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Lúa vermella

Drama. Fantástico El tiempo parece detenido en un pueblo de la costa de Galicia. Todo el mundo está como paralizado, pero aún podemos escuchar sus voces: hablan de fantasmas, brujas y monstruos. Tres mujeres aparecen y empiezan a buscar a Rubio, un marinero que ha desaparecido recientemente en el mar.​ (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
25 de febrero de 2020
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo —como todos aquí— a contar lo que he visto: al término de la proyección a la que asistí, el director, Lois Patiño, subió al escenario para dar al público algunas claves sobre su "Lúa vermella". Lo cierto es que, para tratarse de una película tan mesmérica y misteriosa, Lois no parecía tener intención de guardarse secreto alguno sobre su obra: más bien se le veía deseoso de dar toda la información posible que pudiera ayudar a contextualizala y entenderla. Bien es cierto que era necesario: la historia, que presenta muy difusamente —no hay estructura narrativa aquí, ni falta que hace— es muy idiosincrásica de la tradición y cultura de Galicia: meigas, fantasmas de marineros desaparecidos, la Santa Compaña... pueblan su película.

En todo caso, a Lois hay que reconocerle la valentía y la honestidad de exponerse de ese modo, defendiendo la obra de la que, más que en otros casos, él como director y autor es el máximo responsable, y así se escenificó... se le veía un poco solo allí arriba.

El director se presentó sin embargo bien armado de toda una batería de recursos teóricos que justifican lo que se vio en la pantalla: estudio de las distintas facetas o capas del concepto de tiempo (tiempo histórico frente a tiempo del mito, por ejemplo), investigaciones de carácter antropológico, reflexiones sobre los mecanismos propios de la narración oral (las leyendas admiten contradicciones)...

La película —que va un paso más allá de "Costa da morte", su primer largo, con la introducción del elemento fantástico—, es sobre todo un esfuerzo por obtener una atmósfera, un "mood", en lo que tiene su parte tanto el deslumbrante aparato visual como la duración de las tomas, produciendo en el espectador la sensación de que el tiempo se ha suspendido, se ha detenido, y trasladándonos así, de hecho, a unas coordenadas distintas.

Y así y todo me pareció que, a fin de cuentas, quizá no había mucho que la película de verdad quisiera contarnos, que tenía mucho de ejercicio formal sin sustancia, pero esa es solo mi visión de las cosas: soy de los que piensan que esa atmósfera debería venir como última consecuencia de lo que el autor comunica a lo largo del metraje, es decir, no debería ser un fin en sí mismo.

Por mi parte, no hay mucho más que contar. Me parece que, como ya ha hecho Lois el trabajo de observar y explicar su obra, tiene poco sentido que me siga extendiendo yo aquí con mi opinión.
Hamm
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4 de febrero de 2021
15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por muy buenas que sean las localizaciones y la fotografía (que son lo que le valen los tres puntos que le he puesto) no es factible sustentar una película únicamente a base de estampas estáticas. Este material hubiera resultado mucho más efectivo (y rentable) en formato de libro ilustrado con estas mismas imágenes y los cuatro o cinco textos intercalados. En un film, aunque sea uno cortito como éste, el resultado es soporífero.

Cine de fantasmas, pero no porque salgan fantasmas en la película. Cine hecho por y para los fantasmas que se dedican a montarse sus pajas mentales con este tipo de productos, vendiendo humo al resto de mortales.
Ihsma
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30 de octubre de 2020
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nuevo trabajo del director español Lois Patiño, conocido por sus cortometrajes y documentales, es una gran película inmersiva, extraña de gran calidad visual y sonora, enigmática y original, que se desarrolla en una pequeña localidad gallega, y que tiene como punto de partida el de la desaparición de un pescador de ese pueblo costero del que no se conoce su paradero, y a partir de esa situación, que en realidad es un MacGuffin el cineasta nos introduce en un universo místico, con las meigas, los fantasmas como trasfondo y la luna roja (el título de la película), y al mismo tiempo hace una crítica social, sin citarla directamente, a las consecuencias del cambio climático en un sector como la pesca, y se plantea los beneficios o consecuencias negativas de una presa. La película se adentra en Galicia para contarnos la historia real de O Rubio de Camelle, un buzo que rescató más de 40 cadáveres de náufragos perdidos en el mar.

El proyecto se presentó en la sección Forum de la pasada edición del Festival de cine de Berlín, y posteriormente se ha proyectado en otros festivales europeos, asiáticos y americanos, como el de Málaga formando parte de la sección Zonazine en donde ganó el premio a la mejor película de la sección y el de Toulouse en donde fue premiada por partida triple. La película se va a estrenar en los cines españoles coincidiendo con la festividad de todos los Santos y la tradición importada de Estados Unidos de Halloween, y aunque no es una película de terror, contiene los elementos necesarios que la hacen ideal para ver algo diferente en estos días, ya que hay fantasmas, brujería y un trasfondo enigmático, pese a ser un drama, e incluso recuerda "A ghost story (2017)", tanto a nivel visual como en la estética de esos seres que se mueven cubiertos de una sábana.

La película cuenta mucho con pocas palabras, y es un ejemplo más de la calidad de las producciones gallegas actuales, pero requiere de la atención por parte del espectador, ya que no nos encontramos con la típica película convencional, sino que tenemos que ir construyendo la historia a partir de esas historias personales de los habitantes de esa localidad, entre ellas la madre del Rubio, en donde es difícil distinguir la realidad y la ficción, con un sonido de fondo potente y enigmático que nos evoca esos universos místicos a los que nos quiere trasladar el director.
Lois Patiño mueve la cámara de manera perfecta y sutil para presentarnos unos planos de gran belleza, ya sean fijos o en movimiento, en lo que es un gran trabajo en la dirección, que es uno de los aspectos más destacados del proyecto.

El otro punto fuerte del proyecto es la magnífica fotografía del propio cineasta, que es el responsable también del guion, y de las imágenes de una gran belleza, en donde se juega muy bien con las diferentes tonalidades cromáticas, con el azul del mar, el negro de la oscuridad en las escenas nocturnas, el verde del bosque, y sobre todo las tonalidades rojizas que son las protagonistas en el tercio final. Un gran trabajo por parte de Patino en la dirección de fotografía que merecería una candidatura a los Premios Goya 2021.
Una película sobre la vida y la muerte, de los traumas del pasado y de las tradiciones gallegas y mucho hipnotismo visual, con el cielo y el mar, y una luna roja o de sangre que hace acto de presencia en esa parte final, y al mismo tiempo hay un homenaje a esas madres que pierden a sus hijos o maridos que son pescadores, en una profesión dura, que tienen que salir a diario pese a que la mar es traicionera en días de temporal, viento y oleaje.
Una película que gustará a los que disfrutan con ese cine de autor enigmático, diferente a nivel formal y narrativo, y que requiere de la atención del espectador para ir construyendo su propia historia.

LO MEJOR: La fotografía. La dirección.
LO PEOR: Puede aburrir a los que quieran ver una película convencional.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com
WILLY74
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27 de agosto de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacer películas lentísimas no es sinónimo de hacerlas mega artísticas y cultas. Por el guion hubiera sido preferible hacerla muda. Por la fotografía tan bonita, hubiera sido preferible hacer una galería de fotos, pero NO algo llamado película. No es recomendable, es pesada y decepcionante.
Karla Rivera
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28 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lúa Vermella (2020), dirigida por Lois Patiño, es una película gallega que retrata, a modo de cuento folclórico, los mitos que rondan a un pequeño pueblo costero que sufre visitas extrañas cuando la marea sube y pérdidas cuando baja. Es extraordinaria desde el punto de vista fotográfico.

Por Nicolás Bianchi

Lúa Vermella, en inglés Red Moon Tide (algo así como ‘marea roja’), es un film local en el sentido de que fue financiado por instituciones del lugar, recoge historias de los mitos populares de la zona y fue rodada íntegramente en Galicia, región ubicada al norte de España, sobre la frontera con Portugal. La película, justamente, está hablada en gallego, cruza particular entre el portugués y el español.

No es fácil definir a los protagonistas de la historia. En principio se podría decir que se trata de un relato colectivo porque quienes ponen voz a la narración son los distintos integrantes de un pueblo costero cuyo nombre no se menciona pero seguramente podría ser cualquiera de los que hay en la región. Por otro lado gran parte de los miedos que expresan los pobladores giran en torno a la desaparición de Rubio, personaje que desapareció durante la última marea alta… pero también mil años atrás y dentro de cien años más también.

Lo que Lúa Vermella construye no es una historia de terror convencional con un principio, un desarrollo y un desenlace, sino una exposición de los posibles monstruos de la zona, que se mueven siempre en relación a la luna, el mar y sus mareas. Por eso es que los lugareños pueden repetir que el monstruo es el mar, o la marea roja (que mata a los peces y hunde a los barcos), o la luna.

La película busca una mirada atemporal, en donde el tiempo pasa, y por caso antiguos pobladores pueden convertirse en fantasmas, pero los mitos quedan. En el muestrario del film hay brujas, monstruos marinos, los mencionados fantasmas y fuerzas naturales que castigan a los pobladores de la zona. Lo que ofrece Patiño son retratos filmados, algunos muy breves textos y mucha voz en off. En vez de conversaciones lo que se escucha se asemeja más a los pensamientos, que de nuevo contribuye al ambiente por momentos atemporal que plantea la película.

Como ejercicio fotográfico Lúa Vermella presenta algunas imágenes extraordinarias, sobre todo cuando la cámara se mantiene dentro del realismo. Cuesta encontrar, sobre todo en la última parte, el mismo resultado cuando lo que se ve en pantalla está intervenido por algunos efectos de color y montaje que no cuajan del todo bien. A modo de clasificación se podría aventurar que el film está dentro del género de terror por su temática y en el campo de lo experimental por su forma.

En los poco más de ochenta minutos de duración la fórmula que utiliza Patiño se reitera, adquiriendo más peso que la trama. El ejercicio que ofrece Lúa Vermella puede ser repetitivo, hasta incluso denso, pero la película logra ofrecer un puñado de pequeñas escenas de gran belleza. Los que en el terror buscan sobresaltos, violencia extrema, gore o, en suma, lo que se suele llamar ‘diversión’, es muy probable que se encuentren ante una experiencia soporífera. Los demás seguramente queden con alguna de las imágenes que construye la película dando vueltas por la retina durante algún tiempo tan impreciso como el de las criaturas que se muestran.

Está disponible en la plataforma MUBI. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
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