Una película desgarradora que muestra una realidad que al parecer todos olvidamos salvo aquellos que padecieron aquella masacre. El racismo siempre ha convivido entre nosotros, forma parte del ser humano y tal como se menciona en la película, es un odio con el que no nacemos y se nos enseña, vivimos con ese odio, nos casamos con él…
Cualquier país tiene en su historia alguna injusticia que otra que para hacer la vida más fácil suele quedar en el olvido. El film rescata ése época en la que el Cucus clan perseguía a personas de color (que para mí no son más que unos bobos vestidos de penitente que supieron utilizar las palabras adecuadas para poner a toda la raza blanca en contra de la negra). Y es que hay que ver… somos unos bichos tan dúctiles, nos dejamos llevar por cualquier arrebato de sentimiento y sólo unas cuantas palabras son necesarias para cambiar totalmente nuestra forma de pensar.
Centrándome más en la película… cuanta con un buen reparto, una buena interpretación por parte de los actores que hace que a alguno te den ganas de darle una buena somanta de palos. Sin hablar de lo bien que sienta cuando ves que el bueno vence al malo. Al final la justicia se encarga de castigar a unos cuantos, lo ideal hubiera sido otro resultado, pero seamos realistas: no somos perfectos y por aquella época hasta hace muy poco la raza blanca era la que dominaba sobre la negra.

Me ha costado mucho ponerle nota a esta película. Refleja la vida tal y como es, tiene sus buenos y malos momentos pero no deja de ser un reflejo de la realidad que vivió Ramón SamPedro. Vivimos una sociedad compleja, todo el mundo sabe (al menos por sentido común) que hay sentimientos que pertenecen al individuo y por mucho que vivamos en sociedad nada va a cambiar, cada persona tiene una forma distinta de ver y vivir la vida ¿entonces por qué tiene que anteponerse un único sentimiento, una única forma de vivir?
La vida es dura para una persona física y psicológicamente estable, así que por qué, aunque sólo sea por un momento, no nos paramos a pensar en estas personas, metámonos en sus mentes en su día a día y luego me dices que sacas de todo ello. Hay gente que lo saca a delante, que da igual que ya no pueda volver a caminar porque obtienen las fuerzas de las personas que están con ellas, pero también hay personas que son el caso contrario, ¿y qué debemos hacer con ella? ¿Obligarlas a vivir en una vida que a sus ojos es lo más parecido a un infierno?
Supongo que es bueno preguntarse que haríamos nosotros en su caso, aunque es más fácil no imaginarlo y regocijarnos en nuestra bonita y sencilla vida, pero antes de juzgar a alguien por su forma de pensar al menos deberíamos hacer un alto en el camino y hacernos la pregunta que siempre evitamos: "¿qué haría yo en su caso?" así no diríamos con tanto despropósito: "bah ese hombre es un pesimista que no quiere vivir y no hace más que lloriquear por su situación."
Prefiero no elegir ningún tipo de idea, es decir, puedo comprender y dar la razón a aquel que dice que hay que luchar en la vida y que puede llegar a ser maravillosa, etc… al igual que entiendo a aquel que por su situación decide despojarse se esa vida que a su parecer no es tan bella como afirman otros y verdaderamente no podemos buscar una única verdad en todo este tema.