Digna adaptación del relato corto de H.P. Lovecraft que ya fue adaptado en los años 80. Una familia vive feliz en una granja, al menos todo lo feliz que se puede ser con dos adolescentes, criando alpacas y con un wifi lento cuando un meteorito cae en su finca, trayendo consigo una misteriosa fuerza que terminará poniendo su vida patas arriba.

Aunque los seguidores del horror cósmico del genio de Providence seguiremos a la espera de la gran película que plasme su imaginería en imágenes (Denis Villeneuve, ¿estás ahí?), tampoco podemos decir que nos hallemos ante una mala película. Y eso que sale Nicholas Cage, que ya de por sí suele ser garantía de catástrofe. Pero aquí le encontramos contenido en la mayor parte del metraje, lo que supone un alivio, aunque no le faltan momentos desatados, que ignoro si el tío los exige por contrato.

Quizá resulta demasiado semejante a la reciente "Aniquilación", de Alex Garland, en la que se ofrece un desarrollo de hechos muy parecido (una presencia extraña alterando su entorno). El caso es que la fantasía cósmica está bien narrada, ofrece algún momento perturbador y, aunque no resulta original y el final pilla un poco a trasmano, da lo suficiente como para no arrepentirse de verla.