La espera ha merecido la pena, y la pronosticada era del Cine en 3D no podía comenzar de mejor manera que con el regreso del Rey del Mundo. No hay palabras, no hay razón. Damas y caballeros, ya no están en Kansas. Están en Pandora.

Buscarle a "Avatar" de James Cameron el parecido con "Bailando con lobos" de Kevin Costner o con "Starship Troopers" de Paul Verhoeven o con "Solaris" de Andrei Tarkovski es reducir sin la más mínima justicia una gran obra a la mínima expresión que nos ofrecen sus recursos publicitarios. Aunque una idea básica sea la misma, si los directores tienen estilo y auténtica audacia, jamás lo harán de iguál manera. ¿Merecería la pena hacer lo mismo con "La Gran Evasión" de John Sturges y con "La leyenda del indomable" de Stuart Rosenberg?
Ni mucho menos.

"Avatar" es un largometraje que combina de forma insólita los tres pilares de una obra maestra: espectáculo, arte y enseñanza, todos ellos en una aventura de inmersión, exploración, ciencia y sentimientos.
De hecho esta película no es una historia, amigos; es una experiencia. Es algo que hay que ver y abrazar, algo que debe sentirse. Es algo que nadie debería perderse, y no por amor intenso al cine, sino por amor al mundo, al mañana, a las personas, a la vida y a las alternativas, en su lado bello y cruel.
Esto posee la forma de una cruel pero bella metáfora sobre la débil condición del hombre rodeado de tecnología, representada en un marine espacial confinado en una silla de rudeas; este personaje, uno de los muchos "personajes heridos" de la película, es el único consciente de esta debilidad. Los demás, sin saberlo, también están inmovilizados sillas de ruedas, aunque con la forma ilusoria de vehículos, armas y corazas andantes. Sólo dejando atrás todo eso, y aprendiendo a cambiar (a madurar) y a soñar de verdad podemos abrazar la Naturaleza y encontrar algo realmente valiosoy hace tiempo perdido... y entonces volver a caminar.

"Avatar", como bien se ha dicho, es la nueva gran cumbre técnica del cine. El hermoso mundo de Pandora con sus exhuberantes junglas, sus cascadas y sus maravillosos animales son el nuevo gran paraíso de la infografía, que vistos con un par de gafas 3D ofrecen un viaje sobrecogedor, una visión imprescindible para cualquiera que ame la belleza.
Es muy de agradecer que esta tecnología esté en manos de un artista que haga una obra auténtica, una obra personal y audaz, y no un producto convencional como los que hasta ahora han chupado de la tecnología 3D. "Avatar" sin duda será un taquillazo, y merecerá cada céntimo que gane. La falta de riesgo no excluye el talento como muchos esnobs afirman. Y sin duda, tendrá alguna continuación, y seguramente una campaña de márketing que durará largo rato... hasta que degenere, como ya han generado "Star Wars" y "Terminator", y en su momento ya degeneró "Alien".


Pero sin duda jamás olvidaremos esto... La Obra Cumbre del Rey del Mundo.

La verdad es que yo he visto esta serie por puro interés en la próxima película de M Night Shyamalan, "The Last Airbender". Me daba mala espina que este señor se pasara a un cine de esta dimensión infantil, pero ahora que he visto al completo esta serie, me doy cuenta de que Shyamalan ha hecho una magnífica elección... teniendo en cuenta que se interesó por ella a través de sus hijos.

Esta serie de televisión es una maravilla milagrosa, una luz brillando en el oscuro panorama de las series de animación de artes marciales que más han proliferado en estas dos últimas décadas, caracterizadas por violencia absurda, valores machistas y una idea de la heroicidad basada en la más sangrienta competitividad.

"Avatar: The Last Airbender" no sólo posee magia y acción a punta pala, sino que posee valores positivos que van más allá del "esto está bien y esto está mal", y son explicados de forma inteligente, combinando perfectamente hechos con palabras, con mucho humor y mucho dramatismo cuando es necesario.

La serie es el viaje y el aprendizaje de Aang, un mesías con superpoderes que busca detener una guerra que azota su mundo y a sus habitantes. Este tierno y divertido niño calvo (recurso arriesgado y muy digno de felicitación), acompañado por la encantadora Katara (una gran heroína de la animación), el divertidísimo Sokka (diantre, qué comentarios) y la valiente Toph (nunca un personaje ciego me ha inspirado tanta fuerza) viven a lo largo de la serie un mogollón de aventuras, todas ellas diefrentes, pero todas ellas como parte de una continuidad.
¿Y qué decir de los increíbles villanos? El príncipe Zuko es casi otro protagonista de la historia, ¡y menudo cambio que pega! La princesa Azula es dulce, hermosa, manipuladora e increíblemente letal. ¡Parece invencible! Y qué decir del poderosísimo villano final...

La magia elemental, las artes marciales, la mitología, las entrañables criaturas (¡todos son mezclas de animales reales, y algunas muy ingeniosas!) y las impresionantes luchas y batallas hacen de esta serie un disfrute que es imposible de soltar. Y sus continuas lecciones, su afán de cultura y didactismo la hacen muy, muy, pero que muy enriquecedora y continuamente exótica.

Consejo a los muchachos: no dudéis en verla, es estupenda.

Consejo a los padres: no duden en enseñársela a sus hijos, es estupenda y al 100% confiable.

Y consejo a los demás: probadla, por infantil que parezca. Quienes aún pasados los 20 o los 30 aún se sienten capaces de disfrutar de vez en cuando de películas de Disney, de Pixar o de Ghibli, tenéis aquí una buena oportunidad. Las cosas buenas no tienen edad.

Muchos estamos de acuerdo en que la famosa obra de Lewis Carrol se merecía una adaptación a la gran pantalla que aprovechara las dotes de la actual era digital de Hollywood, en la que parece que todo es posible. Y muchos sin duda se alegraron desde el primer momento de que Tim Burton fuera el elegido para adaptar esta obra de fantasía.

¿Ha salido bien la cosa? Más o menos.

Lo primero y lo mejor que se puede decir de esta película es que, efectivamente, es la continuación de la aventura que todos conocemos. Vale, quizá no sea propiamente la secuela de ninguna de las muchas adaptaciones que se han hecho...
Pero desde el primer momento se entiende que el factor de una Alicia algo más adulta regresando al País de las Maravillas es una especie de vehículo de nostalgia. Ello se aprovecha de todo recuerdo de quienes ya conocemos ésta aventura.
Eso es algo muy positivo: la gran novedad, el regreso, el sentir que este filme está secretamente dirigido a todos aquellos que ya conocemos esta historia.

Sin embargo, no puedo evitar la sensación de que la cosa no ha sido bien hecha... Porque posee un parecido con recientes películas de fantasía tales como "Las Crónicas de Narnia" o "El Señor de los Anillos" que no encaja nada con el País de las Maravillas. Literalmente, han cogido a sus personajes y los han dividido en dos equipos de buenos y malos.
En la obra de Carrol, ésto también ocurre, pero se desarrolla a base de rompecabezas y jueguecitos intelectuales, más o menos como a todos nos suena ésta obra.
Aquí, no. Aquí todo son batallas, duelos y persecuciones. Tratándose concretamente de una película de éste título, podrían haberle dado un poco más de seso.

Lo mínimo que puedo decir es que es una película muy entretenida, y eso nunca es poco. Aunque la mayoría de efectos digitales no son muy realistas, son muy vistosos. Tim Burton ha conseguido mantener su estilo reconocible, retorcido y grotesco, sin tener que cubrir el País de las Maravillas de petróleo.
Respecto a las interpretaciones, Johnny Depp sigue en su línea, y no podrían haberle dado mejor papel. Mia Wasikowska podría estar mejor; se la nota que no sabe muy bien lo que tiene a su alrededor, aparte de un croma. Anne Hathaway está interpretándose a sí misma. Helena Bonham Carter está encantadora cada vez que manda decapitar a alguien... y Crispin Glover no ha estado mejor desde "Regreso al Futuro".

En fin, damas y caballeros. Esta "Alicia en el País de las Maravillas" sufre la misma enfermedad que muchas similares de hoy en día: donde debería ahber magia hay absurdo, y donde debería haber fantasía hay fantasmadas.

Chicos, Star Trek de JJ Abrams me gusta. Lo admito. Es muuuy espectacular, es aventurera, es una Space-Ópera con muchas más virtudes que defectos y sí, muchas cosas.
Pero se parece demasiado a Star Wars, y no creo que la historia de Gene Roddenberry necesite algo así. Esta película, en concreto, comienza y termina de forma muy parecida a la película que hizo saltar a la fama a George Lucas.
Este parecido sólo concierne a una parte de la mínima expresión de la película. Hay casos muchísimo peores, pero éste es bastante obvio.

JJ Abrams no era fan de Star Trek cuando aceptó el proyecto, y eso se nota. Dijo que era fan de Star Wars, y que se inspiraría en éstas para hacer a Star Trek "más accesible". ¿Y cómo lo hizo? Contratando a Roberto Orci y a Alex Kurtzman, los magníficos guionistas de Transformers. ¡Hurra, colega, que ahí te has coronado!
Nadie piense mal: el guión de esta Star Trek es bueno, y es abisalmente mejor que el de Transformers. De hecho, lleva a pensar si el guión de la cinta de los robots de Michael Bay podría haber estado mejor.

La película tiene héroes guapos, aventuras, planetas, anves, extraterrestres y disparos láser, todo perfectamente entrelazado, y sin duda es algo muy positivo para la franquicia de Star Trek, que prácticamente acaba de resucitar.
Por cierto, grandísimo Leonard Nimoy.

A quienes gustaran las películas clásicas de Star Wars, esta les puede sentar bastante bien.

Recuerdo ser un niño de siete u ocho años que apenas entendía nada sobre cine, ni sobre James Cameron, ni sobre los Oscar. Sin embargo, incluso yo supe de esta película. Todos decían que era impresionante, inconmensurable y muy larga. Recuerdo que pregunté a mi padre por ella, y me habló de la sobrecogedora catástrofe del Titanic... Recuerdo que entonces ví algunas imágenes, y que sentía aquella película, sin haberla visto jamás, como algo superior, y algo poderoso.

Recuerdo su hermoso cartel, con los dos protagonistas abrazados y el casco del Titanic.

Recuerdo que más tarde salió en VHS y que el bombo y platillo pegó otro bote. Recuerdo la preciosa caja transparente con la carátula blanca y las letras en plateado y dorado. Recuerdo haber mirado en la parte trasera de la portada, y quedar algo conmocionado (entre decepcionado o desconcertado por lo desconocido) por la fotografía de los protagonistas en la puesta de Sol. Y me pregunté qué valor tenía entonces el cine como fuerza trascendente entre los seres humanso.

Recuerdo que más tarde deducí que la película tendría un final sorprendente, tal vez catastrófico, similar al de la vida real, y que probablemente sería muy espectacular... pero que también sería desgarradoramente trágico. ¿Podrían salvarse sus protagonistas?

Recuerdo que las respuestas que recibí a aquella pregunta me sobrecogieron, y me llevaron a contemplar "Titanic" de James Cameron como una película única, única a pesar de que ni siquiera la había visto.

Recuerdo que más tarde la dieron en la televisión. Acabábamos de terminar de cenar mi familia y yo, y que mi padre se puso a ver la televisión, y anunció que la echaban, invitándome a ver un rato. Recuerdo que ví muy poco, y que creí que se trataba de una película sobre larguísimos y exóticos viajes, una especie de "La Vuelta al Mundo en Ochenta Días en Barco", imbuído de aventura.

Recuerdo que por fin, tras una larga espera, la compré cuando salió en DVD. Recuerdo haberla metido en el reproductor convenciéndome de que tenía toda la eternidad para verla una única vez sin la menor interrupción. Recuerdo que antes eché una meada y me preparé una buena cena para comer en el sofá. Recuerdo que apagué las luces, me abrigué con mi manta y que todo empezó...

Recuerdo...