Es una pena que un director tan genial para contar historias y crear personajes memorables, venga con un patinazo de este calibre.

No voy a dejar de mencionar las cosas buenas del film: la primera mitad del mismo es una verdadera obra maestra del buen hacer con los actores, y del tempo acompasado a ritmo de pop, digno del mejor de los directores de videoclpis.

Sin embargo, cuando el filme llega poco después de su cenit a Tokyo, todas las expectativas que venía levantando hasta el momento se hunden irremisiblemente en un baño de sangre sin sentido. Y no estamos hablando aquí de sangre realista y sujeta a la historia, que tan hábilmente manejan directores como Mel Gibson (o como el propio Tarantino había venido haciendo hasta la fecha); no, aquí estamos hablando de auténticas fuentes rojas a toda presión, miembros volando y chillidos confusos es un extravagante puzzle gore de serie B.

Que además de soportar todo esto durante cerca de cuarenta minutos, la película llegue al final sin que nos hayan aclarado prácticamente en nada cómo empezó todo el asunto, ni de quiénes son los personajes protagonistas o cómo llegaron allí, insulta considerablemente al espectador (aunque, gracias a Dios, Tarantino consiguió reparar estas faltas en la secuela).

Todavía le doy el casi aprobado gracias, como digo, a esa primera mitad de película con un sobresaliente sentido de la filosofía oriental, un ritmo excelente, una banda sonora que forma un repertorio genial (aunque las 5, 6, 7, 8s ya se podrían haber quedado afónicas de niñas, habría dado lo mismo) y un revés en la última frase de la película que te deja sin respiración.

Indiana Jones es el héroe de aventuras por antonomasia. Nadie duda ya esto. Desde el arranque clásico de Sudamérica nos llevan de vuelta a las tierras de Egipto donde el héroe del látigo el sombrero desentrañará misterios, buscará reliquias fantásticas, recuperará un corazón que se le había perdido tiempo atrás, y combatirá a los ejércitos del Mal hasta que su viaje desemboque en un genial clímax de ciencia-ficción y fantasía.

Harrison Ford se caló por primera vez el sombrero, empuñó el látigo, y su genial interpretación de intrépido aventurero de media sonrisa lo convirtió en todo un icono de nuestra generación. Le acompañan una Karen Allen firmando quizá el mejor papel de "chica de la película" que se ha visto nunca (y sin duda, el más original), y un Paul Freeman encarnando a un villano de una forma tan magistral que hacia el final, incluso conseguimos ponernos en su lugar.

La banda sonora de John Williams es, sin duda, mi favorita desde siempre. Esta clase de marchas pegadizas nos hacen a menudo preguntarnos, ¿por qué las bandas sonoras son tan buenas, y la música clásica en general es tan aburrida, si vienen a ser el mismo estilo musical?

Perfecta obra de aventuras.

¿De dónde saca esta gente de Pixar sus ideas?

Nos encontramos con una auténtica demostración de como se debe hacer una película "para todos los públicos". Unos personajes profundamente complejos y humanos se sumen en una aventura de absoluto ensueño y fantasía.

Eso sí, no vayan a verla en 3D, eso es un engaño como la copa de un pino. No sé si hay cuatro planos en toda la película que realmente ofrezcan el entorno tridimensional. No es "Beowulf", vaya.

Ah, y todos atentos al nombre del compositor Michael Giacchino: este maestro ha conseguido hacerse un huequito gracias a su amistad con J. J. Abrahms, pero cada vez veo su nombre en más sitios y creo que en los próximos años vamos a escuchar muchos discos suyos. :-)

De entrada, he tenido que ver esta película dos veces, doblada y en V.O.S. Debo decir que a Penélope Cruz se la cargaron completamente en el doblaje (no así a Javier Bardem, que actua mal en todos los idiomas).

Aparte de eso, la película parece un homenaje a una visión absolutamente equivocada que parece que se ha llevado Woody Allen de España. Como casi todos los americanos, en algún momento de la película Allen nos deja entrever su idea de que todos los españoles somos bohemios que sólo nos preocupamos de poner el amor en palabras bonitas. Las hipotecas, las multas y el precio de la lata de garbanzos no entra en las preocupaciones de un español, aparentemente. Los lios mentales de las dos protagonistas me parecen lógicos en dos personas que durante demasiado tiempo (¿reallmente sólo son dos meses?) no tiene muchas cosas de las que preocuparse. Y digo lógicos en el mejor sentido, porque eso sí lo encontré muy cercano, muy veraz. Tanto, que si esta historia me la contasen acerca de algún amigo mío, me interesaría porque es mi amigo. Pero tan tan tan interesante como para meterlo en una película sobre gente que no conozco... no, francamente no.

Sólo hay una cosa que encontre verídica: dos americanas en España, y son todos los españoles los que se tienen que adaptar a ellas y hablar inglés. Sólo en un momento muy concreto de la película una hace un pequeño esfuerzo de intentar hablar español.

Bueno, lo que tenemos aquí es una película de aventuras del montón realmente. Mi nota es alta, porque me encanta el cine de aventuras sin ninguna clase de pretensión, tipo "Los Goonies", o lo que toda la vida ha sido el espíritu indianajonesco.

En la misma línea, "La búsqueda" forma parte de ese excelente cine palomitero, entretenido y sin filosofías de fondo. Esto es, sin llegar a caer en la irremediable sosez de las películas de Steven Seagal o Jean Claude Van Damme.

Lo único que realmente me falla de "La Búsqueda" es el final. Me parece algo sosillo, la encuentro algo carente de un clímax. Pero por lo demás, aunque no será recordada como la mejor película de todos los tiempos, es una película entretenidilla que para pasar el rato una tarde de lluvia cumple su función.