Hay cosas que NUNCA, bajo ningún concepto, deberían proyectarse en la amplia pantalla de cine, pero tal y como se ha demostrado a lo largo de tantos años, la raza humana es así, comete errores, y este es uno de ellos.

Nota: Si fui a ver esta película es simplemente por que lo considero como hazaña, contada posteriormente a generaciones, que se quedarán sorprendidas al ver como pude aguantar ésto.

Para empezar, decir que me esperaba algo malo ya, humor fácil, de ese que te hace reir de su simple tontería (soy fan absoluto de producciones como Scary Movie y demás), pero Casi 300 es cosa aparte, un caso de esos que esperas no volver a ver. Una mezcla de demasiados sinsentidos y tonterías sin gracia. Así se podría resumir

En esta ocasión, se parodia la película 300 y varios programas (la mayoría americanos) con la intención de arrancarle una mínima carcajada al espectador. Ni de lejos. Gracia demasiado demasiado fácil, sin ningún tipo de elaboración. Los espartanos tienen contados momentos de gracia (muy muy contados) y los gags introducidos son tontos, absurdos y banales. Desde Shrek, Paris Hilton hasta Transformers, todo se mueve por un ambiente de cutrez suma y muy, (cayendo en la redundancia) poca gracia.

Es por ello que Casi 300 es un intento de película pesíma, que tendrá un tirón impresionante, pero pesíma. Asquerosa, deprimente, atroz, son pocos los conceptos para definirla. Llamarla mala es un halago que no se merece. Los únicos momentos buenos se ven empañados por las pésimas gracias posteriores.

Ahorraos la entrada y hacer un favor al buen cine.

“Me llamo Robert Neville” es el comienzo de la aventura de un hombre que abandonará todo aquello a lo que quiere para dar cura a una enfermedad que transforma a todo ser en un vampiro.

Bajo este marco, Will Smith se desenvuelve de una gran forma. Lo más impactante de la cinta sin duda es la soledad que se refleja en todo momento: New York vacía completamente (salvando a los inquilinos no deseados) y Will Smith con su fiel perra, son unos ingredientes perfectos para ver como el actor muestra su desesperación por una mera compañía humana. Las conversaciones que mantiene en la isla son una muestra de la locura que puede alcanzar una persona al sentirse solo y sin apoyo.

Un film más que decente, en la que Will Smith demuestra que no sólo es un producto comercial, comunicando una locura y soledad impactantes.