He de comenzar la crítica advirtiendo que tengo una justificación para haber votado y estar escribiendo: fui al cine por mi pareja. Sé que suena a excusa barata, pero os aseguro que es cierto. En el caso de la primera parte de la saga, ocurrió igual. En en aquella ocasión, he de reconocer que la película no me dejó demasiado mal sabor de boca. Es más, me resultó curiosa en algunos aspectos, y obviando el 90% de contenido para quinceañera hormonada, el enfoque diferente de una historia de vampiros me hizo no terminar arrepentido. Sin embargo, la de anoche fue una de esas veces en las que uno sale de la sala con la boca amarga, consciente de haber tirado el dinero a la basura, y de paso alguna que otra neurona. Y con unas pocas palabras será suficiente para explicar por qué.

Desde el primer instante del film, algo no funciona bien. A los pocos minutos de introducirnos en la continuación de las frías vidas de los protagonistas, comienza el despiadado y grotesco bombardeo de escenas a cámara lenta, tomas tramposas y repetitivas, y ambiente de ultra-dramatismo-romanticoso supérfluo e infructuoso. Los diálogos son tan incoherentes que casi es una ventaja que sean algo secundario, terciario o cuaternario, si es que llegan a serlo. La contínua sensación que produce cada palabra es que los guionistas no sabían como rellenar el espacio entre cada uno de los setecientos treinta momentazos épicos, románticos y mágicos de la película. Transiciones lógicas y necesarias no, acordes de piano sí. La narración es del todo imprecisa y equívoca, impotente a la hora de dar una estructura lógica a la historia, incapaz de ofrecer explicación ni respuestas a las pocas dudas que pueden surgir entre tanta escena repetitiva. Todo gira entorno a esa cascada de momentazos fallidos, con los que muchas niñas llorarán. Personajes vacíos, sin carácter, que pasan de puntillas por una historia frenéticamente nefasta. Actuaciones empalagosas e inexpresivas, incapaces de transmitir el más mínimo sentimiento. Y para colmo, efectos especiales de los noventa. Ni siquiera puede uno agarrarse al clavo ardiendo de las escenas impactantes que al menos tienen otras películas vacías.

Dicen quiénes han leído y releído el libro, que con esa base la película se comprende mejor, y uno no anda tan perdido y abochornado entre tanto sinsentido. No obstante, eso dice menos todavía en favor de la película, que en ningún momento logra conectar con quien no vive sumergido en esa historia, ni lo intenta. Pasa deprisa y corriendo por las pocas situaciones situaciones que podrían haber dado profundidad a la historia, haber explicado algo del mundo en el que viven, haber arrojado algo de sentido a esa serie de acontecimientos carentes de él. Pero no, el objetivo desde el primer momento es saturar al espectador con amor imposible, intentando que llore, y consiguiendo que vomite.

Un consejo sencillo, directo y fácil: si estáis a tiempo, no la veáis.

No se me ocurre mejor adjetivo para esta obra maestra creada por Shawn Ryan. Decir que hago esta crítica, habiendo terminado de ver el capítulo final de la serie hace un par de minutos, y lo primero que he hecho ha sido cambiar mi puntuación. De un 9 a un 10. Posiblemente, en términos globales, sea más justo el 9, pero si pienso en lo bien que me lo he pasado con la serie, darle menos de un 10 sería injusto. Tan solo con Dexter he conseguido disfrutar tanto como con The Shield (y por supuesto tiene otro 10), pero con la diferencia de que esta última ha conseguido harcelo durante la friolera de siete temporadas. Y ahí radica la grandiosidad de las hazañas de Vick y su "Strike Team", en que siendo una serie directa, rápida y agresiva, sin demasiados quebraderos de cabeza, sabe ir al grano sin desvirtuar lo más mínimo una trama principal interesante, adictiva y compleja en su justa medida, magníficamente completada con las líneas argumentales secundarias.

The Shield posee acción, drama, suspense, humor y hasta romanticismo. Es brutal, cruel hasta límites insospechados, pero también tierna y humana. Además, su calidad no se centra en una o dos interpretaciones excelentes, y un equipo de aprobado. La mayoría de los protagonistas de primera y segunda línea consiguen un sobresaliente, haciendo creíbles las circunstancias que les rodean, conectando con el espectador, y ganándose aprecio, indiferencia u odio.

Posee determinados momentos clave que rozan la perfección, y que se quedarán grabados en la retina por un buen tiempo.

En mi caso, he visto las seis primeras temporadas dobladas al castellano, y la séptima en VOS, y sinceramente, aunque el doblaje no es malo (o al menos no tan sangrante como en Dexter), recomiendo encarecidamente la VOS.

Una serie obligada para los amantes de la acción policiaca y que recomiendo encarecidamente al público en general. Es imperdonable no concederle al menos una oportunidad, y os aseguro que en la inmena mayoría de las ocasiones, conseguirá un "fan" más.

Si Dexter llegase a su fin en, hasta el momento, su última temporada (la 2ª), sería simplemente la serie perfecta. Sería una lástima, porque todos los que hemos disfrutado con cada segundo de su historia, con cada reflexión en off, con cada nota de su sublime BSO, con cada cara, cada gesto, cada mirada, cada gota de sangre, ansiamos tenerle de nuevo entre nosotros, y poder verle despertarse y seguir la rutina mañanera durante una nueva temporada, al menos (en Septiembre será una realidad), pero la verdad es esa, si todo hubiese terminado, estaríamos ante "La Serie". Y todo ello, en una época en la que gozamos de grandes series venidas del otro lado del Atlátinco, y que mantienen el listón de exigencia bien alto.

Basada en la novela de Jeff Lindsay, se me hace imposible conseguir convertir en imagen cada palabra de una manera mejor. Con todo, es cierto que no todo el reparto alcanza la perfección, incluso los hay que simplemente cumplen, pero las sensaciones que transmite Michael C. Hall cubren de sobra las posibles carencias que puedan apreciarse en cualquier otro aspecto. Y si a ello se le suma un ritmo idóneo, una excelente mezcla de la acción, las pausas, los momentos reflexivos y las transiciones, otras interpretaciones de alto nivel y la ya nombrada impresionante BSO, obtenemos como resultado una obra de arte.

Imprescindible su visualización en VOS (o simplemente VO para los afortunados que dominen perfectamente el inglés), ya que el doblaje español tira por tierra absolutamente, y de una manera casi ofensiva, todo lo dicho anteriormente.

Inevitable para todo amante de las series de calidad. El mundo se divide en los que hemos visto Dexter, y los que no. No recuerdo como se vivía en el otro bando, pero os aseguro que no quiero hacerlo. Vosotros sabréis en cual queréis estar.

El espectacular reparto me hizo confiar en la película, y "darme fuerzas" para verla. Eso sí, predispuesto a ver algo flojo, y de mala calidad, ya que no soy nada dado a disfrutar de las películas protagonizadas por Stallone.

Sin embargo, conforme ha ido avanzando la película, ha ido sorprendiéndome hasta el punto de terminar con un buen sabor de boca. Y reconozco, que la mayor de las sorpresas ha sido la del propio Sylvester, porque de los demás, me lo esperaba. Ha conseguido mantenerme con curiosidad y ansias de justicia hasta el final, que eso sí, es un poco soso, ya que me habría gustado ver algo más del "después". Logra mantener la tensión, y hacer que uno sienta la impotencia del Sheriff Heflin, cada vez que este es menospreciado y ridiculizado por lo que no pudo ser, pese a merecerlo y pese a ser un héroe.

Finalmente, y quizás llevado un poco por la "euforia" de haber terminado contento pese a esperar un fracaso, le concedo un 7 a esta buena película, que sin duda no hará perder el tiempo a quien la vea.

Es dificil, y hasta está mal visto, decir donde la gente te escuche, o en este caso, te lea, que prefieres a Futurama antes que a la, para muchos, mejor obra de animación de todos los tiempos, Los Simpsons. Lo es hasta tal punto, de que al decirlo, por la cabeza de uno mismo pasan decenas de esos grandes momentos que nos dejaron Homer y compañía, y llegas a sentirte hasta mal. Y es que no cabe duda, que Los Simpsons, contando con lo que ha supuesto para la sociedad, y lo que representa, es la Nº 1 (en su género, pero pese a ello, con el permiso de Dragon Ball Z). Sin embargo, reconocer esa evidencia no excluye el que haya otras obras maestras, como la ya nombrada DB, o a mi juicio, la serie objeto de comentario, que dentro del gusto de cada uno, y la forma en la que le hacen conectar, pensar, y por supuesto, reir, puedan estar por encima en la clasificación personal.

Que Futurama tenga tantísimos adeptos y admiradores que la colocan en lo más alto, tene aun más mérito por tratarse de, por decirlo de alguna manera, la "hermana pequeña" de Los Simpsons. Nacer y crecer a la sombra de la más grande es sumamente dificil, y sin embargo lo consiguió. Siendo justos, es cierto que el elevadísimo nivel que guarda y mantiene toda la serie, se reduce a cuatro temporadas (las películas son tema aparte), que dentro de lo que cabe, son pocas. Los Simpsons consiguieron mantener el listón en lo más alto durante 13 temporadas, algo simplemente insuperable.

Sobre la serie en sí, para quienes hayan gozado con ella, poco o nada hay que decir, y para los que aun no lo hayan hecho, no sé que hacen perdiendo aquí el tiempo, en lugar de estar viendo ya el origen de Philip J. Fry. Sus personajes, su original y sublime ambientación en el mundo del futuro, su humor menos carcajeante y más profundo... todo, absolutamente todo, la hacen excepcional. Bender, Fry, el Dr. Zoidberg, los quehaceres e historietas de la Nueva Nueva York, el malvado presidente Richard Nixon, las celebridades de épocas pasadas y la nuestra propia, conservados como cabezas sumergidas en botes de cristal, el ODP, Leela y Brannigan, Kif y Ame, los mutantes de las alcantarillas en la vieja Nueva York, la multitud cultural y racial del Universo... TODO. Critica magistralmente los defectos de nuestra sociedad a través de otra que, 1000 años después, sigue siendo fiel reflejo de esta.

Hablar de Futurama es hablar de calidad y de risas enfocadas desde un punto de vista completamente distinto al del resto de series. Que nadie espere carcajadas hasta llorar al estilo Los Simpsons o Family Guy, porque, aunque en algún momento puede tenerlas, no emplea ese estilo, ni tiene ese cometido. Eso sí, pese a no llorar, uno se encontrará ante multitud de situaciones que le harán descojonarse para sí mismo, y con las que terminará siempre cada episodio con una sonrisa en la cara.

Un 10 para esta maravilla. Y sí, yo soy de esos que aun con algo de remordimiento, dicen: "prefiero Futurama a Los Simpsons".