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España España · Santisteban del Puerto
Críticas de SebastianVela
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
3
8 de mayo de 2022
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver recientemente Spectre, que parecía (en su momento) ser la floja despedida de Daniel Craig en el papel de James Bond, me animé a ver esta película con la certeza ya conocida por toda persona medianamente interesada por esta saga de que, esta vez, SI era la última encarnación de Bond por Craig...y es que me pareció aún más floja que la anterior...solo que por motivos distintos.

Aquí el problema no es la pasividad del protagonista, ni su falta de evolución sentimental y/o emocional, ni tampoco la monotonía del ritmo o lo excesivamente clásico del relato de espionaje ofrecido...sino todo lo contrario: aquí, el protagonista es insufriblemente variable y desconectado de su esencia, debido principalmente a una evolución sentimental y/o emocional que no cuadra con la fuerza pragmática de su carácter. James Bond puede sentir y amar...pero debería saber (o al menos eso demostró en relatos anteriores) que no puede dar rienda suelta a sus deseos sin que alguien pague la cuenta muriendo o traicionándolo sin más remedio.

El ritmo de la producción evoluciona "in crescendo" hasta dejar atrás el vibrante episodio en Cuba, pero en cuanto Ana De Armas desaparece de la trama, el ritmo cae precipitadamente en un pozo de idas y venidas argumentales con un soporífero aroma a intervencionismo por parte de la producción y/o por parte de autoridades morales no identificadas:
Personajes sin carisma incluidos en el relato con calzador, subtramas anecdóticas sobre la vida privada de ciertos personajes sin que ello tenga trascendencia alguna en el devenir de nuestros protagonistas (pero si consecuencias nefastas en la duración e interés de la trama general) y líneas de diálogo que huelen a altanería y revanchismo, más propias de una tribuna política donde se nos enseñe como opinar, que de una obra de ficción supuestamente destinada a entretener con un relato inteligente que invite al espectador a plantearse preguntas pertinentes (y llegar por si solo a las respuestas que considere).

"Solo es un número", dicen en repetidas ocasiones nuestros protagonistas. Y es que a 007 le ha pasado lo que a otros personajes, sagas y películas míticas del pasado: se ha convertido en un atractivo escaparate en el que vender (e imponer) ideologías y dogmas.
Es más fácil ganar millones destruyendo la esencia de una franquicia exitosa, usándola como imán para las masas con el fin de adoctrinar, que arriesgarse a promover la creación de personajes nuevos, fieles a los cánones morales del momento, y correr el riesgo de fracasar en el intento.

Esa cobardía, que se ha ido abriendo paso en las altas instancias del cine (especialmente europeo y norteamericano) y que se ha visto justificada por los gustos manifiestos de una mayoría de espectadores, ha conseguido de nuevo transformar un espectáculo otrora divertido y hasta en ocasiones didáctico en una herramienta de propaganda más de un mundo occidental cada vez más falto de libertad como de criterio.
SebastianVela
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9
16 de mayo de 2022
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Hay muchos prejuicios hacia Roland Emmerich.

Por lo general, sus críticos más vehementes suelen tildar su trabajo de superficial, descerebrado, sin interés, belicista y "patriotero"... pero eso es porqué muchos de ellos solo se fijan en sus aportaciones al cine "ultrabalizado" de catástrofes, quedándose con el envoltorio pero despreciando lo envuelto, olvidándose, de paso, de un hecho fundamental: Roland Emmerich es alemán y se reivindica como tal.

Si lo analizamos bien y tomamos en cuenta toda su filmografía hasta la fecha (2022), podemos observar ciertas pautas que dicen mucho de los verdaderos intereses de Emmerich en el cine americano.

Para empezar, lo de "belicista" y "patriotero" es olvidar que Emmerich siempre separa dos cosas fundamentales en su representación de los Estados Unidos de América: lo que EEUU es...y lo que EEUU debería ser.

En los Estados Unidos de Roland Emmerich, el "sueño americano" es como los estadounidenses imaginan su país, pero la representación que el director hace de su realidad a pie de calle es muy diferente:
muestra unos políticos y unos soldados orgullosos y convencidos por su poderío y por la "causa", llenos de rimbombantes sermones y grandes frases para enmarcar...pero que meten la pata continuamente y hasta el fondo, siendo más un obstáculo que una ventaja para resolver el conflicto (ya sea dicho conflicto una invasión extraterrestre, la llegada de un monstruo radioactivo, el cambio climático o nuestro propio satélite natural), permitiendo a los personajes más humildes, más humanos, más vulnerables y menos evidentes ser los héroes que el mundo necesita para salvarse, poniendo en evidencia de paso y con gran sentido de la ironía (a la europea) los aspectos más ridículos de las contradicciones americanas.

No, el cine de Emmerich es de todo menos belicista y patriotero: es al contrario pacifista, anticlasista y lleno de sátira mordaz para quien quiera (o pueda) verla.

Al igual que en el resto de la filmografía americana de Emmerich, y muy a pesar de las apariencias que pudieran engañar al espectador menos atento, "El patriota" no es una pieza de propaganda destinada a justificar la guerra, ni un panfleto de tres horas que ponga a los americanos de la actualidad sobre un pedestal: es una fábula sobre el elevado peso personal de la guerra, el sinsentido de los símbolos cuando son el objeto perseguido en la misma y, por oposición, el valor de dichos símbolos cuando sirven para señalar el norte, cuando son el pilar sobre el que reposa la vida de los seres que más nos importan, cuando los valores son la brújula que señala el camino a casa.

La película no solo goza de una puesta en escena impecable, con apartados visual y sonoro de primer nivel, sino que se beneficia de la excelente actuación de unos intérpretes en estado de gracia, de un guión lo suficientemente inteligente para mostrar tanto a los héroes como a los villanos como vulnerables seres humanos: ni los protagonistas son perfectos, ni los antagonistas son despreciables (salvo uno)...¡Diablos! Si hasta los franceses salen bien parados en esta cinta!

Se trata de una película épica como pocas se hacen a día de hoy, con corte clásico, grandes momentos y sentido del espectáculo. Un gran entretenimiento...o sea: cine de toda la vida, a fin de cuentas.
SebastianVela
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10
8 de mayo de 2022
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver, tengo que aclarar que la película no se merece un 10 ni por asomo...pero es que la crítica está siendo tan dura con ella que de alguna forma he tenido que contrarrestarla. Sería más bien un 6,5 o un 7 para mi criterio.

Lo cierto es que esta película me produce sentimientos muy intensos pero muy opuestos.

Estamos ante la más rara de todas las películas de cataclismos que haya dirigido Roland Emmerich...incluso creo que es la más rara del género independientemente de quien la dirija. El guión es tan absurdo que la dificultad para el espectador radica en superar la barrera de la incredulidad que, en este caso, es colosal.

Pero una vez has superado la alucinante premisa argumental de la película, ocurre algo mágico (al menos en mi caso) y es que ¡la película es condenadamente entretenida!

En otros tiempos pasados, en los que se daba por sentado que una película de este nivel de producción tenía que ser mínimamente entretenida, probablemente no habría sido un punto a su favor, y más con una premisa argumental tan descabellada...pero en estos tiempos en los que la agenda políticamente correcta pesa más en el guión de una superproducción que el propio entretenimiento que (se supone) debe proporcionar al espectador, el hecho de que una película te mantenga en tu butaca (o sofá) comiendo pipas sin que mires el reloj, el móvil o quieras levantarte e irte (o dejar lo que estás viendo para ver otra cosa si estás en casa viéndola) es una notable hazaña.

Roland Emmerich o se ha aficionado a rodar totalmente en estudio con fondos verdes o le da pereza rodar en exteriores o ya no tiene los presupuestos de antaño para sus películas...el caso es que, técnicamente, los exteriores se notan muy falsos y huelen a fondo verde por los cuatro costados...pero también hace que los efectos especiales tan surrealistas de esta producción no chirríen tanto cuando llegan las escenas mastodónticas de destrucción.
Es curioso cómo todo lo negativo de esta película da pie a todo lo positivo en ella.

La actuación, eso si, es un sobresaliente. Los actores (¡por una vez!) son todos convincentes en sus respectivos papeles ; y si bien los actores no son el pilar de este tipo de películas, una buena actuación debe ser proporcionalmente acorde con la inverosimilitud de la historia contada, o de lo contrario, nadie se la traga. Y en este caso el trabajo del elenco actoral es muy digno y profesional (mención especial a Patrick Wilson y John Bradley, que construyen sus personajes respectivos con mucha naturalidad y forman un tándem muy compenetrado).

Otro aspecto muy agradable en esta película comparada con otras (tanto de este mismo cineasta como de otros que también se dedican a este tipo de cine palomitero): la ausencia de elementos patrióticos a ultranza se agradece (aunque, habiendo repasado su filmografía, sospecho que en las películas de Emmerich del pasado, ese aspecto era más paródico y sarcástico que auténtico) y si bien los protagonistas (tanto personajes como localizaciones terrícolas) son estadounidenses, no se hace hincapié en ello...pero si se hace especial hincapié en el hecho de qué, retomando líneas de texto de Galadriel en la trilogía de El Señor De Los Anillos, "incluso la persona más pequeña puede cambiar el curso del futuro". Y en los tiempos que corren, donde gran parte de la humanidad se siente impotente ante los retos de un futuro incierto y más o menos cercano, la impunidad de los poderosos y la corrupción de los valores que nos han construido, este tipo de mensajes de esperanza, diversidad (la real), aceptación y tolerancia son bienvenidos. No será muy sutil, pero al menos no va metido con calzador...y lo más importante ¡al menos es divertido!
SebastianVela
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7
8 de julio de 2022
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al leer las críticas por aquí y al visionar unos cuantos vídeos de críticos en una famosa plataforma de vídeo me puse en lo peor a la hora de ver esta cinta...¡y ha funcionado! Gracias, haters internautas! Gracias a ustedes he disfrutado aún más de esta película que si hubiera ido con las expectativas por todo lo alto.

En lugar de encontrarme con una soberana estupidez, me he encontrado con un agradable entretenimiento, lleno de escenas de acción tópicas pero entretenidas...
¡Qué diablos! Incluso hay alguna que otra escena memorable en esta película.

Eso sin contar con el hecho de que pocas veces los guiños a los amantes de una saga cinematográfica han sido tan acertados. El regreso de personajes entrañables de pasadas entregas resulta de lo más divertido y no parece forzado en exceso (si bien, todos sabemos que este tipo de regreso es pretexto para acariciar la fibra sensible de los más aficionados).

Salvo pequeños gazapos aislados (como Tim Cook, director ejecutivo de Apple, convertido en villano de opereta), la cinta resulta muy digna.
Por supuesto está a años-luz de aquella milagrosa primera entrega de 1993 en cuanto a atributos cinematográfico, pero el tema subyacente (por desgracia) sigue siendo tan pertinente a día de hoy como lo era entonces.

Mucho se ha criticado al impopular director Colin Trevorrow por no estar a la altura del rey Spielberg...pero, siendo total admirador de la obra de Steven, cabe recordar que el mismo rey parió una de las entregas más flojas de la saga: Jurassic Park: El Mundo perdido... la segunda entrega de la saga, ¡nada menos! Y esta que nos ocupa, por muy criticable que sea (que lo es, si nos ponemos sibaritas), aguanta el tipo con mucha dignidad... mucho más que en su día Jurassic Park 3 (seguro que Sam Neill, que también interpretó a Alan Grant entonces, estaría de acuerdo).

Creo que, nuevamente (y como viene a ser habitual últimamente), la crítica se ha cebado con una cinta que no se merecía tanta pedrada. Por mi parte, la he disfrutado mucho, a pesar de (e incluso debido a) sus pequeños defectos técnicos, sus atajos narrativos, simplezas y demás elementos que puedan considerarse puntos flacos. Un entretenimiento de calidad como los de antes (no hace tanto).
SebastianVela
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10
8 de enero de 2018
11 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a romper una lanza por esta magnífica película, injustamente vapuleada por una ola de odio exagerado cómo pocas veces he visto.

Está claro que estamos viviendo tiempos convulsos en La Fuerza, todo está polarizado hacia los extremos, las opiniones cómo los comportamientos, y el lado oscuro se hace fuerte, lo turbia todo, y los destellos de luz brillan con igual fuerza para compensar tanta oscuridad...y ahora viene un perfecto desconocido a decirnos que el camino binario por el que íbamos dando vueltas en redondo (sin rumbo alguno pero en nuestro entorno cómodo y conocido) no es el correcto, que no hay blancos y negros, que solo existen sombras de gris distintas, donde el bien y el mal se mezclan y se confunden...¡Qué desfachatez!¿Cómo se atreve?¡¡¡herejía!!! ¡El bien es absoluto y el mal es tinieblas y oscuridad!¡Todo son absolutos (para un guerrero sith, claro)! ¿Y tú vienes, Rian Johnson, a decirnos que la moderación es el camino? ¡Vergüenza! Ese no es el espíritu de Star Wars!(¡Has destruido mi infancia, maldito!)

Bromas aparte, la película tiene carencias y excesos y eso, desde un punto de vista MODERADO no se puede negar. La película sufre de cierto desequilibrio en cuanto a ritmo narrativo...pero es que no veo cómo hubiesen podido evitarlo. Todas las películas de Star Wars, desde la primera hasta la que nos ocupa, cuentan con un guión ideado cómo los seriales antiguos de los años 50 y 60 (el primero que se me ocurre es la serie original de Star Trek o la que es, para mí, la reina de los seriales de ciencia-ficción: Espacio 1999), llenos de subtramas, más o menos conexas, que se desarrollan en paralelo sobre una duración temporal concreta (que a veces se vuelve incoherente si la magia del cine lo requiere) para concluir todas, con sus aportaciones desiguales a la historia contada, en un climax donde todas vuelven a converger, dando conclusión a la historia contada y dejando en suspenso las preguntas sin respuesta para la siguiente entrega...vamos, lo que viene a ser la estructura habitual de esta saga desde hace cuarenta años.

¿De qué nos estamos quejando? No lo sé. Pareciera que a los forofos de la primera hora ya no les gusta esta estructura pero no quieren admitirlo...¿O es que en el fondo, es más el fondo que las formas lo que les molesta?

Porqué las novedades no están en lo formal, ni en las incoherencias de este universo de fantasía, que siempre han estado presentes de forma más o menos evidente (hablar de coherencia en un espacio lleno de sonidos, gravedad selectiva y sus propias reglas de la termodinámica resulta tan absurdo...), las novedades están en EL MENSAJE, en lo que vinculan los personajes al espectador con sus vivencias, en la complejidad de las historias individuales, en los dilemas interiores tan humanos y sobrecogedores de sus personajes. AHÍ está el verdadero realismo, ahí está la única coherencia que realmente importa, la de los seres vivos que dan vida a esa galaxia muy lejana...porque la galaxia en sí, en realidad, importa poco. Es solo un telón de fondo.

Los personajes lo son TODO. La Fuerza, esa energía invisible y omnipresente, que no es otra cosa que el pilar de todas las cosas, está ahí para que cada uno la use, y del uso que le des nacerá la luz o la oscuridad...no de tu procedencia, no de tus genes, no de tus predisposiciones, sino de tu capacidad para trascender el miedo (fuente de todos los males) o para padecerlo.

Esta película pareciera remontar a, lo que creo es, la esencia de la idea original de George Lucas y presenta claramente esa fuerza mística como la naturaleza en si misma, incontrolable, indomable, garante del equilibrio de todas las cosas...pero moldeable por aquellos que tengan la voluntad de actuar sobre ella, para bien o para mal...pero sea cual sea la intención, moldear la naturaleza es desequilibrarla. Es budismo en estado puro, arropado y escondido con el manto suave y calentito de la ciencia ficción y la fantasía.

No voy a entrar a valorar cuestiones triviales, de saber quien muere y quien no. Esto es La GUERRA de las galaxias: alguien debe morir...todo depende de si prefieres que muera lo nuevo, todo siga cómo siempre, inmóvil y sin esperanza, o si prefieres que muera lo viejo, dando paso a un nuevo futuro lleno de posibilidades. Y si lo que quieres es lo último, entonces en el episodio IX... ¿quien sabe?
SebastianVela
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