Pues sí, me engañaron un par de tráilers y su bonita estética. Porque Blancanieves no es más que eso, un puñado de gats cómicos distribuidos estratégicamente a lo largo del metraje y eso sí, un muy buen vestuario que muy posiblemente saldrá en muchas quinielas de los Oscar del año que viene.

Blancanieves no deja de ser una película comercial para engatusar a la masa, aunque intente ponernos un director indio que engatusó al mundo con su buena película “El sueño de Alexandria” aquí se ve muy claramente como a Tarsem Singh le cortan su libertad creativa y en muchos momentos de la película falta un pelín de picardía, debido en gran parte, creo yo, a querer adaptar la película a todos los públicos.

No es que sea un fracaso absoluto, es una vuelta de tuerca original a una historia muy quemada y eso es meritorio, pero cae en el tedio y en la repetición de las mismas situaciones cómicas de las películas del género, recuerda sospechosamente a Shrek, sobre todo ese final tan burdo un total plagio de los finales de nuestro amiguito verde. Se ve que Singh quería dejar claro que no era americano y darle el toque que no le da en toda la historia.

En resumidas cuentas, una película pasable, que no es ninguna maravilla de guion, pero que entretiene a ratos y que visualmente nos hará disfrutar.

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