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Benvenuto Presidente!

Comedia Peppino, un hombre honrado e ingenuo, es bibliotecario y muy aficionado a las historias y a la pesca de la trucha. Vive en un pueblo montañés y sueña con un futuro mejor para su único hijo. Mientras, en Roma la derecha, la izquierda y el centro deben nombrar al nuevo presidente de la República. El elegido es Giuseppe Garibaldi, patriota y líder italiano difunto, cuyo nombre y apellido ha sido heredado por lo menos por cinco italianos. ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
27 de septiembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ultimamente visiono bastantes películas en VO, siendo muy importante el lenguaje original de los films.
Esta en concreto, y por la similitud de nuestro lenguaje, es bastante llevadera, realizando una interpretación muy buena los actores originales. Los textos del director y la puesta en escena son básicos, pero enganchan la trama desde el primer momento.
Espero haya más fans de las películas italianas.
Disfrutad, de ella y animaos a verlas en VO.
Africardo
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20 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"En democracia, la forma es el contenido", no importa que ésta esté manchada, ultrajada y sea una vergüenza, si se cuidan las maneras y respeta el protocolo, todo lo demás no importa, se echa al cubo de la basura y ¡santas pascuas!, pues "...,en este país, hay una única regla jamás rota, si quieres ser político, tienes que ser chantajeable", base sobre la cual se apoya Riccardo Milani, con un relato de Nicola Giuliano, para iniciar esta comedia irónica, en forma de chiste y charanga, que expone con sagacidad y una aguda denuncia en tono de farándula humorística, la corrupción de las instituciones, la deslealtad de sus representantes y el burdo negocio de compra-venta al mejor postor que nos llene los bolsillos en que se ha convertido el gobierno de la nación.
Peppino, ex bibliotecario en paro, aficionado a la pesca de la trucha que por el inútil comportamiento de los partidos, que votan para fastidiarse mutuamente en lugar de pensar en lo mejor para el ciudadano y país -el cual mancillan con su actitud egoista-, en una evidente sentencia que lo explica con gran clarividencia "...,pero ¿qué hemos hecho para hacer esta estupidez?, ¡presidente de la república!", es elegido máximo representante de Italia quien ante la repentina sorpresa, duda inicial e inquietud y disposición benévola a la renuncia inmediata, pronto se dará cuenta de que está rodeado de inmundicia, caza insaciable de hyenas, a cuál peor, donde los gorilas brutos y arcaicos de su tierra son angelitos comparados con la ávida codicia y maldad ambiciosa de esta tribu, de traje y corbata, que manda en el parlamento y la ciudad.
A partir de ahí, cancha libre para el despropósito y la memez, sin límite ni freno, avalancha de escenas ridículas, situaciones deleznables en tono de cachondeo y un circo continuo de bufonadas, desfachateces y tonterías a mansalva, 50 minutos con perspectiva de sacarle buen jugo a un inicio prometedor, con un tema que está muy presente en nuestra sociedad, de gran actualidad que lo convierte en ácida burla y juerga bochornosa de reírse, mofarse e insultar al pueblo quien mira estupefacto como, las serpientes ansiosas de sangre, se unen para derrocar al que, al principio, parecía tonto y resultó ser honesto, tener principios y una moral que molesta y entorpece el acostumbrado funcionamiento del gobierno del pueblo y de la beneficiosa política para beneficio personal pues ¡para qué se está en política si no es para sacar tajada particular!
Sólo que, igual que "..., hacer demasiado de santo te vuelve diablo", sobre la mitad de su recorrido se palpa un vuelco hacia la broma facilona, tendencia a forzar la sonrisa del espectador con gags prefabricados que pierden su natural gracia, chispa hasta entonces mantenida que deriva en guasa y alboroto que ha perdido su carisma, don y potencia.
Simpática, fresca y alegre, aunque no abandona dicha estela y son características que se aprecian y degustan, si que abusa del recurso cómico exagerado, del montaje rocambolesco y precipitado que pierde parte de su inocencia original, la rica charlotada de risa espontánea cede parte de su arte natural para la carcajada por un estrambótico caos que ya no enriquece tanto, lunática andadura que se absorbe con menos delicia ante la evidente ausencia de parte de ese peculiar carácter sentido a la inicial subida del telón.
Propuesta divertida, amena y graciosa, teatro pachanguero que dice verdades conocidas, ya ni siquiera ocultas, con un Claudio Bisio, líder óptimo de la jarana montada cuyo espíritu incansable no cede un ápice durante todo el metraje, en una acompañada esencia a lo Roberto Benigni que se vive y disfruta más en las primeras etapas, menos en la absurdidad del segundo tramo, descenso de calidad e ideas ligeras que, aunque se observa, siente y palpa, se perdona pues caen bien, hacen mofa de nuestros corruptos representantes, ridiculizan el gobierno y dejan un apartado para la honestidad y la ética, corrección de aquellos puros de corazón que sobresalen y triunfan ante la tentación del mal que les rodea.
Empeño y fuerza de voluntad por entretener, ahínco de diversión, propósito de envoltura dinámica y corrida festiva, lograda por momentos alternos y cuando no, tampoco pierdes la sonrisa por su gancho, cordialidad y ocurrencia pues, aunque no siempre es lograda, su meritorio logro es intentarlo sin descanso ni tregua.
Es fácil relajarse en su presencia, sencillo acompañarles en su aventura, no hace realidad sus altas perspectivas pero se queda a buen camino ¡que ya es bastante!, lectura especulativa de la sociedad y el mundo político, con pequeñas dosis de sarcasmo, mucha coña y una escenificación acelerada, todo ello en un espectáculo válido y afín, joven y enérgico de atropellado accidente que apetece y agrada, deja que invada tu espacio y ocupe tu tiempo, es más el beneficio que obtienes que un posible desgaste.
Ensalada mixta de ingredientes activos y fogosos, con un adobo no muy picante de escándalo irrisorio para un baile pintoresco que porta, como etiqueta, una caricatura danzarina, parodia ridícula que no engaña, es modesta sin ser una perdida.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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15 de noviembre de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede filmar una película más estúpida? probablemente se pueda pero no será tarea fácil. Lo escrito alcanza para dar a conocer que pienso de este bodrio, pero Filmaffinity no acepta críticas cortas, entonces lo alargo como seguramente hizo el director de esta película que la alargó y la alargó. Es tan previsible y aburrido todo lo que pasa que mejorará a cualquier otra película con la que se la compare.

Por otro lado esta idea de poner a todos los políticos en un mismo lugar creo que se sabe a quien beneficia o sea la película es un bodrio pero no es inocente.
PepePalermo
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30 de enero de 2021
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Me decidí a ver esta película porque, generalmente, las comedias italianas que he visto me han gustado, pero la verdad es que esta en ningún momento terminó de convencerme y conforme pasaba la película perdía cada vez más el interés, principalmente debido a varios problemas.

Para empezar, muchas veces el humor que emplean está un poco desfasado y quizás hace un par de décadas (al menos) ciertos gags y chistes podrían haber resultado graciosos, pero a día de hoy resultan un poco cansinos.

El segundo problema es la parte crítica. Estoy de acuerdo en que se puede hacer una película crítica sin que necesite tampoco tener una crítica muy profunda y otra cosa es la simplificación del mundo de la política que se hace aquí. Todos los políticos son malos, arreglar todo es fácil, todo el mundo en política busca el beneficio personal y más mensajes de este estilo. Al final entre esto y lo dicho en el párrafo anterior, me da una sensación de película simplona y poco trabajada, de chiste y crítica fácil, en muchas ocasiones propios de un cuñado en el bar.

Lo último que me ha chirriado bastante es la ridiculización que se hace de los personajes. En la sátira hay ridiculización y exageración de ciertas cualidades, hasta ese punto sin problema, pero aquí llegan a tal punto que pierde la gracia, porque hace que al final se te atraganten los personajes.

En definitiva, no es una película que recomendaría ver. Considero que hay unas cuantas (bastantes) comedias, que incluso sin ser nada del otro mundo, serían mejores para pasar un rato entretenido quemando neuronas.
AntonioFM
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