Tony Gilroy disfraza de encaje de bolillos una historia más sencilla de lo que parece y marea la perdiz sobremanera: si el guión se ordena linealmente y se le quitan varias historias paralelas (como la que trata sobre los porblemas financieros de Clayton), la cosa resulta ser no dar ni para hora y media.

En cuanto a la denuncia al corporativismo USA y sus tejemanejes, olvídense: hay más verdad (y mucha más narración) en "El dilema" de Michael Mann.

En conclusión: una narración llena de buenas intenciones liberales escrita y rodada por un guionista que desea dar pulso de thriller al film... y falla.