Ágora es una película que no lleva al engaño al espectador. En los trailers te dicen exáctamente lo que vas a ver y eso es justo lo que pasa: Rachel Weisz intenta descubrir los misterios del cosmos mientras el pueblo cristiano alejandrino comienza su revolución religiosa contra los Politeístas y Judíos.

La película a mi me ha gustado, y bastante, aunque a mis acompañantes no tanto. Es verdad que en ocasiones se hace un poco densa debido a las más de dos horas que dura, pero muchas de las historias que cuenta son realmente interesantes, siempre acompañadas por grandes diálogos reproducidos por un elenco de actores genial, desde Rachel Weisz demostrando una vez más que es una pedazo de actriz, a los demás actores secundarios los a pesar de no ser caras conocidas demuestran todos ellos un gran saber hacer y te sorprende muy gratamente.

El personaje de Rachel Weisz, Hypatia, sobre quien gira la evolución de todo el filme, te cautiva desde que sale por primera vez en pantalla. Su belleza clásica, su modo de pensar y como elucubra acerca de sus obsesiones sobre el cosmos y su funcionamiento, cuestionándose todo y convirtiéndose en la piedra angular de toda su filosofía. Resulta un personaje fascinante resultando muy fácil caer en su modo de interpretar la vida.

En cuanto a Amenábar, creo que ha hecho un gran trabajo de dirección centrádose en los detalles visuales que pasan desapercibidos a priori. El cómo juega con los colores, con el vestuario, el cómo cada color interpreta un pequeño papel dentro de la película que ayuda al espectador a centrarse en quien es quien, a que dios adora o siquiera si adora a alguno, lo que hay que decir que en las antíguas películas del 'peplum' se hacía en ocasiones difícil de distinguir quienes eran los "buenos" y los "malos". En cuanto al trabajo de dirección en sí mismo, lo he encontrado más que notable, ayudado por la figura de Rachel Weisz que atrae toda la atención de la película hacia ella elevando su personaje a épico y distrayéndonos de los fallos que en un primer visionado se nos hayan podido escapar.

Lo dicho, altamente recomendable.

"Como la vida misma" no es más que otra comedia romántica y desde luego no será por estos papeles por los que se recordará a sus dos protagonistas en la historia del cine, pero una cosa sí que es cierta: la película entretiene y es realmente divertida que en definitiva es de lo que se trata. Tiene bastantes gags divertidos y te ríes en bastantes ocasiones, aunque quizá sea más una sonrisa que una carcajada incontrolable.

La película es lo que es, no tiene más pretensiones que entretener al espectador (y hacer caja) y es lo que consigue. En cuanto a la historia la hemos visto mil veces, pero en una de esas noches que no te apetece ver una película para pensar demasiado, ésta película se ajusta al perfil. Te va a entretener, te vas a reir y acaba bien, así que poco más se le puede exigir a una película de este tipo.

Por lo que respecta a los actores, entre ambos se nota bastante química y actúan bien, por lo que al final te terminas de creer a los personajes y empatizas con ellos. Lo de si Katherine Heigl no hace más que el mismo papel una y otra vez, pues totalmente cierto. Puede que se esté encasillando, pero bueno, Adam Sandler lleva veinte años interpretando al mismo personaje y ahí sigue el tío...

Más allá de que se trate de un thriller futurístico muy pero que muy similar a 'Yo Robot', la película en sí está bien aunque también con muchos peros.

La historia se vuelve previsible y los giros de guión, aunque no te los esperas, una vez suceden pues tampoco te causan una gran sorpresa que digamos. A lo mejor estamos ya muy resabiados de este tipo de historias. A su favor hay que decir que es entretenida, y más aún si vas al cine con tu litro de coca-cola y unas palomitas, porque esta película es eso: puro entretenimiento. No esperéis ninguna nominación para los próximos Oscar, ni siquiera por los efectos especiales porque tampoco es que haya demasiados que digamos.

En cuanto a Bruce Willis, interpreta su papel de siempre: el héroe. Corre, salta, brinca, pelea, dispara y termina salvando a la humanidad, es decir, lo que el espectador quiere ver. Si pretendes ver una película más profunda, mejor ve una de los Coen...

Tras ver esta película solo te puede quedar un sentimiento de "quiero más" y una excitación cinéfila como hacía tiempo que no experimentaba.

Resulta un film adrenalítico lleno de acción y sentimientos encontrados que provocan un exquisito regusto en el paladar que resulta casi inexpresable. En esta película todo está perfecto con un guión excepcional a la vez que atípico que hace quedar a otras películas de boxeo o artes marciales bastante por debajo del nivel que Gavin O'Connor establece con este trabajo perfectamente llevado a cabo.

Los actores son super carismáticos, estando Tom Hardy simplemente espectacular. Nick Nolte realiza una labor interpretativa de las más altas que haya realizado entre su dilatada experiencia profesional. Joel Edgerton es quizás el que más flojo (por poner algún adjetivo) pero el desarrollo de su papel en esta película resulta imprescindible.

Es una película que te dejará con ganas de mucho más, pero no por las peleas o por las escenas de acción, que también. La estructura familiar expresada en este gran guión y cómo se desarrolla todo hasta que culmina con una sensación arrolladora de plenitud te hará sentir que el tiempo invertido en ver esta película ha sido pero que muy bien invertido.

Guy Ritchie nos vuelve a encandilar con otra de sus historias oscuras y sucias siguiendo afortunadamente la estela de "Lock & Stock" y "Snatch: Cerdos y Diamantes", y no la de "Barridos por la marea". Esta historia nos lleva a un Londres movido por el dinero en primer lugar, gobernado por magnates rusos sedientos de más dinero, ladrones, mafiosos, drogas y mujeres bellísimas pero indigestas para la salud.

El humor socarrón vertido en cada segundo de este filme te engancha cada vez más a cada una de las tramas que, como en todas las películas de Ritchie, confluyen todas juntas al final como una explosión de genialidad y de buen saber hacer.

Los actores, todos geniales, desde Tom Wilkinson, pasando por Tandie Newton o Mark Strong, y los que piensan que Gerard Butler es un actor limitado, desde luego cambiarán de opinión después de disfrutar de su actuación en esta película.

Conclusión: Imprescindible.