Golpe de estadio

La verdad es que no nos suele llegar a nuestras pantallas mucho cine colombiano, por eso siempre suele ser agradecido ver algo de la cinematografía de ese país.
El colombiano SergioCabrera se nos dió a conocer en España con esa pequeña maravilla que resultó "La estrategia del caracol", hecha con poco presupuesto pero con grandes dosis de ironía y riesgo. La fórmula le salió bien y en España gusto tanto la película que ganó la Espiga de la SEMINCI. Unos años más tarde, despues de la para mí fallida "Aguilas no cazan moscas" estrenó entre nosotros esta ¿comedia pacifista? ambientada en la situación social de su pais.
El resultado, aunque correcto formalmente, pierde la frescura de sus primeras obras y utiliza chistes y situaciones reconocibles para el espectador europeo al que va dirigida.
Es de agradecer que se estrene este tipo de cine, yo recomiendo tratar de ver todo lo que se pueda porque así es como nos iremos creando una auténtica cultura cinematográfica.

Como en todas partes, en el mundo del cine existen personas cultas e inteligentes que, antes de ofrecer su opinión o, incluso, ver un film, observan con regocijo cuan extraña es la procedencia de susodicho film para, además de regodearse por ser unos cinéfilos de lo más abiertos que disfrutan con producciones turco-chipriotas, soltarle unas cuantas estrellitas de más al producto de marras alegando que la crítica que ofrece es muy digna, porque en jolibud no las hay, es bastante más original que cualquier producto de cine patrio, porque no lo cuentan todo a gritos, aunque 2 de cada 4 frases no se entiendan una mierda o porque resulta un grato producto de entretenimiento de los que ya no se encuentran.
Y aunque "Golpe de estadio" sea otra de tantas propuestas descafeinadas y anacrónicas en el uso de sus formas, pues siempre están por ahí unos cuantos para aplaudir. Porque, ya se sabe, cuanto más rara y más colorines tiene la bandera del país, mejor probablemente sea la obra en cuestión.

Pero lo dicho, en "Golpe de estadio" lo único que hallamos son interpretaciones de telenovela sudamericana, topiquísimos momentos, secuencias humorísticas que espantarían al mismísimo Blake Edwards y una crítica suficientemente correcta como para que los cuatro o cinco gafapastas que la vean aplaudan a rabiar.
Sólo apta para nostálgicos del 5-0 que Colombia le endosó a Argentina o para amigos del bochorno más patente, por buena nota media que pueda tener. Y todo por la banderita de los cojones.

En la localidad de Nuevo Texas (cualquier intento de recordar a la Texas Petroleum Company, y de paso, al oeste norteamericano… parece intencional), se viene dando un nuevo enfrentamiento entre la guerrilla colombiana que lucha por impedir la fuga de los bienes de la nación y las fuerzas militares que defienden los intereses de la compañía que está explorando nuevos pozos de oro negro… como es costumbre, ¡para llevárselo!

Este hecho, se viene dando por aquellos días en que, la Selección Colombia, estaba a punto de clasificar al Mundial de Fútbol de los EE.UU., y se avecinaba la memorable goleada que le daría entonces a la selección Argentina. Como es de esperarse, tanto guerrilleros como soldados, se afanan por poder ver los partidos... pero el destino no parece estar de su lado y un par de incidentes les dará de baja la opción de presenciarlos.

¿Cómo resolver esta penosa y frustrante situación? En un utópico plan, lleno de buenas intenciones, con afanes pacifistas, y con fervientes deseos de ver a Colombia unida y sin esa interminable guerra que parece que no tendrá fin hasta que, los que negocian con las armas, tomen conciencia o desaparezcan de la faz de la tierra (más fácil parece que será lo segundo), se desenvuelve esta aventura militar que nos deja un vago sabor de comedia a la francesa, con algo de Louis de Funés (el sargento García), y también otro tanto de Akira Kurosawa (con los árboles que caminan).

Pareciera que, al ver los rushes, el director Sergio Cabrera, se dio plena cuenta de que lo que hacía no cuajaba lo suficiente, porque comenzó a añorar el filme que lo llevara al éxito (“La Estrategia del Caracol”), y además de que ya estaba contando con algunos de los actores de aquella inolvidable obra (Humberto Dorado, Florina Lemaitre, Fausto Cabrera…), se inventó la manera de traernos a la memoria a, Gustavo Calle Isaza, el personaje paisa de aquel delicioso cuento, y hasta incluyó, en un gesto de autocomplacencia, una imagen televisiva de aquella inolvidable película.

Este, <<GOLPE DE ESTADIO>>, no sólo resulta bastante liviano, sino que pretende realizar su utopía pacifista, justo con uno de los medios que más divide a las sociedades como es el fútbol, generador de violencia y de fanatismo, ya que es manejado con escasos escrúpulos por los empresarios que, siempre buscan la máxima ganancia aunque las cosas tengan que llevarse hasta el máximo extremo de lo que permitan las normas.

No hay aquí ni un sólo personaje que conmueva, ni una situación que se celebre... y queda entonces volver a ver, en un pobre televisor, el memorable momento de la goleada a la selección Argentina (5-0), lo que permite suponer que, en la tierra de Maradona, a esta película debe haberle ido como a, “Colombiana”, por estos lados.

Al ver esta película, le es imposible a uno no pensar en series como los hombres de paco en las que toman el trabajo serio de alguien y lo ridiculizan hasta extremos vergonzosos. En este caso, toman un conflicto serio como es el enfrentamiento entre la policía y la guerrilla de Colombia, y lo convierten en una espantosa ridiculez.

El largometraje cuenta el enfrentamiento entre la policía colombiana y un grupo guerrillero en un pueblo perdido por Colombia. La dificultad para ver las eliminatorias de un campeonato de futbol y la presencia de un puticlub enturbiarán dicha enemistad. Al mismo tiempo se nos cuenta la historia de una guerrillera enamorada de un policía infiltrado en la guerrilla.

Por el resto decir, que es una película que disfrutarán todos aquellos que adoren el humor basto de "Los Hombres de Paco", ni los que no les importe las ridiculas incoherencias presentes en el film. También es una oportunidad para ver a una deliciosa Emma Suarez y recordar el 5-0 que le endosó Colombia a EEUU.

No vemos demasiado cine colombiano, en mi caso las películas que han sido nominadas para el Goya a la mejor película extranjera de habla hispana, como es la que valoramos. Es una historia que aprovecha el eterno conflicto entre la guerrilla y el ejército colombiano para buscar un punto de unión entre los dos bandos en una película que empieza con un recrudecimiento bélico importante.

La avería de la torre de electricidad hará que la mayor distracción de unos y otros, que es el fútbol, y la afición y el amor que comparten todos por la selección de Colombia, en sus mejores años, les hacen buscar una excusa para provocar una tregua. Ahí la película entra en un tedio demasiado largo, con intervenciones bastante sosas de unos y otros, y alcanza otra vez el atractivo cuando comparten el match todos juntos.

También es una oportunidad para ver a una deliciosa Emma Suarez y recordar el 0-5 que le endosó Colombia a Argentina en las eliminatorias previas del Mundial de Estados Unidos en 1994. Aquel domingo de septiembre de 1993 este resultado revolucionó a todo el mundo del fútbol mundial. Un 4,5.