Camelot. Son solo 10 capítulos, una temporada. Se ve que el final queda abierto y es que cancelaron la serie. Y no me extraña.

Interpretaciones insulsas y planas, casting penoso, guion sin sentido. El rey Arturo es un niñato consentido y repelente. La actriz que hace de Ginebra es muy mona, una modelo, pero con habilidades interpretativas pésimas. Se supone que es una revisión de las leyendas artúricas. Y quizá esa revisión es lo único valorable en este engendro, en el que destaca el personaje innovador de Merlin, presentado no como un hechicero (que hechicerías hace las justas) sino como una persona de carne y hueso, con sus conflictos internos y sus contradicciones.

Pero, puestos a revisar, bien podían haber huido de personajes absolutamente estereotipados. Las mujeres aparecen o bien como sumisas pasivas, florecillas delicadas que hay que salvar, o bien como brujas malignas que anteponen su ambición a la familia. Los hombres, por su parte, son unos gallitos que solo saben solucionar sus problemas con violencia, que no saben gestionar sus emociones, que pasan mil aventuras para demostrar gallardía y virilidad mientras las mujeres, a las que consideran posesiones y objetos de deleite, les esperan aterradas.

Entretenida, sin más. Para pasar el rato si no tienes otra cosa que ver.

Se supone que es un sketch cómico, pero yo no le veo ninguna gracia.

Este corto refleja una cosificación brutal de la mujer, que deja de ser persona (sujeto) y se convierte en objeto. Un objeto portador de dos pechos para deleite del hombre. La mujer deja de tener poder de decisión sobre su propio cuerpo (operarse), no importan sus dolores de espalda (se ningunean), no importa que no se sienta a gusto consigo misma (culpa de varones-babosos, que la taladran con la mirada), no importa su opinión. Lo que importa es que es "portadora de belleza", belleza considerada siempre desde una perspectiva masculina: lo que se espera de ella es que deleite a los hombres. La mujer deja de ser vista como persona y queda reducida a una parte de su cuerpo, de carácter claramente sexual: sus pechos.

No me sirve la comparación con Leonardo da Vinci. En ese caso, la belleza surge de su ingenio, de su habilidad, tiene un carácter activo, y el resultado deleita a la humanidad entera, hombres y mujeres. Pero la belleza que se supone a la mujer del corto es de carácter pasivo: la mujer no crea nada, no propone nada, no muestra habilidad ni ingenio, simplemente es un recipiente de belleza y debe cargar con ella para satisfacción de los hombres, que se apropian del concepto de "humanidad". Es decir, los hombres son "lo universal" y las mujeres la excepción.

Por supuesto que el vídeo no habla solo de "tetas". Habla de dominación patriarcal.