Una vez más HBO nos demuestra que no hace mierdas y esta vez lo hace con creces. La lucha del bien contra el mal se representa en esta serie de una manera a la que Hollywood no le suele gustar demasiado, ensombreciendo las acciones benévolas haciendo resaltar lo crudo y agonizante que resulta tratar de sobrellevar acciones de tan descarada depravación.

Por fin vemos al bien representado en su auténtica figura, la única que se puede llegar a reconocer en la realidad, la del anti-héroe. El pasado, secuelas, compromisos; todo influye e interactúa en la vida de los dos protagonistas y su cometido, participando a su vez de manera adyacente a la historia principal en una verdadera historia de amistad, narrada sin tapujos y con una claridad cristalina en su crítica a todo lo simple dentro del universo de los sentimientos.

Sabiendo que estos 8 capítulos son únicos y finitos, que bueno es pensar que no van a poder estropear esta serie, al menos no la historia de Rust y Marty.

Antes de ir a ver esta película al cine, tenía unas expectativas más o menos buenas, pues he leído algún cómic sobre este grupo de superhéroes (por catalogarlos de algún modo) y la verdad es que me había gustado. Lo que no me esperaba es encontrarme con una sucesión de acontecimientos de una excentricidad tan voluptuosa como endemoniadamente entretenida.

Cada personaje está dotado de una personalidad con la que el espectador fácilmente puede establecer afinidad. Cada uno de ellos posee sus frases cliché, puede que bastante vistas o incluso comunes, aunque repartidas con una eficacia y precisión espléndidas, ya que todas encajan a la perfección con el personaje e incluso ensalza su imagen facilitando al público presente la comprensión de este.

Hacía mucho tiempo que no veía una película que me entretuviese tanto y, aun por encima, que prácticamente careciese de altibajo alguno. Diversión y entretenimiento de principio a fin.

Bravo Marvel, bravo.

Muchas expectativas tenía sobre esta película, creadas todas a través de una combinación de halagos mediáticos y una trama radicalmente nueva teniendo en cuenta las últimas películas que he visto los últimos dos o tres años.
Antes de nada he de dejar claro que es lo que entiende un servidor por la mencionada palabra ''expectativa''. Al oírla uno puede echar mano a su significado literal, lo que sería lo normal en la mayoría de los casos a los que se les relaciona con dicha palabra, pero no en este caso. Las expectativas sobre una película casi siempre suelen venir condicionadas por medio de críticas, lo que uno piense sobre los actores, el director de turno, ''et cetera'', con lo que uno se puede hacer una simple idea de lo que se espera de dicho largometraje.
Con ''Her'' ocurre algo similar pero con una pequeña diferencia: la capacidad de cada uno a sentirse identificado con un tema relativamente nuevo, esto es, la idea previa que uno puede hacerse sobre algo que es completamente inexplorado para él como viene siendo, estoy seguro que para muchos, el argumento de ''Her''.
La idea es buena, la trama acogedora, el escenario innovador y el resultado; satisfactorio. Pero cómodo, muy cómodo. Desde el principio, la trama nos deja con una agridulce sensación de saber que va a pasar y, finalmente, esa sensación acaba por darnos la razón, dinamitando las posibles ideas pioneras que nos habíamos hecho en mente sobre la historia, impidiendo la exploración de nuevos horizontes cognitivos a lo que el universo narrativo se refiere.
Es buena, pero podría ser mucho mejor.