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España España · Quatretonda
Críticas de Benoltgen
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
7
16 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las fotografías nos muestran un pequeño instante de la vida. Una pequeña porción de sentimientos, de lugares, de gente. Nos enseña y a la vez nos cuenta algo, pero ese algo también es una historia, una serie de acontecimientos que desenlazan en ese momento, en esa fotografía. La película de La Dolce Vita es algo así, una fotografía, pero en movimiento. Un instante en la vida de un personaje, un recorrido por sus andadas y sus sentimientos que no tienen por qué mostrarnos un argumento concreto. Se trata de una serie de sensaciones que le conducen a diferentes situaciones.
La primera vez que visioné la película de Fellini, La Dolce Vita, no la entendí muy bien, no tiene argumento, pensé, pero aprendí que una película no tiene que tener un argumento claro y conciso siempre, solo una serie de situaciones y de escenas que te lleven a una conclusión, a una imagen con la que te quedes de esa película. En este caso yo me atrevo a llamarlo una fotografía en movimiento, un retrato de una época, de unas costumbres, de modos de vida, de status sociales, de personajes, pero para mí, sobretodo, es una historia que nos habla del amor y sus consecuencias. Un retrato de un personaje que a pesar de estar siempre rodeado de personas se siente solo, su vida llega a un momento en que él mismo sabe que no le gusta y la misma sociedad que le rodea que mantiene un aspecto de lo más inteligente muestra una continua decadencia.
Es una película de fiestas de la alta burguesía y de un hombre que cree que eso es lo que busca y poco a poco se da cuenta de lo infeliz que se siente entre esos ambientes. El metraje es demasiado largo para lo poco que se cuenta y tiene momentos divertidos así como algún personaje que siempre te arrebata una sonrisa. La chica despampanante no tiene ni una sola secuencia en la que no esté bellísima e irradie belleza por cada centímetro de su cuerpo y su cara.
Vemos contrastes en la sociedad, desde la clase más alta a la más baja, desde mujeres de prestigio a fulanas de barrio. Las diferencias están en todo momento en la película y nuestro personaje nunca sabe muy bien de qué lado está. Los paparazis y los periodistas acaban por dar mucha rabia por la exageración de sus actos y su perversa falta de moral hacia todo con tal de conseguir el reportaje o la foto que les lleve a la fama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benoltgen
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7
16 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elige bien, elige un buen sitio para hacer un buen golpe, elige unos buenos dados, elige quienes son tus compañías. Elige un casino, elige una buena mesa y elige tus cartas. Elige un empleo, elige un traje caro y elige el puesto más alto en el trabajo. Elige un futuro, elige olvidar, ¿Pero por qué iba a querer alguien hacer algo así? Johny Farrel eligió no tener que elegir, ¿y las razones? No hay razones, ¿quién necesita razones cuando pierdes a tu chica? Y que chica.
El mundo nunca es suficiente, puedes tener el monopolio del tungsteno, famoso metal que se comercializó a gran escala después de la segunda guerra mundial. Puedes ser el hombre más fiel a tu jefe pero todo puede perderse en una mirada, en un rostro, en una cara conocida, en un odioso amor, Gilda.
Gilda interpretada por la mítica Rita Hayworth es una película que muestra el complicado juego del amor-odio. Un triángulo amoroso del que vamos descubriendo que nadie es quien parece ser y todos ocultan algo. La actriz Rita Hayworth nos muestra un personaje seductor, brillante y muy provocador. Un objeto de deseo que perturba a nuestro protagonista y le hace pasar momentos de lo más agridulces. El triunfo del amor servido en plato frio, como las mejores venganzas. Y es que Gilda también es una historia de venganza, la del amor. El odio y los delirios de Johnny Farrell, notablemente interpretado por Glenn Ford, convierten su amor en una salvaje venganza hacia su deseo, Gilda. Busca la felicidad haciéndola a ella infeliz, dando una lección a su orgullo, pero haciéndose daño el mismo, y es que como bien dice ella, ni él mismo se conoce. Desde el principio de la película todos los personajes saben mejor lo que siente que el confuso Farrell.
Una música espectacular que acompañada por los números musicales de Gilda seducen a cualquier espectador, y es que nunca quitarse un guante dijo más que un desnudo integral. Un acto provocador y seductor que acompañado por el baile, el “Put Blame On Mame” y la increíble sonrisa de Rita Hayworth conquistó y escandalizó al mundo entero. Una gran película en la que se ha trabajado muy bien la iluminación y la fotografía, a destacar los planos de Rita Hayworth que realzan la belleza de la actriz hasta un punto que volvería loco de amor a cualquiera. Un vestuario de ensueño y una estupenda dirección que nos muestra un montaje ágil y algunos movimientos de cámara que a día de hoy no han pasado de moda.
En resumen un melodrama que tiene unas pincelados de cine negro que nos hace pegarnos a la butaca y no estar frente a la típica historia de amor. Pues tenemos los villanos más variopintos, gente convertida en héroe sorprendentemente y todo en cóctel de amor y odio servido en las barras de un casino de lujo de Buenos Aires.
Benoltgen
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