En esta ocasión, Christopher Nolan utiliza otro tipo de superhéroe, uno más convencional, de andar por casa, un granjero padre de familia que tiene que salvar a su familia y de paso al mundo. Pero lejos de hacer propaganda bélica, utiliza las relaciones humanas como combustible para una película larguísima, pero a la que nunca quisieras ver el final. El contenido heroico y humano, hace que nos olvidemos de detalles técnicos y físicos, difíciles de definir en la película. Eso unido a un Matthew McConaughey en la madurez de su carrera y por su puesto en su mejor año, acompañado de un elenco de buenos actores; da como resultado, una película extraordinaria, que te hace llorar, agarrarte a la butaca, en ocasiones con más fuerza de la que se agarran los protagonistas. Te hace pensar en lo bueno y en lo malo del ser humano, en el amor y en el sacrificio… ¿y tú? ¿HASTA DONDE TE SACRIFICARÍAS?

Lo primero que le pido a una película es que me entretenga, que me haga sentir cosas, me da igual los aspectos técnicos. Sin City tiene eso que te engancha, cuando la ves por segunda vez te enamora y cuando la ves por tercera vez dices "Obra Maestra". La narrativa es espectacular, pausada y sosegada se mezcla con la acción sin necesidad de zarandear la cámara para que el espectador acabe mareado. A mitad de la película la banda sonora se hace invisible a tus oídos, no desentona con las secuencias están en perfecta armonía con lo que estas oyendo.
Cuando Mickey y Bruce se ponen tiernos con una mujer a la vez que van cepillándose a todos los villanos que encuentran a su paso, no tienen rival en la pantalla y bordan su papel.
En cuanto al resto todo es excepcional la belleza de las imágenes, ese aire de comic negro y melancólico que le hace tener un sabor especial.