Siempre que me piden ayuda para ver una nueva serie no dudo en aconsejarles “The Closer”. Pues indudablemente me parece una maravilla como está facturado cada uno de sus capítulos. Sin duda los guionistas han dado en el clavo al crear un elenco perfecto entre los casos a investigar, los personajes protagonistas y las desavenencias y consecuencias entre cada uno de estos a lo largo de la serie. Pero por encima de todo hay algo que brilla con luz propia, y es la interpretación de Keyra Sedqwick, dando vida a Brenda Leigh una detective bastante peculiar, con una forma de ser y una vida digamos también y perdón por repetirme, bastante peculiar. Sin embargo, en su trabajo, como subjefa de policía es la mejor. Pues sus casos y el afán de justicia y verdad son para ella su vida. Y esa profesionalidad provoca la envidia de muchos que no dudan en difamar tal extraordinaria labor.

Y en esa tesis tan simple se mueve la serie a lo largo de cada temporada, de cada capítulo. Una serie policiaca al uso, con una tesis nada novedosa pero que sin embargo engancha debido a sus notables virtudes. Donde intervienen otros personajes de gran relevancia para el desarrollo de los acontecimientos, me estoy refiriendo a los policías que forman el grupo de homicidios que Brenda lidera. Pues también sus vidas, sus vivencias y experiencias se intercalan entre caso y caso, dando así más valor a la propia serie así como a sus guionistas.

Decir que cada temporada aglutina distintos capítulos, unos más cómicos, otros más trágicos, los hay también de cierto reproche social, incluso con temas de actualidad. Todos ellos dentro de una cohesionada temporada que sólo busca entretener sin perder el norte ni la calidad. Decir que después de seis temporadas que llevo ya vistas, bajo mi punto de vista, la serie no ha perdido ni un ápice de frescura, pues siempre tiene algún capítulo que te sorprende.

Destacar que lo que más me llama la atención son los interrogatorios, sin duda el punto fuerte del personaje de Brenda y por tanto de la serie. Pues es ahí donde el dramatismo se palpa con más intensidad, ya que nuestra querida Brenda deberá arrancar la confesión de cada uno de sus sospechosos.

Por tanto, si todavía no has visto esta serie, disfrútala. Porque además tendrás el privilegio de contar con nada menos que seis temporadas con no se cuantos capítulos. Pero que ojala sean más.

Otra película de robos para pasar el rato. Sin más. Los ladrones hacen lo que mejor saben mientras la policía realiza su trabajo. En eso discurre cada minuto de esta entretenida película con un Matt Dillon algo desaprovechado, pues su actuación no parece muy extensa, la verdad.

El comienzo me parece bastante original, luego todo lo demás se deja llevar, convirtiéndose hasta cierto punto en previsible. Incluso puedes aventurar cada uno de los acontecimientos posteriores. Sin embargo no hay nada que achacar, siempre y cuando no estés buscando un argumento demasiado enrevesado, que hasta ahora no haya sido abordado por películas de similar género. Si no buscas eso, esta es tu película ideal.

En cuanto las escenas de acción están bastante logradas. Y acción tiene, vaya si tiene.

Una autentica joya esta película. Pues de vez en cuando, aunque sólo sea así, de vez en cuando, ves algo distinto, original y esplendido, al mismo tiempo. Y lo mejor de todo, es la sencillez que destila la propia película. Pues a partir de una idea tan simple como que un personaje repita constantemente el mismo día, en un lugar en el que no está más que a disgusto, se crea una obra maestra de la comedia. Una comedia con letras mayúsculas, prácticamente perfecta.

Pero lo mejor de todo es la actuación de un Bill Murray que está soberbio a la hora de caracterizar su personaje, con sus caras, sus gestos… ese estar cansado pero dentro de la ironía más cómica que te puedas encontrar.

Si no has visto esta película ya, te aconsejo su visionado. Sin duda, te hará pasar un muy buen rato.

Fiel adaptación del comic de Frank Miller. Quizás para asegurarse dichos resultados el propio autor de la obra optó por participar activamente en la propia creación del film. El resultado, un éxito. Pues no hay diferencias entre la obra en papel y el resultado final de la misma. Algo encomiable en estos tiempos que corren.

Las interpretaciones, bastante correctas. Con un Mickey Rourke resucitado del ostracismo en el que se encontraba y un Bruce Willis, que tampoco desentona en su papel de policía. Historias que se entrelazan bajo el predominio del blanco y negro, como en el comic. Personalidades ocultas, para una ciudad la del pecado que parece esconder entre sus paredes todo lo malo.

Destacar también el personaje que interpreta Jessica Alba, cargado de erotismo eso si, algo que sobradamente caracteriza a esta muchacha. Y es que este film si por algo se caracteriza es por la cantidad de reconocidos actores bajo papeles más o menos secundarios. Así, podemos reconocer a un tal Benicio del Toro o Elijah Wood ya desterrado del país de los hobbits o que decir del propio Clive Owen, haciendo de… Clive Owen, una vez más.

Decir a modo de rumor, que se espera una segunda parte, pues comics hay para ello. Espero no perdérmela.

De sorpresa, esa ha sido mi primera sensación tras ver esta última película de la saga de los Vengadores, y es que nunca imaginé que Marvel volvería a liarla con esta nueva entrega de los Vengadores. La película es una auténtica gozada, con eso lo digo todo, más de dos horas de acción continuada y un villano, Thanos, que se convierte en el verdadero y único protagonista del film.
Para mi, sentarme a ver una película ya sea de superhéroes o una comedia, o un drama histórico, da igual de lo que trate, y que no me aburra en ningún momento es de alabar porque para mi el cine, es entretenimiento. Y todo esto ocurre aquí, en este film, en el que todo pasa volando, sin repiro alguno.

Resulta increíble que una película con un reparto tan coral, con tantos personajes todos ellos con película propia y legiones de fans, tengan la importancia justa dentro de la película, sin caer en ningún momento en un protagonismo forzado. Lo que ya hizo Joss Whedon en la primera película de la saga Vengadores, allá por el 2012, los hermanos Russo lo vuelven a repetir superándolo con creces. Y es que en esta última entrega el elenco de personajes es infinitamente mayor, como cabía esperar.

“Vengadores: Infinity War” lo tiene todo para convertirse en un clásico del cine de superhéroes, en una película atemporal como ha sucedido con el Batman de Nolan. Quizás solo le falte que esa segunda parte, todavía por llegar, y con la que tratarán de finalizar estas guerras infinitas sea, al menos, como esta primera. ¿Nos podemos fiar de los hermanos Russo para esa misión?, yo espero que si.