el protagonista de un relato que muestra su ascensión al amparo del gangster Lovo, quien ha asesinado a Costillo, el mafioso que domina la distribución de cerveza en el sur de la ciudad. Tony vive con su madre y su hermana, excesivamente sobreprotegida por este.

Basada en una novela con la que comparte nombre, Scarface es una de las mejores películas gangsteriles rodadas a comienzos de los años treinta junto con otros títulos como “Hampa dorada”. La historia se presenta como una evidente denuncia de las bandas mafiosas de la época, que se hallaban en pleno apogeo por aquel entonces. De esta manera, la obra se abre con dos rótulos, que advierten de la veracidad de los hechos, dejando caer una dura crítica contra la posición del gobierno y de la ciudadanía en general, así mismo, ciertos elementos de la trama adquieren gran importancia simbólica al final de la cinta, un ejemplo es el gran cartel que versa “el mundo es tuyo”, vital para entender el tono didáctico del film. Por otra parte, el personaje principal esta inspirado en Al Capone; en este aspecto, el relato nos introduce las dos personalidades de los capos mafiosos mediante el esbozo de Tony, un hombre inseguro, como se subraya durante el fatal desenlace, necesitado de reconocimiento público y dinero, y Lobo, un gangster más calculador, frío e incluso cobarde. El argumento condensado en apenas hora y media de duración, posee ritmo y sobriedad, retratando perfectamente el ascenso del propio Tony a las altas esferas de la mafia, haciéndose con el control total sobre el tráfico de licores de la ciudad.

La estupenda fotografía expresionista de Lee Grames, con un perfecto uso de luces (escenarios nocturnos, en los que las farolas aportan una escasa claridad a la acción) y sombras (un ejemplo, el primer asesinato de Tony, durante los primeros minutos, rodado íntegramente mediante el reflejo de las sombras en la pared) es quizás el aspecto más destacable dentro de la ya de por sí excelente puesta en escena de la que hace gala el film. Personalmente me sorprendieron las últimas secuencias, de gran dramatismo; en especial, el sabio uso que hace Hawks de las contraventanas de metal, como símbolo de la protección que Tony necesita y que incluso acabaran por matar a su hermana, al herirla mortalmente con una bala que sale rebotada del revestimiento de acero. Dentro del reparto brilla Paúl Muni, participe en otras obras negras, como “soy un fugitivo”. En esta ocasión Muni lleva a cabo el papel criminal de manera encomiable, muy bien acompañado en cualquier caso por Ann Dvorak. La banda sonora resulta escasa, únicamente merece la pena resaltar las composiciones de jazz con gran ritmo.

Ateniéndonos a lo dicho, se puede definir a Scarface como un sobresaliente título negro, imprescindible para todo buen seguidor del cine clásico.
Demetrio Rudin
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8
11 de junio de 2006
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A casa de dos estudiantes van llegando personajes a los que han invitado a una especie de fiesta fin de curso. Al invitado que más temen es su tutor y profesor de criminología, una astuto criminólogo que defiende la no existencia del crimen perfecto. Ellos, precisamente, están preocupados porque tienen un cadáver en el arcón que sirve como mesa para la cena. Se trata de un amigo mutuo y prometido de una antigua novia de uno de ellos. Con el asesinato intentan demostrar al profesor que sí existe el crimen perfecto.

La soga es quizás la obra más peculiar dentro de la amplia filmografía hitchcockiana, siendo una verdadera rareza cinematográfica desde el punto de vista técnico. La historia como si de una obra de teatro se tratase, se asienta sobre unas sólidas unidades teatrales (tiempo: una tarde noche, lugar: el apartamento de la pareja de asesinos y acción: el post-asesinato de un joven a manos de la pareja protagonista). Así a través de una sencilla trama, el film consigue sumergir de lleno al espectador en la investigación criminal llevada a cabo por el ex profesor Rupert. En este aspecto, la obra no destaca por presentar una intriga sin resolver, es decir, el público desde un principio es consciente de que la pareja homicida va a ser descubierta de una forma u otra, a pesar de que el cadáver no es puesto en pantalla en casi ningún momento, es sin embargo la meticulosidad del plan criminal y su posterior desenmascaramiento, las pistas, los rastros, lo que ciertamente refuerza el ya de por si sobrio argumento.

Pero es en el aspecto técnico en donde se haya la grandeza de esta película. La soga es el único largometraje rodado sin interrupciones entre sus planos, sin cortes, mientras que en una cinta normal existen unos seiscientos planos, el contenido integro de la soga se puede contener en un solo cargador de cámara, algo insólito dentro de la historia del cine. Por otro lado, cabe la pena decir que este es el primer título del director ingles rodado a todo color, y una de las primeras ocasiones en las que el propio cineasta participaba además de cómo director, como productor. El reparto se muestra eficiente, en especial John Dall y Farley Granger, con una buena interpretación en líneas generales. James Stewart, actuando como “actor reclamo” del film, también lleva a cabo una buena caracterización, en esta su primera participación con Hitchcock. La banda sonora de la mano de Leo F. Forbstein cumple a la perfección su papel de mero acompañamiento en marcados momentos del relato.

En conclusión, La soga es una peculiar cinta, técnicamente hablando, que además de deleitar por su cuidada puesta en escena, entretendrá a todo aquel que solo busque disfrutar de una notable obra de suspense.
Demetrio Rudin
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7
6 de junio de 2006
81 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un vividor coincide en el tren con una joven ingenua, él pretende que ella le pague el billete, es un tramposo atractivo a los ojos de ella. Más adelante, vuelven a encontrarse en una fiesta y tras un breve romance ella decide casarse con él, a pesar de la oposición de su padre. Siempre se le atribuyó la condición de solterona y quiere demostrar a todos que alguien la puede amar.

Sospecha es quizás uno de los thriller menos afortunados del gran genio Alfred Hitchcock; la película sin ser un fracaso estrepitoso no cumple en cierto modo con la habitual calidad ofrecida por los títulos hitchcockianos. El argumento resulta interesante en cuanto nos propone un drama de tintes psicológicos, característico dentro de la extensa filmografía del director. En este aspecto, la historia lleva a cabo un notable tratamiento de personajes que permite desarrollar un peculiar análisis de su protagonista, Johnnie, un hombre atractivo de éxito entre el público femenino, pero tremendamente vago a la hora de buscar un trabajo para poder mantener la lujosa vida ofrecida a su esposa Lina: será la propia Lina al descubrir progresivamente las triquiñuelas y los vicios de su marido, la que explote el papel de victima. Sin lugar a dudas es en esta escrupulosa búsqueda de la verdadera personalidad del personaje masculino donde reside el mayor acierto del film; se dejan de esta manera, momentos de gran suspense, como en los minutos finales, y tramos más distendidos y alegres, a raíz de la presencia del amigo de Johnnie. El desenlace se muestra, eso si, algo flojo y forzado, como consecuencia de la imposición sobre el director británico de dar un final feliz al relato.

Técnicamente, la cinta no resulta brillante; el estupendo uso de elementos espaciales como las escaleras y la maravillosa utilización de la iluminación como recurso atmosférico se diluyen a causa de secuencias demasiado cortas intercaladas incluso con fundidos en negro poco habituales para el maestro del suspense. El reparto está muy bien compensado, la excelente interpretación de Cary Grant unida a la efectiva caracterización de Joan Fontaine logra aportar realismo a la narración. La banda sonora de Franz Waxman refuerza a la perfección el clima de tensión e inseguridad combinando partituras orquestales con abundancia de viento-metal.

En resumen, viendo esta obra no nos vamos a encontrar con uno de los largometrajes más trabajados de Hitchcock, nos vamos a encontrar frente a una interesante cinta de influencia negra (iluminación escasa, sombras, dualidad en los personajes…) recomendable para todo aquel/la que guste del cine sobrio con buenos actores.
Demetrio Rudin
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